El carnet y la quinta columna

Hoy, creo que existe una preocupación real en el PSUV en atención a la intención de carnetizar a los militantes, simpatizantes y amigos de dicho partido. Hace varios días, el presidente Maduro, los invitó a inscribirse en el PSUV para obtener un carnet que no se sabe si servirá para liberar de culpas a quienes forman parte de la quinta columna o permitir a quienes se inscriban ahora, vivir al amparo de un carnet de militante, mientras se incorpora a un cargo público, desde el cual comenzaría a sabotear la gestión de gobierno e ir en contra de los que son verdaderos revolucionarios chavistas.

Según lo referido, desde el punto de vista político, nadie sabe a ciencia cierta hasta que punto puede resultar contraproducente la carnetización del militante, amigo o simpatizante del PSUV. Pero tampoco es un secreto, la existencia de una resistencia interna (quinta columna) la cual desde que llegó la revolución ha estado presente en todos los ámbitos políticos, sindicales, laborales, creando malestar y sospechas entre los revolucionarios. Los ejemplos abundan, desde hechos de corrupción, saboteos institucionales, retardos en los procesos administrativos, burocracia, entre otras deficiencias.

Particularmente, creo que los embates de la crisis que se vive, constituyen una razón y una preocupación por saber si la misma ha afectado los niveles de adherencia del PSUV. Es decir, carnetizar es una posibilidad de observar hasta que punto, la membrecía se mantiene, ha disminuido o ha aumentado, después de la ya trillada guerra económica que muchos creemos, ha sido tal; mientras otros, opinan diferente.

Es de reconocer, que la carnetización política en nuestro país tiene sus antecedentes en Acción Democrática que en algún momento, decidió organizar las bases y, de acuerdo con sus Estatutos, procedió a registrar a sus militantes y simpatizantes, entregándoles un carnet que los acreditaba como tal. Este registro, permitió reconocer a Acción Democrática, hasta 1998, desde el punto de vista de su membrecía, como el partido más grande en Venezuela. Sin embargo, la crisis existente en esa época los afectó de tal manera que dejaron de ser la primera fuerza política del país y hasta el sol de hoy su sobrevivencia está cuestionada.

Posiblemente, carnetizar tiene su pro y contras, pero en este artículo trataré de relacionar lo que significa un carnet político para una quinta columna. De hecho, tal expresión se origina según, wiktionary durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y se le atribuye al general Mola, del bando nacionalista quien dirigiendo en 1936, cuatro columnas de soldados en el ataque a la ciudad de Madrid, en manos del gobierno republicano, aludió a una “Quinta Columna” formada por madrileños que actuaban contra la República Española desde territorio republicano. A partir de entonces, se hablaba de grupos de quintacolumnistas que luchaban por el triunfo nacionalista en la España republicana.

Para una quinta columna en nuestro país, un carnet político representaría optar por ser revolucionario y cobrar al Estado, pero sin tener un ápice de revolucionario y, eso es un error. Del mismo modo, se podría tener la cartera llena de varios carnets de partidos políticos, como en efecto sucedía en la cuarta república y, hacer alarde de los mismos; así como también, se puede hacer ostentación de revolucionarismo al 100%, hablando de las reivindicaciones de la masa popular y, entonces resulta que portar el carnet, gesticular o hablar a favor de la revolución no es indicativo de que se es revolucionario en verdad. Sospecho que, ser revolucionario con carnet o sin carnet, pero mostrando lealtad y firmeza, es suficiente para ser tal.

En el transcurso de la revolución bolivariana, no ha sido necesario portar un carnet, y sin embargo, ha podido verse, como se han ido quedando en el camino quienes hacían parte de la quinta columna. Esto significa que da igual tener o no carnet, entonces, para no hacer gastos innecesarios, suponiendo que los resultados serian los mismos, sería preferible no carnetizar. ¿Cuánto más podría conseguir nuestra revolución, si los que están registrados en el chavismo, sin necesidad de portar carnet, fuesen realmente revolucionarios?

Ahora, el objetivo es que el PSUV debe darles un carnet a los simpatizantes, militantes y amigos del cual podría presumir todo arribista u opositor que se ha trazado un plan de molestar a la revolución por dentro y, aprovechar esta situación para corromper o burocratizar las instituciones, situación que se reflejará en la gestión gubernamental en general. A todas estas, creo que el carnet no constituye ninguna prueba de ser revolucionario, solo podría convertirse en un trámite que facilite la labor a la quinta columna, que se vale de cualquier arma o estratagema para lograr su cometido. Sostengo que, sin carnet o con carnet todos lo que estamos del lado del PSUV o la revolución, asumiendo el carácter revolucionario como tal, ya habríamos hecho desistir a la oposición en su intento de sacar al presidente Maduro de su cargo.

En términos generales, el carnet podría ser una forma de infiltración que le podría permitir a la quinta columna ocultar sus reales intereses para poder trabajar a sus anchas en contra de los intereses de la masa que realmente defiende al gobierno. Hasta ahora, según lo revelan las ultimas situaciones en torno a la corrupción y la burocracia, se intuye que hemos estado intervenidos por una quinta columna que le ha hecho daño al país.

En vista de esto, se puede observar que como elemento para saber cuantos somos o estamos en el PSUV, el carnet es una buena vía; pero si es para determinar quién es revolucionario o no, solo lo dirán los hechos en el devenir del tiempo.



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Jesús Rafael Barreto


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