Una democracia sin disciplina social, e instituciones vulnerables por politiqueros aventureros, es como limpiarse el trasero sin antes defecar. Es evidente que en Venezuela la excesiva tolerancia ha sido caldo de cultivo para que desadaptados confundan la libertad con el libertinaje. Que alguien nos diga que pasaría en EEUU si cualquier ciudadano osara coletear el piso con la majestad presidencial. Sin ir tan lejos, bastaría preguntarse cuál sería la reacción de los mandatarios de la Cuarta República, si algún fatuo le diera seis meses de plazo al gobernante de turno, así no haya cumplido ni la mitad del periodo constitucional. Veamos un patético caso que ilustraría al respecto. El 23 de octubre de 1996, es apresado por la Disip, el astrologo José Bernardo Gómez, tras dar a conocer en una de sus predicciones que Rafael Caldera no terminaría su segundo periodo presidencial. Por esta razón, José Bernardo Gómez fue objeto de una implacable persecución. Relata una crónica que en esa ocasión para dar con su captura, se requisaron 27 vehículos, se le busco en catorce viviendas, se rastrearon su llamada telefónica y se interrogaron a sus vecinos, parientes y amigos. ¿Y qué del sonado caso del Senador y Editor Miguel Ángel Capriles quien fue aventado al exilio? De la que te salvaste Ramos Allup, pues ni Gonzalo Barrios habría metido la mano a tu favor por andar de locuaz mochando el periodo presidencial.
Si a Don Laureano Vallenilla Lanz le solicitaran opinar sobre los copiosos excesos de esta oposición soez y apátrida, seguramente el ideólogo del gomecismo habría recomendado mano dura contra el desorden y la traición a la patria. Escritor, periodista, sociólogo, historiador y exponente del pensamiento positivista venezolano, fue Don Laureano un pensador muy polémico y respetado en los círculos intelectuales de su época. Incluso, 40 años después de su muerte, a los adecos se les ocurrió incorporar a la campaña de Carlos Andrés Pérez la consigna “Democracia con energía”, ofrecimiento que resulto poco novedoso pues el Gocho venia de desempeñarse como Ministro de Relaciones Interiores durante el nefasto periodo del gorilo-betancurismo.
Hoy, se impone como necesidad histórica que se haga valer el principio de autoridad en toda la extensión de la palabra, porque ningún régimen se mantiene cuando el Estado no es capaz de hacer respetar la Constitución y las Leyes de la Republica. Que los detractores del poder popular tilden de dictador a Nicolás Maduro, eso importa un carajo, pues peor sería que lo derroquen por pasarse de pan dulce y por no cumplir con sus obligaciones como jefe de gobierno.
Mensaje al Presidente Nicolás Maduro
Muy agradecido por el apoyo ofrecido por usted a nombre del gobierno revolucionario, pues gracias a sus buenos oficios será posible la intervención quirúrgica de mi esposa. Reciba un cordial saludo de parte de mis tres hijos y también el mío. Por ahora solo falta que el Teniente Escalona ultime los detalles.
