¡Ni con saliva’e loro!

Es bueno el cilantro, pero no tanto”

REFRAN CRIOLLO

Mientras caminaba hacia el café de costumbre, pensaba que hacía días que no veía a mi amigo Anacleto. ¿Con qué me irá a salir ahora? Así que apresuré el paso para no retrasarme y ahí estaba, fumando como de costumbre, mientras echaba una ojeada a su alrededor. Me vio, se levantó y empezó: “Camarita, camarita, se le ve bien y espero esté como se ve. Lamento lo de las últimas oportunidades pero andaba en cosas que ya le explicaré. ¿Se ha dado cuenta de lo aparentemente tranquila que está la carroña opositora? Estoy seguro que tienen un plan “minuciosamente” elaborado para sabotear este próximo proceso electoral. Se nota a leguas que no tienen ni la más mínima intención de respetar los resultados electorales y hasta parece que su intención no es participar en ellas. Siguen tratando de desacreditar al árbitro con aquello de la ‘observación internacional’ pero con la decisión de UNASUR se les volteó la tortilla; tratan de poner en tela de juicio la honorabilidad de la pareja presidencial y nadie les para. Aunque aparentan calma andan desesperados, porque se han dado cuenta que aquello del voto castigo es en su contra. Ya no les queda de otra porque salga sapo o salga rana, el 6D la revolución gana”.

Las palabras de Anacleto revolvieron en el disco duro de mi memoria la cantidad de mensajes, unos afectos y otros adversos, que a diario se reciben en el programa “El Ojo de la Ciudad”, para tratar de fijar porcentajes de unos y otros, y verlos como el termómetro de lo que posiblemente hará el pueblo venezolano a la hora de escoger los próximos integrantes de la Asamblea Nacional. Sin duda alguna, mi amigo tiene razón en su apreciación; ya estoy seguro que la carroña opositora se llevará la gran sorpresa de su vida, si aún creen en pajaritos preñados, porque el porcentaje es de 6 a 4 a favor de la revolución.

En su primer discurso como Presidente, el Eterno Gigante Chávez expresó, ante la gran cantidad de seguidores: “Yo seré el Presidente pero quienes mandarán serán ustedes, porque el poder estará en las manos del pueblo”. No hace falta recordarles que cumplió casi todo lo que dijo que haría y en especial llamar a una Constituyente para crear las reglas a regir en una democracia “participativa y protagónica”. Le faltó tiempo para cumplir el resto.

Ahora causa risa ver a la carroña opositora, como la llamara Anacleto, invocar esa Constitución a la cual se opusieron con todas sus fuerzas y mañas, así como escucharlos decir “esto no pasaría si Chávez estuviera vivo”. Ahora Chávez es bueno y el malo es Nicolás, y por eso hay que sacarlo como sea. Y ese es el mensaje que, sin éxito, han tratado de llevarle al soberano, a ese pueblo al que han atacado con cada acción que han ejecutado, para indisponerlo en contra del gobierno. Siguen sin querer entender que Chávez se multiplicó y que ahora Chávez somos todos.

A veces causa estupor escuchar la promesa de “cambio” que le hacen al elector. Y no me refiero al “Chuo Torrealba”, quién debiera salir a la palestra más a menudo porque cada vez que abre su boca le resta unos cincuenta mil votos a la causa opositora y quién, según el novel dirigente Henry “no me toques la campana” Allup, parece una piña bajo el brazo; me refiero al candidato ese que anda con la cicuta de la “colas”, los “apagones”, la “inseguridad”, etcétera etcétera, pero que no te da una respuesta concreta de cómo piensan solucionar los problemas del país, problemas que en su mayoría han sido inducidos por ellos mismos. Epa, es cierto, no todos, la mayoría. La única propuesta que se escucha de su parte es “una ley de amnistía” para sacar a Leopoldo López de la cárcel y desechar el juicio contra el “abuelo monster”. Ah, y dar la libertad a Gómez Saleh, a Pérez Venta, y otros, condenados por las guarimbas del año pasado. Lo que opine el Comité de Víctimas de la guarimba, ¡eso no tiene valor! ¿Has escuchado alguna propuesta de cómo acabar con las colas en los mercados? O ¿te habrán explicado como van a aparecer los productos en las estanterías de la noche a la mañana? ¿Cómo van a terminar con el saboteo al sistema eléctrico; como van a acabar con la inseguridad; como van a eliminar la nefasta influencia del dólar negro? ¿Será con la ley de “Vagos y Maleantes”?

Mientras tanto, el gobierno, a pesar del derrumbe de los precios del petróleo, sigue asistiendo al ciudadano, construyendo viviendas dignas, manteniendo y aumentando la Gran Misión En Amor Mayor, devolviendo la visión con la Misión Milagro, construyendo universidades, dando becas, libros, dotando el sistema de salud, desde el Barrio Adentro básico hasta el CAT y desde el ambulatorio hasta el hospital especializado, mejorando el transporte público, creando fuentes de trabajo con la construcción de fábricas y ensambladoras, importando esos alimento que empresarios venezolanos se niegan a producir, ensamblando teléfonos de última generación y equipos de computación, dando créditos agropecuarios, y muchas cosas más. Como diría Ripley: “aunque usted no lo crea” y yo diría; “aunque usted no lo quiera creer”.

Sin duda alguna, sus aliados del norte están más preocupados que nunca, porque saben que les espera una derrota más. Ellos habían metido el caso de Venezuela en el congelador mientras terminaban de acabar con Siria. Pero ninguno de los dos planes ha tenido éxito porque ninguno de los dos países está solo. Rusia ayuda ahora a Siria a combatir las fuerzas terroristas de mercenarios, auspiciadas por la OTAN, creadas, financiadas y entrenadas, de acuerdo a las declaraciones de la Sra. Clinton, por la CIA. Y en Venezuela el guión del golpe suave no ha logrado sus objetivos dada la valentía y gallardía de nuestro pueblo. Ah, y ahora somos socios comerciales de potencias como Rusia y China, no sólo para importar sus productos, sino en el negocio petrolero. ¿Cómo explicarle al mundo que ellos apoyan el exterminio del pueblo palestino, por parte del gobierno israelí; que arrasaron con Afganistán, Libia e Iraq en nombre de la “libertad y la democracia”, y que en Venezuela “sólo” intervendrían porque somos un país violador de los derechos humanos? Eso es lo que la oposición ha pregonado a los cuatro vientos, por todo el mundo. Lo triste es que nadie le cree.

Y la pregunta que más le choca a la majunchería, que le hagamos al pueblo, es: ¿dónde han estado, y que han hecho, los diputados opositores que piensan repetir en sus curules, durante los años de su mandato? La respuesta es simple: negando todos los presupuestos y créditos adicionales que favorezcan al pueblo, viajando para hablar mal de su país e induciendo la implementación de las guerras, económica, mediática, sanitaria, alimentaria, que le han aplicado a nuestra nación.

Los planes malignos de la oposición no pegan ni con saliva’e loro”, me decía un oyente días atrás. ¿Será que quizá algún día entiendan por qué el 6D ganará Chávez? Su antimadurismo es un antichavismo. El pueblo es y seguirá siendo Chávez. ¿Les quedó claro? Sepan: el pueblo ya conoce a sus verdugos, por eso ¡NO VOLVERAN!

 



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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

 luissemp2003@gmail.com      @luissemp

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