Nosotros votamos por Maduro por imposición de Chávez, una vez que nos
extendió la invitación a que Nicolás Maduro como su candidato, para
sucederlo en el poder, era el más indicado, según su decisión, de que
seguiera adelante con nuestros votos de chavistas como capitán de la
nave que es Venezuela, debido a su enfermedad que, lo incapacitaba
constitucionalmente de finalizar su período como mandatario elegido
por el pueblo, lo que a grosso modo, pasa a ser nuestra apreciación.

Una vez que Maduro es elegido como presidente por una mayoría del
pueblo: él se convierte en el presidente de la República de “todos”
los venezolanos en base a la Constitución Nacional y, del arbitro que
es el CNE y, debe haber un respeto mutuo entre él como gobernante y
los demás ciudadanos venezolanos en atención al acatamiento de los
derechos humanos que todos por igual merecemos atenidos a la condición
humana que, gozamos y, cualquiera que sea el caso en que nos veamos
involucrados, siempre deben ser bien resguardados nuestros derechos y
deberes llevados por el buen camino de la paz.

Ahora bien, se ha hecho realidad actualizada en nuestro país que,
entre la oposición y los chavistas, la ofensa sea el arma que
utilizamos para descalificarnos a como sea que, demuestre quien tiene
la razón que, a veces deja mucho que desear ese comportamiento al caer
en enfrentamientos malsanos y en puntos de vistas bien bajos que pasan
del chisme y rumor a los descalificativos bien mediocres que en nada
nos realza por ser tomados después de ser lanzados a la ligera con el
sólo afán de demostrar furibundamente quién es mejor, cualquier el
medio utlizado no sirve de lección política de nada y, la nada es, por
lo contumaz de la acción-reacción de los casos.

Y, por tanto, creemos que el presidente Maduro está cayendo en un tú a
tú callejero nada pedagógico con quien ose criticarlo o, trate de
rebasarlo políticamente bien en lo cultural, social y económico como
en hechos que se atan a particularidades de arreciar en desafueros
inconstitucionales que no se demuestran, se suponen y, en vez de
apelar a la ley con todo por lajusticia se cae en un juego que en nada
busca el acercamiento de atajar o mejorar las condiciones de
comprensión y ayuda en general que, haga posible que el país marche
mejor y, que los que invierten y están dispuestos en trabajar por el
bien común del pueblo sea tomado en cuenta como un venezolano más que
cualquiera sea su parecer político se le dé la oportunidad de
demostrarlo y, en caso de haber caído en antagonismos peculiares o, de
otros interéses que no se aercan ni dan tregua a la leal convivencia
hay, que conversar y no descalificar con alias y frases que están
fuera del contexto revolucionario entre los conciudadanos que piensan
diferentes a él.

Nuestra nación necesita de mucha armonía y son los gobernantes quienes
deben dar el ejemplo continúo con mucha sindéresis y responsabilidad
de acatamiento a las normas morales que nos rigen y, al respeto que
todos los ciudadanos nos merecemos, cualquiera nuestra condición
social de pobre o rico y, el que gobierna no debe estar fomentando
guerras de retos que no vienen al caso y, el que pasa la raya amarilla
de nuestra conveniencia tiene que ser avisado y amonestado no como se
nos dé las ganas, sino de acuerdo a los procederes determinados por
los medios fundamentales a ese fin y mire usted que, pelucones somos
todos y, además de pelucones bellacos voluntariosos y, a veces un
carajo de refriego hace falta y es mejor.