Es necesario restablecer la comunicación con el pueblo chavista

Esta vez quisiera referirme a la columna del Arado y la mar, firmada por Toby Valderrama, “El diván de Jorge y el Apolo 13”. La metáfora con el Apolo usada en el texto no puede ser más reveladora, más elocuente y exacta. Sin embargo quisiera “desmechar” un poco más su valor, precisarlo, para algunos distraídos.

Estuve escuchando el programa sobre el diván de Jorge en elaradoyelmar.blogspot.com.  Y pensé que nadie se acuerda (ni siquiera en el gobierno se deben acordar) de ese dramático episodio,  y mucho menos de la gravedad de lo que en él había en juego, sobre todo con el fracaso total de esa misión.

Lo hay de resaltar en la metáfora es el valor que tuvo la comunicación con Houston para enterarlos de que había un problema. Es decir, el solo hecho de comunicarse con Houston ya era una victoria del programa Apolo 13 (¿quién sabía entonces del espacio, de los imponderables tecnológicos, quién entonces no corría un riesgo con un proyecto como ese?). Y las respuestas subsiguientes estuvieron acorde con la victoria de la misión y el éxito de la humanidad,  y político de Houston en el medio de la guerra por la conquista del espacio.

Si no se comunican los astronautas quizás hubiera sido un desastre. Quizá hubieran inventado un cuento diferente, hubieran inventado alguna disculpa científica o algo así. Pero, comunicarse con la realidad para quienes se juegan todo tipo de reputación era fundamental. O sea, que: primero, comunícate, y segundo, habla con la verdad, que de ella depende tu vida y la vida de todos, y de eso todos ahí tenían una conciencia común y clara.

Ese es el valor de la metáfora de Toby Valderrama. El pueblo, o parte de él, viendo la gravedad de la crisis que pone en riesgo la Misión, manda un mensaje urgente “¡Miraflores: Tenemos un problema!”.

Houston escucha y atiende el llamado del Apolo 13, por la gravedad que significa para los astronautas (el pueblo, en la parábola metafórica del Arado) el que no se pueda resolver el problema. Porque de atender responsablemente, recogiendo todos los datos, todas las señales físicas a considerar para la solución de las dificultades dependía el éxito de la Misión, aún fracasase en sus objetivos originales. Solo salvar la vida de los astronautas ya era un éxito importante; solo salvar los logros espirituales, de conciencia, conquistados hasta ahora por la revolución ya es un éxito.

Es el caso del mensaje que envía el pueblo, con otros medios, mediante otros sistemas, al gobierno. “¡Miraflores, tenemos un problema!”. De resolver el problema depende el éxito de la Misión programada del socialismo.

Solo que, en estos dos años, nunca se programó nada. Todo fue dejado, delegado a los caprichos del mercado. Preciso, a la voluntad de los tecnócratas, que es la misma voluntad del que no tiene ninguna. Los economistas, planificadores, geógrafos, estadistas, etc. solo obedecieron a la lógica de la ganancia, del lucro, de lo que ellos llaman “el corazón o razón de ser de la actividad humana”, a pesar de autocalificarse con ello de ser ellos mismos humanos intrascendentes. ¡Bueno!, no lo saben, ni lo sabrán.

Ahora, pensando en Temir Porra, creo que, en comparación, es un valiente al dar una respuesta a esta locura. Por lo menos serio, hasta honesto. Reconozco su valentía en medio de tanta ignorancia y miedo a pensar. Resulta que el Temir cree en algo, en lo que defiende. Es eso lo que debería hacer ahora el gobierno, puesto que fue el mismo Temir quién diseñó al Apolo 13 del cual el gobierno ahora no es capaz de dar cuenta de su destino, de asumir su paternidad.

Ahora dice Temir, “¡Miraflores, tenemos un problema””.  Y Miraflores lo abandona  por “dogmático”. Y por carambolas, abandona al pueblo chavista, que confió en todo y en todos los dirigentes, herederos de la revolución;  por indiferencia. Ahora Miraflores les dice al pueblo chavista: “sigue  así, sigue votando, que todo está bien, que todo está bajo control, nosotros pensamos por ti”.

Y Temir, un técnico, un ingeniero destinado a resolver problemas queda perplejo ante tal locura. Y el pueblo queda perplejo, todavía más que Temir; muchísimo más, hasta la indignación. Y es que Temir fue un asesor del gobierno y su rabia es solo por orgullo profesional. Pero el pueblo lo es todo para el gobierno (¿Verdad?): “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, mientras el pueblo vote.

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Pero el mensaje en boda del pueblo chavista en la calle, y en boca de los intelectuales y políticos, dirigido a Miraflores no se escucha, y se aborta la Misión del socialismo. Después de leer entrevistas, de clamores escritos y hechos por  gente muy respetada, desde ex ministros, sociólogos, académicos, intelectuales, las reacciones del Gobierno no se sienten, sus acciones siempre se dirigen hacia otro lado. Y cuando rozan un poquito algún asunto de importancia la reacción es débil, desfasada de la realidad  en el tiempo, o un grave un saludo a la bandera.  Hoy se lee en la prensa que el Banco Central de Venezuela demanda en Estados Unidos a la Web Dólartoday. Ayer, una comisión de la Asamblea Nacional introduce una demanda en la Fiscalía General de la República en contra de Empresas Polar y Lorenzo Mendoza. Si no fuera serio todo esto, por lo que estamos perdiendo en revolución y  consciencia, si no fuera tan dramático que nos olvidemos de Chávez, daría risa. Darían risa estas respuestas del gobierno: la primera, además de tonta, es tardía. Y la segunda, vergonzosa. En vez de escuchar el llamado a avanzar con medidas socialistas, solo se muestra una valentía desde lejos, una morisqueta de dignidad sin mirar a los ojos al enemigo. Yo quisiera escuchar y ver al presidente decretar expropiadas las Empresas Polar por razones de interés nacional, y convocar a las comunas y consejos comunales para organizar la emergencia.

Las elecciones y el beisbol profesional van a acabar con lo que queda de la revolución.

Le oí decir a Mario Silva que el pueblo no se vende por ningún precio. No hay nada que alague tanto al pueblo que una mentira de esas, sobre todo cuando el mismo pueblo chavista se ha desbandado para vender su voto al precio de equipos de mí casa bien equipada o por las promesas de seguir repartiendo. El deseo de Mario Silva, es obvio que solo es eso, un deseo, porque la realidad lo está ahora mismo desmintiéndolo. Ese pueblo que hace dos años estaba dispuesto a todo por Chávez y por los cambios, hoy fue extrañado de la revolución, apartado. Lo secretean. No se ve la conexión con él sino en una fórmula comunicacional repetitiva y distractora a través de la televisión, en programas propagandísticos, sin crítica, sin consulta, sin la libertad de los invitados de criticar o expresarse sin temor su opinión, y, las Cadenas Nacionales.  De lo único que se nos permite “saber” es a cerca de las elecciones y sobre el beisbol profesional. De lo otro, es decir, de lo que pasa en el país dentro y fuera de él, los ataques a PDVSA y a Rafael Ramírez, las críticas de intelectuales importantes; inclusive, las mismas “gestiones” promovidas por el gobierno y el PSUV en EUA y en la Fiscalía, de eso no se sabrá nada muy pronto. Si se señala algo se silencia rápido para no distraer la mirada del pueblo chavista, de la obligada distracción del pueblo chavista de lo importante, mediante el tema de las elecciones y el beisbol profesional, un verdadero opio.

Un pueblo distraído es víctima de todo tipo de dominación. Un pueblo despierto es el que le grita a Miraflores que hay un problema que se debe resolver



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Héctor Baíz

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