Trotsky: y continua el chantaje con la amenaza del fascismo

La amenaza del fascismo es real. Pero el fascismo no es un ente abstracto; es una forma del espíritu humano que tiene su correlativo en practicas sociales. El fascismo es una forma gregaria de asumir la realidad. El imperio no necesita invadirnos, le basta con hacer emerger de nuestros corazones al fascista gregario que llevamos dentro. Por ejemplo, condenar la crítica, es fascista, simplificar la realidad, despensar el mundo y sus problemas desde las emociones, todo eso es fascismo. Desatar el odio y persecuciones a las ideas y a quienes las tienen... El prejuicio es fascista. No tenemos muchos más fascistas fuera de nuestras mismas filas. No hay más fascistas afuera que dentro de la revolución. El chantaje no funciona. Estamos claro. Perseguir trotskystas es igual a perseguir comunistas en la época de Mussolini o del macartismo, o judios en tiempos del Nacional Socialismo. ¡Qué es eso de perseguir la crítica bajo el nombre de Trotskismo!. La crítica, cualquiera que sea, siempre será revolucionaria. El chantaje no funciona mientras la crítica exista. Estamos esperando las persecuciones físicas.

Trotsky no hizo fracasar a la revolución soviética. Pero Stalin sí asesinó a Trotsky y a su familia, junto a todos los cuadros militares más importantes del Ejercito Rojo en plena II Guerra Mundial. Un disparate que casi hace que el pueblo soviético perdiera la guerra frente a la Alemania Nazi. Muchos argumentos prestados, muchas medias verdades, muchas mentiras para justificar una persecución. Parecen cosas del pensamiento pero son mas bien producto del resentimiento por el pensamiento, de la adulación extrema; emociones y nada más.

Criticar a Martens (Ludo Martens, el belga) es una tarea de tiempo. Para empezar, tendríamos que leer su famosa apología al stalinismo. Más sencillo es capturar, “sorprender al vuelo” la astuta intención y el daño que puede provocar en los jóvenes militantes de izquierda y militantes desprevenidos, este supuesto testimonio del signo político y la vida de Trotsky. Es una villanía en contra de una de las figuras más sorprendente de la revolución soviética. Como referencia a esto que acabo de decir es que no hay ninguna historia de la revolución rusa que desmerite los logros intelectuales, políticos y militares y revolucionarios de Trotsky -a parte de aquellas oficiales escritas en tiempos de Stalin y el stalinismo, donde simplemente borraron su nombre y toda su existencia de la faz del tiempo-.

No es justo que ahora empiecen a prohibir a la militancia del PSUV o del PCV los textos escritos por Trotsky. De ahí a quemarlos en la calle hay solo un pasito. No es muy revolucionario que personas como este falsificador sea quién oriente a nuestros lectores jóvenes y sea apoyado con una página completa en el Correo del Orinoco, el mejor periódico del mundo, a decir del mismo Chávez (¡háganle honor a eso por lo menos!). ¿Dónde están nuestros ideólogos?. ¡¿Dónde está la crítica ideológica cuando se condena a la crítica misma, a la crítica como ejercicio intelectual fundamental y revolucionario de sí?!.

Trotsky aquí es una excusa para perseguir a la crítica. Si es un simple juicio a Trotsky diremos que está mal fundamentado. Lo más apropiado para un político crítico, incluso si es periodista, es investigar sobre el personaje y sobre el tema, sobre la historia. ¡Claro! Sin prejuicios emocionales. Pero Trotsky es una excusa ¿No es así?

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Héctor Baiz

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