Íbamos hacia el alba acendrando en la soledad la palabra nítida, la verdad alegre como el sol, cuando vino en letras amigas el recuerdo de nuestro Comandante Eterno, para afirmar la fe en la imprudencia bizarra, en esa que va sin cálculos, sin pensamiento en opimos beneficios. Y cae sobre el catador de verdades, sobre la palabra veraz, la furia recóndita del animador de farsas, el calificativo que, impotente para destruirlas, busca amenguarlas: cosas… tonterías… idealismos… Olvidan los que lanzan el epíteto temeroso y artero, que esos idealismos, esos lirismos —como despectivamente los llaman esos pseudo-pragmáticos, los que opinan que lo práctico es sólo lo que ofrece ventaja personal— invisibles para la ceguera de quienes por torpeza o por disimulo cómplice, se empeñan en hacer coro a la conveniencia de los usurpadores que ha de regalar fruto a su propia conveniencia. Y crecen las masas corales de la conveniencia ventajista.
Palabras de medios tonos reveladoras de pensamientos informes, sonrisas de disimulo, voces que sólo llenan apariencias, son señales de miedos inconfesables y hay que batirlas con las palabras completas, densas de realidad trascendente, rudas si fuere preciso, y con la risa de las sinceridades sonoras que no temen los silencios perplejos, que no medran entre indecisiones con vagas actitudes de halago y complacencia en venta. “No siempre al buen callar ha de llamarse Sancho, ni tampoco ha de señalarse a toda hora como quijotada, con burla despectiva, el parlar de convicción firme y socialista que no tiembla ante los peligros”.
La responsabilidad se acuclilla y se trueca por el éxito de los mercachifles, que ya subraya dolosamente esta crisis en los tiempos que vamos viviendo. Tiempos admirables, por otra parte, para crear en nuestro pueblo para afirmar la fe en el Legado de nuestro Líder Eterno, la fuerza del espíritu socialista, en el valor de la rebeldía espiritual —dignidad permanente— que no ha de confundirse con la vocinglería interesada cuando pretende ejercer función de liderazgo.
Y esa crisis de conciencias ha de domeñarse con palabra enérgica, neta —estética expresión de ética— porque es cobardía envolverse en temores usureros en estos días dolorosos, cuando el pueblo va acostumbrándose valientemente al sacrificio, cuando se está peleando el libre tránsito por los caminos del futuro. Y eso no se logrará con la semi-cultura de apariencias, de concomitancias de partido o con asociación de delincuentes, tan grata a ciertas vanidades, porque no es cultura la mentira (…) o para decirlo con cortesía, la economía de la verdad. Y es sobre ésta, lúcida, brillante de valor y de imprudencia bizarra, (como decía nuestro Comandante) donde se podrá elevar la verdad socialista la única, la que no da acceso a la mentira, ni al disimulo, ni a la adulteración —ángulos de servilismo— y va contra los mascarones de proa a darse generosa por la elevación de la jerarquía vital de nuestro pueblo.
¡Tú partida Comandante! Los puntofijistas, en cuarenta años de gobierno robaron 450 mil millones de dólares; pero los rojorojitos, en año y medio que tienen gobernando ya rasparon 250 mil millones de dólares encompinchados con la burguesía. Y sin tomar en cuenta el montón de miles de toneladas de alimentos y los miles de barriles de combustible que se llevaron para la hermanísima república granadina. No hay culpables, no hay presos, nadie ha sido. Tienen preso al “chino de Recadi”. Esto parece el cuento de las mil y una noches. Aly Baba y los Cuarenta Ladrones. Son unos desvergonzados y no paran de hablar de socialismo.
Mi Comandante: ¡Estamos esperando que vuelvas pronto de la misa!
¡Gringos Go Home! ¡Libertad para los antiterroristas cubanos Héroes de la Humanidad!
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡Venceremos!
