Cuando la Patria Llama

Cuando la patria llama porque es atacada por fuerzas oscuras y puesta en peligro su paz interna, su independencia y soberanía, sus hijos, los que la aman con amor desenfrenado, los que sienten la pasión patriótica como una llamarada, concurren prestos a cerrar filas para defenderla, a alinearse todos para impedir que el insolente rubio de ojos azules mancille nuestra dignidad nacional. Sin titubeos ni confusiones luchamos y defendemos el sagrado territorio patrio con lo que tengamos.

Cuando la patria llama, los cobardes y traidores, los que tienen alma santanderista y carujista, se esconden, se dejan confundir y se alinean con el enemigo, se convierten en colaboradores suyos y terminan como aliados de las huestes antipatria. Así fue y ahora no es diferente.

Hoy, cuando la patria llama porque está sometida a una nueva embestida de las fuerzas fascistas y proimperiales no nos es permitido dudar ni vacilar por un instante, porque nos perderíamos irremediablemente en la vorágine de destrucción y odio en que nos quieren hundir para convertir a Venezuela en otra Libia o en otra Siria. Quieren anarquizarla, destrozarla para que vengan a “salvarnos” los perennes enemigos de la humanidad.

Para defender la patria, las circunstancias actuales nos reclaman unidad y rectificación. Los errores son caldo de cultivo para que el enemigo consiga adeptos para la violencia antipatria. La guerra económica adelantada por la burguesía y los errores de gestión para combatirla son por ahora las principales variables que les favorecen. El desabastecimiento de productos esenciales, la especulación y el acaparamiento junto con algunas de las recientes medidas económicas adoptadas por el gobierno han motivado mucho malestar y descontento, especialmente entre los sectores de la clase media.

En consecuencia, se debe rectificar, y ello pasa por revisar urgentemente qué sucede con el Ministerio de Alimentación, por qué su desempeño es tan ineficaz y deficiente en el manejo y resolución de la actual crisis de distribución y abastecimiento de alimentos esenciales, problema que se agrava hasta en los Bicentenario (tantas veces denunciados y nunca atendidos). Pasa por someter a los tribunales a los que timaron a la República a través del SITME y de CADIVI y a los funcionarios que lo permitieron. Pasa por dejar de silenciar y descalificar la crítica que desde nuestras filas se formulan y permitir el libre cauce de la batalla de ideas. Pasa por combatir el burocratismo estatal y en el PSUV para que éste sea un brazo efectivo para favorecer la contraloría social y la lucha a fondo contra la corrupción.

En síntesis, pasa por desarrollar acciones de gobierno efectivas y no efectistas en contra de los abusadores, especuladores, acaparadores y corruptos. Pasa por confiar más entre nosotros mismos y menos en los presuntos honestos del otro bando.

Cuando la patria llama nos unimos y rectificamos para defenderla.

Unidad y rectificación. Viviremos y venceremos.


ramiromen@gmail.com



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