¡Viva la locura patria en Venezuela!

Cuando Jean Paul Sartre conoció en persona al liderazgo que había triunfado en Cuba en 1959, con admiración, con asombro expresó: - Si son unos muchachos!

Igual si revisamos los ciclos históricos en Venezuela, latinoamericano, todos, absolutamente todos los acontecimientos han sido dirigidos por nueva sangre que bulle, que germina, que se alimenta y cada oleada humana que se suceden, son superiores en algo a la que le antecedió.

Esta verdad hiere de envidia a los carcamanes de la política venezolana provenientes de Acción Democrática, COPEI y sus derivados, a los cuales la historia los ha desplazado y no terminan por aceptarlo y algunos para no evidenciar la resultante histórica se autodesignan la tarea de ser guía, de maestros y conductores desde cómodas poltronas que son la únicas que les soportan sus pujos, porque no se trata de la edad cronológica, se trata de la revitalización de vida en la vida misma, vivir para dar vida colectiva, vida patria.

Ese delirio acompañó siempre a Simón Bolívar, cuentan que en una ocasión iba prendido en fiebre, envuelto en sábanas, echado y bamboleándose sobre el lomo de su caballo, el silencio era absoluto, salvo el sonido del casco de los caballos al tropezar con las piedras, a pesar de su condición física marchaba al frente de sus tropas que avanzaban hacia el Alto Perú, era una marcha muy lenta, angustiante, su caballo se detenía a veces, otras veces seguía por automatismo el sendero del camino y porque olfateaba algunos caballos de los baqueanos y de las decenas de soldados que iban delante a dos centenas de metros marcando la vanguardia y la seguridad.

De repente Simón Bolívar cae abruptamente del caballo, en el imaginario de los llaneros venezolanos, caerse del caballo era de mal presagio, y a pesar de la disciplina, obediencia y admiración, nadie se le acercaba, la tropa estaba preocupada, los caballos se inquietaron pero respondieron al freno de los jinetes y jinetas, con cautela se le fueron acercando hasta que lo recogieron del suelo y de la neblina, acunaron su breve estatura y le preguntaron con la dulzura esperando su orden: - ¿Mi General qué hacemos? Y Bolívar responde ido de sí por el delirio de fiebre: -¡Triunfar! Uno de los presentes se apartó con lágrimas en los ojos hacia donde estaba el resto de la tropa y lo dijo casi como un susurro: - Mi General está loco…

Pues esa locura expresada por el soldado era de ternura, de la programación de un cerebro enamorado de una causa que fue razón de vida: Esa locura inspiró a sus soldados y soldadas a las proezas siderales por encima de muchas personalidades que le precedieron en la historia.

Igual calificativo pero con el sentido ya despectivo lo utilizó en su época Estados Unidos de Norteamérica contra Simón Bolívar y lo pregonó por el mundo para descalificarlo, lo tildó de: “El loco del Sur”. Tamaña locura de nuestra Gloria Patria que con acierto premonitorio calificó a EE.UU. como los “destinados por la Providencia a plagar de hambre y miseria a nuestros pueblos en nombre de la libertad”.

Esa locura bolivariana escribió páginas de oro en la historia mundial. No hay lugar significativo en el planeta Tierra donde no haya un busto, una estatua pedestre o a caballo de Simón Bolívar, cuyo periplo por alcanzar la libertad equivale en nuestros territorios a darle siete veces y medias vueltas a la Tierra.

Esa locura bolivariana es fecundante y germina en campos, ciudades y pueblos para libertar naciones, normarlas dándole sus constituciones, sus leyes y parlamentos, para que sean sociedades justas y amantes de la paz, es posible, que sea lauros y aportes de locos a la humanidad.

Las preguntan se bifurcan: a los cuerdos de EE.UU y sus secuaces genuflexos seguro que los pueblos del mundo les preguntarían: ¿Qué se siente ser un asesino en serie?; en tanto, la pregunta que le harían al Comandante eterno de todos los tiempos, Fidel Castro, a Nicolás Maduro, así como al liderazgo emergente que surge en Latinoamérica y en el resto del mundo ¿de dónde alimenta Ud. esa llama incandescente para dar vida por encima de la muerte?

No deja de conmover hasta las lágrimas cuando el Comandante Chávez expresó y parafraseamos “no quiero vida por la vida, quiero vida para mí para dar vida y poder hacer algo más de lo que empecé” o cuando en el Apure el Comandante Chávez vertió sus lágrimas y en ese grito que retumbo en el llano y trepo por las laderas de las montañas, “cuanto me gustaría perderme entre tus sabanas, tomar esta ruta, y seguir hacia allá lejos” qué dilema mental del Comandante Supremo. Qué agregar o describir aquí cuando no hay, no se consiguen con facilidad palabras para explicar esto y sus implicaciones, creo que bastará con un fuerte abrazo y verter las lágrimas sin complejos y con la libertad que lloramos de admiración también.

Definitivamente, es cuestión de locura, las y los “cuerdos” no entienden esto.

Es acaso locura cuando Robeilys Peinado, adolescente venezolana, campeona mundial en garrocha y ahora campeona en los Juegos Bolivarianos dice con conmovida hasta las lágrimas con palabras de su tierna edad que estaba ilusionada siempre para recibir del Comandante Chávez la bandera de la selección venezolana. Pero antes la ausencia del Comandante Supremo pero al sentir ella que llovizna cuando compite, ella lo siente allí, acompañándola, dándole, bríos, vigor y valor Oh! eso sí que es locura señores y señoras cuerdas, esto jamás lo entenderán Uds., lo entendemos somos nosotros.

Viva la locura patria! En Venezuela nos declaramos locos de amor, porque amor con amor se paga!


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Gaspar Velásquez Morillo

Perfil de Gaspar Velásquez Morillo. Venezolano. Lic. en Periodismo egresado de la Universidad de la Habana Cuba. Master en Periodismo por la UNESCO. Candidato a Doctor en Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Línea de Investigación: Gestión Pública Bolivariana. Especialista en Políticas Públicas. Especialista en Ciencia Política. Profesor Universitario en Pre y Postgrado. Facilitador de Procesos Socio-Políticos y Educativo. Asesor Político Comunicacional. Consultor de la Asamblea Nacional 2001 2005 en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal y Ley de la Defensoría. 1er Secretario del Consejo Legislativo del estado Trujillo en la República Bolivariana de Venezuela, año 2000.

 gaspar_velasquez@yahoo.es      @gasparvelasquez

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