El jardín de todas las posibilidades


La situación política venezolana se asemeja al poema El Jardín Frondoso de la Vida que nos canta hermosamente el poeta:

"Un jardín frondoso, con un rico manantial en el centro, situado en el camino de la vida, la tentación del viajero es parar allí, detener el tiempo, disfrutar de la placidez del sitio, pero el que se detenga descubrirá que la lujuria del jardín sólo dura un instante, después se transforma en un desierto infinito. La existencia es un eterno movimiento que impide el languidecer.

Del jardín se puede salir, continuar el viaje por  tres senderos. Dos anchos, que después de muchas vueltas regresan al jardín y a la condena de lo infecundo. El otro estrecho, pedregoso, sube hasta las cumbres y allí conduce hacia lo inédito, se pierde entre nubes, este es el camino de la vida".

Nuestra política hoy presenta también tres senderos: dos son los caminos propuestos por la oligarquía tradicional y por la que ha brotado en el lado oscuro de la Revolución. Conducen al capitalismo, encuentran complicidad en la pequeña burguesía, nos devuelven a antes del 4 de febrero, a un nuevo pacto, a un nuevo engaño, elecciones carnavalescas, estupidización del pueblo, despolitización de la política.

El sendero estrecho es el camino de la Revolución, conduce al Socialismo, requiere en este momento la participación de la clase obrera fusionada con su ideología como conductora del proceso revolucionario. Revisemos cuál es el estado de la clase obrera.

Los dirigentes obreros proponen como objetivo de su acción el economicismo. Lo más lejos que llegan es a luchar por los contratos colectivos sin engarzarlos a la Política, sólo pujan por mejoras. Otro sector propone un control obrero que cada vez más se presenta como apropiación de las fábricas por un grupito de obreros que la enfrentan al resto de la sociedad y se lavan la cara como el rotary club, haciendo filantropía. Los dos sectores no cumplen su papel histórico, no ayudan a la marcha hacia el Socialismo.

El papel de la clase obrera en esta turbulencia que vivimos es fortalecer a los sectores revolucionarios dentro de la Revolución, acompañarlos, dirigir con sus ideas y con su acción.

Llegar al Jardín de los tres senderos es una odisea, una hazaña. El destino de las revoluciones en esta etapa dependerá de la ideología de la clase obrera, sólo ella puede conducir por el sendero estrecho, derrotar a los oportunistas que proponen ir por los caminos anchos que llevan a las necrópolis.

La clase obrera venezolana tiene la rara, excepcional oportunidad, de unir su teoría con su práctica, convertirse en ariete revolucionario, saldar las cuentas que dejaron pendientes los Soviets, la Comuna de París, Allende, convertir en realidad el sueño de Bolívar, de Chávez, hacer honor a tanta sangre, a tanto esfuerzo humano para traernos hasta el Jardín de todas las posibilidades.




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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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