No es ninguna
revelación ni un descubrimiento reciente de que la pequeña burguesía
burocrática, heredada de regímenes antinacionales o la que se va creando,
con carnet del partido de gobiernos revolucionarios o progresistas (sin
control de las bases), tienen la capacidad y la astucia, de irse
convirtiendo en un inminente riesgo, similar al peligro latente de los
enemigos de clase de todo proceso liberador y revolucionario.
Es la imperiosa
necesidad y las circunstancias en que los pueblos, junto a sus direcciones
políticas toman o ganan el derecho de gobernar un país, arribando
a este culminante momento después de intensas luchas, y se topan con
la realidad concreta de que se necesitan expertos, técnicos, economistas,
ingenieros y entendidos en el manejo de las cosas del estado y generalmente
lo primero que está cerca, es la burocracia pequeña burguesa y viciosa
de regímenes anteriores. Esta burocracias, luego sin ningún o escaso
control por parte del alto gobierno y principalmente por los sectores
populares, comenzará su trabajo contaminando a los nuevos funcionarios
con carnet del partido, para ir formando una nueva clase de pequeña
burguesía burocrática y conformar un espíritu de cuerpo en defensa
de sus propios intereses particulares.
Esta burocracia
pequeño burguesa dañina, fue con la que tuvo que encontrarse Lenin
en los primeros años del gobierno de los soviets, en 1917, cuando ante
la carencia de técnicos y expertos en las filas del proletariado para
manejar el nuevo estado socialista producto de una revolución, tuvo
que recurrir a la burocracia de afuera del partido, pero no sin antes
hacer una explicación a todas las bases, de la necesidad de tener que
contratar y además pagar bien a estos burócratas, pero al mismo tiempo
de advertir el peligro que significaba al proceso esta medida del gobierno.
También dio las pautas para controlar y vigilar esta necesaria incursión
al gobierno, para agilizar las cuentas y mecanismos burocráticos del
nuevo estado naciente, así mismo sobre todo empezó todos los esfuerzos,
para incentivar el conocimiento en las filas del proletariado para tener
sus propios cuadros, técnicos entendidos en la materia para trabajar
en los mecanismos del Estado.
Con la muerte
de Lenin, la lucha del Estado soviético continuó siendo intensa
en contra de las acechanzas extranjeras, y al mismo tiempo en contra
de la pequeña burguesía burocrática, en las filas del partido oficial
y del estado, para luego del golpe de estado del revisionismo en 1956
de Jhruschov (Kruschev) quien en su afán de luchar en contra
del “culto a la personalidad”, inició toda una ola de desprestigio
en contra de Stalin y sus errores que sí los tuvo, campaña que además
la utilizó para anunciar la revisión del marxismo-leninismo, y al
revisarlo acabaron con uno de los más elementales principios
de la revolución : la dictadura del proletariado, camuflándola con
el ”Estado de todo el pueblo” y reformas económicas que nada tenían
que ver con un Estado socialista.
Aquí
comenzó la famosa “coexistencia pacifica”, como inicio de
un sometimiento al capitalismo mundial, línea que fue obligada
a ser adoptada por casi la mayoría de partidos comunistas del mundo,
y aquellos que se resistieron fueron expulsados y en defensa del verdadero
marxismo-leninismo, fundaron sus propios partidos, para seguir sustentando
los principios y doctrinas que habían sido revisados por los nuevos
burócratas de la Unión Soviética.
Después del
XX Congreso del PCUS en la URSS, la burocracia comenzó a abrir una
puerta trasera para la restauración del capitalismo, en ese momento
fue el Gran Mao Tsetung que advirtió a todo el mundo, que la dirección
soviética, “estaba abandonando no sólo a Stalin sino también a
Lenin y a los principios revolucionarios del marxismo”, para luego
después de la sucesión de acontecimientos en esa dirección, llegar
a la conclusión en el año 1964 de “que el ascenso de los revisionistas
antimarxistas al poder significaba el ascenso de la burguesía al poder”.
El trabajo
antimarxistas de afuera y dentro de la revolución por truncarla, dio
sus frutos finales en la década del los años 80 donde se acelera el
salto al sistema capitalista con el colapso de la Unión Soviética
en 1991 con los dos personajes de triste recuerdos como Gorbachov y
Yeltsin, como representantes y gestores que culminaron el
trabajo de esa burocracia que revisó y abandonó los principios
fundamentales del marxismo-leninismo, para llegar a lo que es hoy Rusia,
una potencia capitalista y China de seguir transitando el
camino del revisionismo Ruso que el gran timonel Mao criticó, de seguro
desembocará como Rusia en una potencia capitalista con algunas contradicciones
con el resto de las potencias capitalistas, por la hegemonía del mundo.
Lo que sucedió
en la URSS y lo que viene sucediendo en otros países donde hubo verdaderas
revoluciones populares con las armas en las manos, son los ejemplos
más aleccionadores para tomar en cuenta, y luchar permanentemente para
evitar el secuestro de organizaciones sociales, partidos revolucionarios
o gobiernos progresistas y revolucionarios con el control y vigilancia
permanente de los trabajadores y sus aliados naturales, en contra
de las burocracias pequeña burguesas, que siempre están saboteando
y soñando de que es posible transitar hacia una sociedad de iguales,
sin afectar los intereses del capital, o mejor dicho, creer que es posible
construir el socialismo, dentro de los moldes del capitalismo con la
muletilla de que “hay que gobernar para todos” y que “aquí cabemos
todos”, falso, no se puede gobernar para ir hacia el socialismo, fomentando
también a la derecha (el capitalismo), en un proceso revolucionario
y de liberación nacional, tampoco cabe la burguesía explotadora,
sólo cabemos los que queremos revolución y liberación nacional. No
hay proceso liberador ni revolución verdadera, sin la participación
y conducción de los trabajadores y sus aliados naturales.
Para los que
aún siguen creyendo alborozadamente que el sistema del socialismo camino
a una sociedad comunista, fracasó con lo sucedido en la Unión Soviética,
se equivocan, quien fracasó fue una burocracia revisionista y
no los principios fundamentales del marxismo, y con lo que esta
sucediendo hoy en varias parte del mundo, con la rebelión de
los pueblos en contra del sistema capitalista, reafirma la vigencia
del marxismo-leninismo como una guía para la acción, para la liberación
de las naciones. Los pueblos no piden mejorar el capitalismo, exigen
revolución social y directa. Sin burócratas ni conciliadores,
ardua y difícil tarea, pero hacia allí vamos.