La angustia de un rojo-rojito

¡Los engañaré! ¿Qué dices mi opulento amigo? ¿Qué es una tontería juguetear con el tenedor y marcar con puntitos el mantelillo? Pues escucha: con el tenedor hago lo que me place, y con el mantelillo, lo que me da la gana. ¿Es que no soy yo un chavista?... Tienes razón: precisamente por eso no puedes hacer lo que te dé la gana. Sí, los engañare; pero, ¿Cómo no ser el engañado? Pruebas, contrapruebas, ficciones, apariencias donde la falsedad es más verdad que la verdad. ¿Será realmente lo que nos dice la CIA lo que tiene que suceder? ¿No serán unos disfrazados, como yo soy un disfrazado de rojo-rojito? ¿Qué es lo real y qué lo ficticio? ¿He de sufrir otra prueba? ¿Cuándo? ¿Y cuál?

Ahora distante de aquellos momentos, se me ocurren muchas soluciones; entonces, ninguna. La superioridad de aquel aparato de espionaje sobre mí la reconocía tan abrumadora, que, sin consciencia, me sentía impotente frente al poder que me dominaba. Las agujas de las horas avanzaban con velocidad fantástica, consumiendo mi precioso tiempo. Era desesperante levantar la vista y comprobar la fuga vertiginosa de los minutos. No decidí nada. Salí de allí sin lograr siquiera bosquejar un ensayo del plan. Eso sí, es verdad, con la decisión ¿firmísima? De burlar al pueblo y la revolución. Esta decisión me reconformaba interiormente; parecía como si me redimiera de “aquellos” revolucionarios… ¡En el supuesto de que aquello tuviera que redimirme!

Me intrigaba el proceso a través del cual pude llegar a esa iniquidad. Acaso el chantaje, del que yo y tantos otros éramos víctimas. Nada; era incapaz de adivinarlo y carecía de noticias suficientes para deducirlo. La emigración “maiamera” está corrompida, material y moralmente. ¡Qué diferencia entre esta realidad y aquellas organizaciones “golpistas” terroristas y fanáticas, que nos pintaban los procesos espectaculares y la constante propaganda gringa¡ La llama que ardía en tanto pecho venezolano, sobreviviendo al hambre, a la miseria y al desmoronamiento físico y moral, sólo se basa en una ilusión; no hay en la lejanía extranjera nada, absolutamente nada, que sea capaz de un gesto heroico y salvador.

Estoy bajo el poder de la CIA. Estoy acabado. Deseché estas reflexiones tan desagradables. Volví a mi caso. No me sentía tan desalentado por la traición descubierta. Casi diría que me daba fuerza y audacia. No fue la idea de un suicidio propiamente lo que me dio un principio de solución; fue la cosa accidental, la torpeza, lo imprevisto de lo sucedido. Un miedo atroz se apoderó de mí. Tuve la idea loca de que aquél hecho era el fin de mi vida. Sí, pensaba temblando todo mi ser, ahora me hunden un puñal. Sí… ahora. Yo les veía, sin mirar, cómo levantaban su arma, lentamente, recreándose, eligiendo el sitio mortal donde herir; sí, ya apartaban el disimulo, quitando aquel estorbo… ¡Ahora!... Pero no, querían recrearse aún en la contemplación de su víctima… Intenté rezar: imposible; mis dientes castañeaban de pánico… ¿Tiene frio?, me preguntaron, y noté una frialdad en la espalda… Es un puñal, pensé, es un puñal que se hunde en mí; sí, es un cuchillo…; el cuchillo de estos hombres debe ser de hielo, de hielo… Algo turbio me apagó la mirada; mis ojos debían estar muy abiertos, pero ya no veía; tuve la sensación de caer muy hondo, pero oscilando, igual que la bruma, fuera de toda ley del mundo. He muerto ya, me confesé, y quedé repentinamente tranquilo.

Mi despertar fue agradable, porque al volver a mi conciencia me encontraba en una cama, semisentado sobre las almohadas y sin la espantosa sensación del frio en la espalda. Pero fue muy desagradable abrir los ojos, porque lo primero que se me presentó a la vista fue el rostro de los esbirros de la CIA, de aquellos tipos repelentes.
Revolución:

Camaradas ¿Cuál revolución? El poder económico lo tienen los pulperos de siempre, las mafias golpistas de: Fedecamaras, Conindustria, Consecomercio y Cavidea. La mega-inflación nos devora, existe escasez de los productos de la cesta básica, pero cerveza, Coca-Cola y Pepsicola se encuentran por todas partes. Las pulperías están llenas de artículos suntuosos y chirimbolos. Los pulperos están ganando más dinero que nunca. Debemos pararle el trote a la especulación. ¿Qué pasa con el tan cacareado control de precios? Se debe elaborar un concienzudo análisis de costos. ¡Colocación en todos los productos el PMVP ya! En los mercales y pedevales la mayoría de los días de la semana los anaqueles están semivacíos. La corrupción y el saboteo de los rojo-rojitos campea libremente y no hay quien les pare el trote ¿Cómo se puede hablar olímpicamente de socialismo sí tenemos tanto consumismo como en la época del ta´barato dame dos? Los medios de comunicación privados dicen y hacen lo que les da la gana y los entes del Estado muy bien gracias.
Socialismo:

El socialismo supone una transformación de la moral burguesa, puesto que incluye una humanización de las relaciones entre el pueblo, es decir, supone que los valores que en el capitalismo jerarquizan la convivencia o subordinan unos individuos a otros dejan de cumplir tal función precisamente porque la posesión, que es el medio de encumbrarse y de adquirir valor, se ha hecho imposible.

El socialismo consiste en la socialización de los medios de producción y control en la distribución de los productos al consumidor. Esto lo repetimos frente a quienes, por ignorancia o por manifiesta intención deformadora, proclaman que el socialismo es el reparto, o la tiranía de Chávez, o el ahogo del individuo entre la colectividad.

Soy socialista convencido, pero, compatriotas, muchos de o los que aquí figuran como tales son intratables; fanáticos, ignorantes, ordenancistas, intolerantes, llenos de prejuicios de origen burgués, desconocedores del proceso evolutivo, en fin, de todo tienen menos de sentido social.

Tenemos que estar convencidos con una absoluta certeza, mientras predomine en Venezuela esa mentalidad política representada por adecos y copeyanos, no habrá ninguna perspectiva ni posibilidad de revolución ni regeneración y recuperación nacional, como no la hubo durante el siglo XIX y XX mientras impere idéntico espíritu de anarquía y disolución.

Creo, en la eficacia de la fe política (fe, sea la que fuere, verdadera fe), creo que toda cuestión es política y quiero separar de ésta la administración, y porque creo así deseo que el PSUV sea ejército de un ideal y no mesnadas de unos cazadores de fortuna, instrumentos de agiotistas o guardias pretorianos.

¡Gringos Go Home!

¡Libertad para Gerardo! ¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria Siempre. Patria Socialista o Muerte ¡Venceremos!


manuel.taibo@interlink.net.ve


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Manuel Taibo


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