¿Cuál es el trecho entre oir y acompañar al presidente Chávez?

Nos convencemos todos los días que las palabras, sugerencias, recomendaciones y buenos propósitos del Presidente no se los lleva el viento. Su mensaje cargado de solidaridad y humanismo tiene en el pueblo venezolano un receptor de corazón.  Por eso cuando lo vemos en esas grandes concentraciones con la dirigencia del PSUV, como la del sábado 21-1 en un polideportivo de Vargas, renovamos nuestra confianza en que los  dirigentes que insisten  en estar anclados en las prácticas del pasado, definitivamente cambiarán y se pondrán a tono con los vientos de revolución.

    Digo lo anterior porque precisamente es el mismo Presidente Chávez quien no encuentra lenguaje ni manera  para convencer a miles de funcionarios públicos y dirigentes del partido para que se decidan y se convenzan de una buena vez que aquí en Venezuela se trata de luchar, trabajar con la gente y construir un nuevo país. Para más pelos y señales, éste será socialista. De manera que la primera y más importante tarea  sigue siendo eliminar de cuajo todos aquellos vicios, corruptelas y desviaciones que convirtieron los 40 años del gobierno del puntofijismo adeco-copeyano en una caricatura de democracia,  que tanto dolor, sufrimiento, frustración y desesperanza le  dejaron a nuestro pueblo.

    Oir al Presidente hablar de las 3R durante casi año y medio, y ahora de las 3R al cuadrado o a la enésima potencia, deja mucho que pensar de los dirigentes de este proceso. ¿Oyen o no al Presidente? ¿Será que al salir de esas reuniones se quitan las vestimentas de chavista y entonces, no lo dudamos, son lo que  realmente son?

     Si al caso vamos,  no estamos diciendo nada nuevo. Casi que lo decimos con las mismas palabras del Presidente Chávez cuando  exhorta a sus funcionarios a ser consecuentes con el pueblo que los eligió, y si no “que vayan a sembrar papas”. De manera que lo de la  ética del discurso (y la praxis) no es cuento ni mensaje solo para la derecha parlamentaria, obstinada y atorrante.  A la militancia del PSUV y del gobierno les toca lo suyo por no haber entendido, acatado ni practicado en el momento aquello de revisión, rectificación y reimpulso. Y si de pruebas se trata,  ya sabemos de electos tercos y negados a entender que aquí se trata de construir nada más y nada menos que el socialismo. ¿Se imaginan ustedes el tamaño del compromiso!?

     Aquí  las reglas del juego están más que claras. Ministros, gobernadores, alcaldes, legisladores, concejales y dirigentes saben lo que tiene  que hacer para hacer exitosa esta Revolución. Trabajar día y noche sin descanso  para conquistar el sueño Bolivariano de lograr la mayor suma de felicidad para nuestro pueblo. Una  afirmación final:  dejar a Chávez solo  es traicionar al pueblo.

chapot339@hotmail.com



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Juan Azocar


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