Ser comunista, una actitud de vida

Palabras más, palabras menos, Haydee Santamaría cuando a un comunista se refería, expresaba: “Ser comunista no es ser miembro del partido comunista, es una actitud ante la vida”, sabias palabras que deben ser la fuente que nutra la conciencia de todo revolucionario.

El desarrollo del hombre nuevo que pregonaba el Che, debe estar en concordancia con el precepto anterior. La lucha por la vida, por la libertad plena, la justicia social, sólo puede concebirse en un país donde el Socialismo sea la fuente política que permita la trasformación total del ser humano. No basta declararse revolucionario para serlo, no es suficiente ser militante de un proyecto político como el venezolano, para creerse revolucionario. Los hechos y nuestras propias acciones son las que nos dan ese carácter tan trascendental en la Historia

Durante la construcción de esa nueva sociedad surgen infinidad de tropiezos que detienen el avance individual de muchos compañeros, las decepciones, el no entender el carácter político que se inserta en la sociedad, las miserias acumuladas a través de años de explotación del hombre por el hombre, las deficiencias ideológicas, el egoísmo, son variantes que producen las deserciones y como resultado de las mismas, comienza un proceso de depuración y de filtro político.

Todo esto es fácil de entender y difícil de asimilar, los errores que a diario se comenten, incluso los dirigentes de nuestras organizaciones (en su mayoría los vicios que han acumulado y no terminan de deslastrarse, en la sociedad que pretendemos enterrar) surgen producto de la inconsistencia ideológica en el manejo diario de la política, lo cual genera un proceso de intrascendencia pervirtiendo la conceptualidad de un líder.

Es normal hoy ver la cantidad de líderes que se autodefinen como revolucionarios, marxistas-leninistas, comunista y cuanto calificativo les permita engañar y acceder al poder y obtener las prebendas propias que le da esa condición.

Amparados en su inestabilidad hormonal, agreden la inteligencia de un pueblo que resignado, ve los atropellos propios de una nueva casta de “líderes” que emerge de la divinidad que caracteriza el oportunismo pequeñoburgués. No hay consecuencia ni compromiso en el discurso, orientan su irracionalidad al vil engaño, la torpeza es el norte que define el curso de estos enemigos internos del proceso.

Indulgentes, materializan la existencia de una sociedad suicida que se pretende enterrar, obvian los nuevos procesos trasformadores y creadores que deben regir la nueva sociedad, la sociedad Socialista. El camino que siguen los conduce, de manera irreverente, a menospreciar la nueva realidad política del país. El oportunismo, como base histórica de la conciencia de estos “nuevos revolucionarios”, los envuelve en la más vil de las traiciones, atentando en contra de la esperanza de un pueblo que no permitirá el regreso al pasado, donde una sociedad suicida los mantenía en la profundidad del olvido, la oscuridad siempre fue parte de la gran mayoría de los venezolanos.

Ante la actitud que debe caracterizar a un revolucionario, a un comunista, donde los valores éticos y morales prevalecen, los retrógrados que han nacido amparados en la benevolencia y bondad de nuestra Revolución bolivariana, emergen como misiles sin direccionalidad, marchando por el camino de la destrucción de los nuevos paradigmas que hoy se insertan en la sociedad que comienza a dar pasos de triunfadores.

Las elecciones del 26 de septiembre son un escenario maravilloso, en el cual el pueblo bolivariano y chavista, saldrá muy temprano a expresar, a través del voto, su voluntad. Algunos han sido muy cuestionados, otros gozan de la total aceptación de sus electores, en todo caso, debemos salir a ejercer nuestro derecho y premiar a nuestra Revolución con una mayoría contundente en la nueva conformación de la Asamblea Nacional.

El tiempo se encargará de depurar nuestro proceso, solidificar con contundencia nuestra Revolución, apartando a todo aquel que un día se acercó a este maravilloso proyecto político como una forma de obtener prebendas y ser parte de los depredadores de la esperanza del pueblo venezolano, del pueblo bolivariano, que durante 11 años ha respaldado el proyecto político que lidera nuestro comandante presidente, Hugo Chávez.

NO HAY NADA MAS EXCLUYENTE QUE SER POBRE

Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos

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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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