Estudiantes, estudiantes...

Los estudiantes, vistos como un concepto monolítico que incorpora en el mismo andamiaje, juventud, vanguardia, deseos de cambio, ímpetu, voluntad, brío, curiosidad y muchos otros elementos tendientes a la transformación, no son ni por error, nuestros pendejos descerebrados y repletos de odio clase media inculcado por padres frustrados, cuya frustración se desprende del sueño capitalista, de la paranoia individual, de la ecuación éxito-fracaso que los envuelve en un torbellino repleto de odio y endoracismo expresado en cirugías plásticas y tinte para el cabello, en botox y silicón, en mantos metropolitanos. Ese escenario funge de aparato estructurante para un pequeño mostruo llamado "Nuestros Estudiantes" que, omitiendo cualquier llamado de la naturaleza, dándole la espalda a la oportunidad histórica y solapados por los medios de comunicación, que pretenden otorgarle mayor importancia de la que verdaderamente tienen sus opiniones (generalmente producto de asesorías impartidas por agencias de publicidad o empresas de lobby), defienden a capa y espada el status quo, se organizan cual boy scout, para imponer los valores conservadores. Si acucioso lector, como lo puede ver, otra singular característica de nuestra juventud es que es conservadora!!! Ascoooo, son unos engendros, están manipulados genéticamente para no responder como seres humanos naturales. Sólo nuestra deficiente clase media, es capaz de generar dichos embriones de copeyano ligado con cura y vieja de junta de condominio, aficionados a la estética corporal, a la frivolidad, a la no lectura, a los juegos de video y a las películas del gran circuito, que los proveen de toda la formación ideológica a través del más potente de los medios... Ah, me olvidaba, TAMBIÉN CHATEAN...

Sobre lo colectivo.
Los nuestros no son problemas cuyas resolusiones estén en la individualidad....hemos tenido muchas glorias individuales y es de las acciones colectivas, de las que hemos obtenido mayores reveses. Ni Dudamel, ni Eduardo Marturet, ni Miguel Otero Silva, ni Ednodio Quintero, ni Francisco de Miranda han podido hacer algo que no pertenece a su ámbito de competencia. Recién ahora podemos ver victorias colectivas que si apuntan a un cambio, de hecho, toda la convulsión, la participación política, la detracción y la aprobación, son elementos nuevos en la sociedad, y han partido todas, de aglutinaciones colectivas...

Honestamente, cuando uno compara las motivaciones de aquellos estudiantes que estremecieron al mundo en muchas latitudes durante los años sesenta y setenta, el trato otorgado por medios de comunicación y órganos represivos del Estado, sus demandas y la respuesta que recibían por parte del aparato institucional, con los actuales pseudo movimientos estudiantiles, hasta un retrasado mental podrá notar que esto es un artificio....total libertad de expresión, permisos para recorrer y destruir nuestro patrimonio, cobertura total por parte de los medios de comunicación, acceso a los magistrados, diputados, presidentes de poderes públicos, invitación a debates televisados, protección garantizada por parte del Estado. Correcta deducción amigo lector, son unos carajitos consentidos... En aquellos tiempos en que Adriano González León escribía País Portátil, los estudiantes eran brutalmente reprimidos sin que esto generara la más mínima investigación, sin que nadie se enterara. Tenían encima a los aparatos de inteligencia, eran amenazados sus familiares, a muchos de ellos los desaparecían o debían exiliarse, recibían tortura y hasta el cierre de la universidad...he ahí la verdad sobre estos carajitos que han demostrado, sin descanso, que nuestra universidad tiene mucha menos fuerza en la creación de conciencia que el Centro Comercial San Ignacio...

Este tema requiere de un desarrollo más completo, pero lo que si sería bueno que tuviera claro todo aquel que es ajeno a la coyuntura política que atraviesa el país, es que no existe ningún paralelismo entre nuestros movimientos estudiantiles, y los genuinos movimientos que se formaron otrora, donde los padres de la juventud pedían a sus hijos que abandonaran la lucha por miedo a verlos muertos, ahora son los padres quienes los envían a protestar, absolutamente seguros de que nada les va a ocurrir en esta terrible dictadura que acaba de dar por finalizada su décimo primera elección en ocho años...muchas más que en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido (a la fuerza), y sólo equiparable a Suiza, pero eso si, sin capitales nazi, judíos y protestantes en su solapado sistema financiero...

luisglayag@gmail.com



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Gabriel Laya


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