Un legado vigente para nuestra revolución

Fabricio Ojeda ¡Luchar hasta vencer…!

Cuando recordamos al combatiente Fabricio Ojeda no lo hacemos con la intención de crear culto a la personalidad, queremos que se entienda que como revolucionarias y revolucionarios estamos en la obligación de construir nuestra historia y reivindicar las luchas e ideas de aquellas y aquellos seres humanos que lo han dado todo a cambio de un modelo de sociedad más justo y humano. Consideramos que en este momento que vive Venezuela es necesario recordar el legado histórico que nos dejara Fabricio.  

      Nadie que revise a fondo aquellos acontecimientos políticos y de lucha social que se vivieron en nuestro país en la década del 50 y 60, podrá dudar de la intachable acción progresista e incansable que caracterizó a este hombre que hoy recordamos. Un ser humano como cualquiera de nosotros, con aciertos y desaciertos, pero que supo derrotar el miedo y los prejuicios que impone la sociedad. Esa virtud le permitió ser un hombre para la historia, y hoy, su pensamiento, su desprendimiento y su capacidad de corregir en momentos cuando las cosas no marchaban bien, recobran vigencia en una Venezuela que construye la revolución social. 

      El diputado que abandonó el campo del reformismo y la institucionalidad infuncional para abrazar la lucha revolucionaria en las montañas, ese ejemplo y espíritu de desprendimiento lo necesitamos en los actuales momentos, ya que para poder construir la revolución será vital la coherencia en nuestra acción. La revolución social implica transformarlo todo, es decir, plantearnos nuevos esquemas de vida que vayan orientados al rescate de lo humano, partiendo desde el hogar y lo cotidiano hasta en la forma de hacer política, sino hacemos esto estaríamos dejándonos arrastrar por la corriente de la insensibilidad humana que impera en el mundo, y sería un grave error manejar un discurso muy revolucionario pero que en el fondo reproducimos todos aquellos antivalores heredados de las democracias burguesas que nos han antecedido. 

      Nuestro proceso revolucionario debe ser revolucionado, y esto debe verse como un paso natural y un ciclo vital  permanente que debe ocurrir dentro de los procesos transformadores, con la finalidad de evitar un estancamiento en la construcción de lo que queremos. Nuevos retos nos esperarán, y tal como lo demostrara Fabricio en su momento, será necesario afrontarlos con firmeza revolucionaria. Las fuerzas enemigas de la revolución sumergidas entre el miedo y el egoísmo afinan su avanzada, en este bloque contrario no sólo se encuentran la derecha convencional y las fuerzas extranjeras que han atentado en contra de nuestro proyecto político sino además existe un enemigo interno, es decir, el que se encuentra en nuestras filas, aquel que lleva la revolución en la boca para vivir de ella  y que está tan interesado como los dos antes mencionados en que las estructuras de este país se mantengan intactas, apostando al fortalecimiento del Estado burgués y negándole al pueblo la oportunidad histórica que se le presenta de avanzar hacia la democracia directa. 

      Sólo unidos y organizados podremos materializar aquella frase del Comandante Fabricio Ojeda “Luchar hasta vencer…” 

“Nosotros en las campañas electorales vamos a buscar los votos de las clases populares que constituyen mayoría en Venezuela; pero parece que después que tomamos las riendas del poder; no volvemos la mirada a esas clases populares sino en nuevas campañas electorales”.

Fabricio Ojeda (1960) 
 

gaprevol@hotmail.com 



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Gabriel Páez


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