La Misión Sucre: Esperanza del pueblo

"La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y Luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades".

Simón Bolívar

El acierto más grande que pueda haber concretado el gobierno Bolivariano, enmarcado dentro de visión liberadora del “Genio de América”: Simón Bolívar, recibe el nombre de Misión Sucre; Misión implantada en la esperanza de un pueblo que por muchos años de ansias democráticas y en espera de justicia social, vio como el ingreso a la universidad de estudiantes de los sectores más pobres se hacía muy cuesta arriba, consolidándose con esto el orden económico, político, social y cultural imperante en los tiempos nefastos de la “democracia representativa”, sistema de gobierno ese que a pesar de pregonar la libertad, hacía uso interesado de la ignorancia; porque esa ignorancia le aseguraba a la clase burguesa y dominante la explotación irracional de los recursos naturales, la subordinación de la nación ante el insaciable capitalismo transnacional con la correspondiente pérdida de soberanía.

Ante esa triste realidad del pasado “cuarto republicano”, surge del accionar de ese nuevo “Genio de la Integración” Latino Americana y si se quiere, mundial, la sublime idea de la “misión liberadora”, signándola con el epónimo nombre del que se esperaba fuese el continuador de la visión política de nuestro Libertador Simón Bolívar, el general Sucre.

Es por ello que la Misión Sucre, como plan portentoso del gobierno Bolivariano, tiene como fin primordial “la universalización” del derecho a la educación, garantizando de este modo el acceso a la educación universitaria de todos aquellos bachilleres que al no quedar seleccionados para continuar sus estudios en las instituciones tradicionales, en épocas pasadas y superadas, pasaban a formar filas de los “excluidos” del sistema.

“Como parte de sus directrices fundamentales, la Misión Sucre pretende la municipalización de la educación superior, la cual supone orientarla hacia lo regional, hacia lo local, tomando como punto de referencia la cultura específica de las poblaciones con sus necesidades, problemáticas, acervos, exigencias y potencialidades. Se trata de propiciar estudios superiores con pertinencia social, con sentido de arraigo y propósito, inmersos en geografías concretas pero con visión global, comprometidos con el impulso y la promoción del desarrollo endógeno y sustentable de cada una de las regiones, de manera que los espacios educativos se expandan a todos los ámbitos de la vida social.

En ese sentido, en correspondencia con la directriz de municipalización, la Misión Sucre creará Espacios Educativos en cada uno de los municipios del país, de tal manera que los bachilleres cursen los distintos programas de formación de distintas instituciones de educación superior”.

Es por lo tanto un compromiso ineludible de todos aquellos que de alguna manera estamos inmersos dentro de esta “gigantesca ola” de esperanza social, luchar sin descanso para que los objetivos de la Misión Sucre se hagan una realidad inconmovible que arrope con su fuerza liberadora toda nuestra nación, y por supuesto que trascienda más allá de nuestras fronteras cubriendo también con sus efectos libertarios a los pueblos esperanzados en gozar por derecho del tan anhelado bienestar social.

La Misión Sucre no debe ser la bandera de caciquismos regionales, ni la base para sustentar aspiraciones de individualismos políticos, ni tampoco de sectores partidistas o grupales; la Misión Sucre representa el futuro cierto de un pueblo, es la realización del ideario de nuestro libertador Simón Bolívar; y por lo tanto ese mismo pueblo debe estar atento para que las “fuerzas oscuras” que se mueven dentro y fuera de la Revolución, no consigan de nuevo “asesinar” la esperanza de los pueblos Americanos y del mundo.


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Luís Daza


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