"Cada parcela de esta tierra es sagrada

para mi pueblo, cada brillante mata de pino,

cada grano de arena en las playas, cada gota de rocío

en los bosques, cada altozano y hasta el sonido de

cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi pueblo…"

Carta del indio Seattle al presidente Franklin Pierce

El indio americano desde 1492 siempre ha vivido en resistencia, primero ante el invasor, luego ante sus libertadores devenidos en gobernantes o ante cualquier gobernante ya sea demócrata o tirano disfrazado. Ningún indio americano resistió y combatió más que nuestros pueblos indígenas, a tal punto que nunca el territorio venezolano fue completamente colonizado; el primer pueblo en Venezuela y Suramérica, fue Nueva Cádiz fundado en 1500, y de allí a la fundación de El Tocuyo, primer pueblo tierra adentro, transcurrieron 45 años, y antes solo se fundaron 4 pueblos, todos en la costa: Santa Cruz en la Laguna de Cocinetas en La Goajira (1502), Cumaná (1521), Coro (1527) y Maracaibo (1529).

Los españoles, ya entrado el siglo XVII, solo controlaban la zona costera, los Andes y las zonas hacia Barquisimeto más algunos reducidos poblados, mientras que la región de los Llanos y el sur seguían estando en poder de los indígenas. Peleas violentas entre colonizadores e indígenas se prolongaron hasta el siglo XVIII, cuando los invasores lograron la fundación de ciudades y pueblos en la zona de los Llanos y Guayana; y para el siglo XIX, se vino la guerra de independencia; en resumidas cuentas el territorio venezolano nunca estuvo totalmente en poder de la corona española gracias a lo aguerrido de nuestros pueblos indígenas.

Desde1830 hasta hoy, 2025, seguimos resistiendo, pero cada día somos menos, hay pueblos enteros que resistieron ferozmente al invasor español, pero han sucumbido ante las clases política gobernantes y sus aduladores, hoy llamados enchufados, ya no existen Jiraharas que defiendan su territorio como en el pasado y la clase política está acabando con el bosque xerófilo milenario del estado Lara, lo transforma en carbón vegetal para la exportación. El carbón mineral también es causante de muerte, su explotación irracional en la sierra de Perijá, hogar de los yucpas, contamina las fuentes naturales de las aguas haciendo que el indio de la zona muera contaminado; mientras que los ganaderos de la zona también con sus instintos terrófagos han contribuido a que los yucpas sean cada vez menos, asesinaron al cacique irredento de Sabino Romero junto a casi toda su familia, y los autores intelectuales, que todo el mundo los conoce andan libres como el viento, total, unos indios menos a quien le importa.

En el estado Bolívar, en la zona del Arco Minero del Orinoco la situación es crítica, la minería a cielo abierto ha estado contaminando a ríos afluentes del Orinoco, entre ellos nada más y nada menos que el Caroní y el Caura, y por lo tanto también a los integrantes de los más de 14 pueblos indígenas que tienen a esa zona como su hábitat desde hace más de 14 mil años, Mario Sanoja Obediente dixit. Allí ocurre un genocidio, un crimen de lesa humanidad como lo es el desplazamiento obligado de comunidades indígenas enteras, los cuales son desalojadas de su hábitat natural, suyas desde hace miles de años por las hordas de mineros desatadas en esa área, y como es sabido por todo aquél que conoce a los indígenas: cuando al indio lo sacan de su hábitat natural, que es su zona de confort, sencillamente muere. Los pueblos indígenas más afectados en esta zona son los pemones, panares, mapoyos y pumé.

En Amazonas la situación es muy similar a lo que ocurre en Bolívar, la minería a cielo abierto está destruyendo todo, los parques nacionales están siendo devastados por la minería ilegal, que es controlada por los grupos irregulares colombianos del ELN y las disidencias de la FARC, y lo más grave: todo sucede con la anuencia de las FANB. Todo eso es vox populi, y nadie dice nada. Indio que diga algo que no le guste a los citados grupos, es indio muerto. Los pueblos indígenas más afectados son los yanomamis, piaroas, yekuanas y jivis. Aquí está pasando algo grave que las FANB tampoco aborda: indígenas renegados ya han empezado a conformar grupos irregulares para controlar la explotación minera en áreas distintas a las controladas por los otros grupos ya mencionados, y asesorados por estos, es decir que entre esos grupos delictivos se están repartiendo el control de la explotación minera en todas las regiones del estado Amazonas.

En estos estados, Bolívar y Amazonas, sucede algo sin parangón: es la región más antigua de la tierra, por lo que tiene una flora y una fauna única en el planeta, pero parece que a nadie le importa, solo interesa que genere divisas a como dé lugar, una muestra de esto es que el gobierno nacional asignó una mina en producción, en fecha 16 de octubre de 2019, a cada gobernador bolivariano.

En Apure, ya no quedan yaruros ni cuivas en su hábitat natural, pero los hatos de ganado de los terratenientes han crecido en extensión, otro ejemplo clásico de que a medida que se desaloja a los indios de sus tierras ancestrales, se mueren.

En Delta Amacuro los waraos son diezmados por enfermedades de todo tipo, es lastimoso, ese pueblo indígena fue sentenciado a desaparecer con el cierre del caño Mánamo en la década de los 60; hoy el 95% de los waraos viven en pobreza extrema y condenados a morir a consecuencia de ello.

La suerte de los kariñas en los estados orientales , es la misma: carecen de tierras aptas para desarrollar su agricultura y cría de animales que les permitan desarrollarse de acuerdo a sus costumbres ancestrales que le garanticen su permanencia a través del tiempo.

El pueblo wayuu en La Goajira nunca fue sometido por los conquistadores, pues, eran feroces guerreros, vivieron de la caza y de las actividades agrícolas hasta la llegada del conquistador, de quien adoptó la cría de animales domésticos, pero desde 1830, año de disolución de la gran Colombia, ya los wayuu de Colombia y Venezuela no tienen suficientes tierras donde mantenerse criando sus animales, pues la voracidad de tierras por parte de terratenientes, a ambos lados de la frontera, han transformado al wayuu en comerciantes entre los territorios venezolanos y colombianos.

Con una nueva constitución y con la promulgación de la Ley de Pueblos Indígenas más la implantación de la Misión Guaicaipuro, tuvimos un sueño con un espejismo dentro de él, pero pronto nos despertamos y todo siguió igual como antes, cada día los indios van perdiendo más y más territorios.

Conclusión

La única manera de perpetuar a nuestros pueblos indígenas con sus culturas, leyes y costumbres es devolverles sus territorios ancestrales y declararlas como naciones indígenas, donde solo el presidente de la república pudiera autorizar entrar en esos territorios por encima de sus autoridades, si no lo hacen así en pocos años ya muchos pueblos indígenas no existirán. Seguramente ya muchos opinadores de oficio dirán que no se puede, que sería establecer Estados dentro de un Estado, desde ya se les dice que existe mucha experiencia en ese tipo de organización territorial, incluso en los USA y también se les dice que este territorio es nuestro desde hace más de 14.000 años.

Preguntas sin respuestas:

¿Será que existe una vieja leyenda india, y es solo conocida por el gobierno, que señala que solo las mujeres pueden ocupar el Ministerio para los Pueblos Indígenas?

¿Cómo es posible que la AN solo existan tres diputados indígenas, y para colmo elegidos en segundo grado, para que representen a más de 50 pueblos indígenas presentes en el territorio nacional?

¿Por qué no se ha investigado la muerte de indígenas que públicamente se han enfrentado a las actividades mineras?

¿Por qué no se han investigado los casos donde las FANB se han visto involucradas en masacres a indígenas?

¿Por qué el estado venezolano no establece pensiones de vejez y ayudas económicas para los indígenas a partir de los 50 años como taxativamente lo demanda el artículo 108 de la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas?

Yoner Arrioja Gaitán

Ingeniero en Electrónica, Indígena jivi. yonerarrioja@hotmail.com