El maletín de Manuel Rosales tenía que abrirse tarde o temprano. No en vano advertí el año pasado en uno de mis artículos en Aporrea, “Rosales el pisapasitos”, las oscuras intenciones de este personaje, quien luego de la no renovación de la concesión a Rctv acudió a Panamá en el marco de una de Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, para sembrar su semillero de odio. En esa oportunidad el colega periodista, Alejando Montiel, agregado de prensa de la República Bolivariana de Venezuela en la Embajada de ese país, advertía las andadas del gobernador del Zulia y alertaba "sobre acciones desestabilizadoras por parte de Rosales”.
El tiempo ha pasado y son muchas las piruetas y ponzoñas que este pequeño y gran reyezuelo del estado Zulia ha podido diseminar en tan largo período de gestión gubernamental, quien con su candidatura a la alcaldía de Maracaibo no hace sino confirmar que mantiene la practica cogollista de su añejo partido AD (Ahora replica de Un Nuevo Tiempo) y por otro lado, que efectivamente trabaja permanentemente para la desestabilización del gobierno de Hugo Chávez Frías. Y por supuesto, para mantener el poder y el caudal de dinero que ingeniosamente procura a través del erario público.
Este viernes funcionarios de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) hicieron un allanamiento a las oficinas del Stanford Bank, ubicadas en el Centro Empresarial El Rosal de Caracas, para investigar las cuentas bancarias en las que el gobernador saliente del Zulia, y aspirante a la Alcaldía de Maracaibo, Rosales, habría guardado dinero obtenido, presuntamente, de forma ilícita.
Otro tanto ha hecho la Asamblea Nacional y el Ministerio Público, que han abierto investigaciones a Rosales por enriquecimiento ilícito. Entre otras cosas, al hombre del maletín del Zulia, Rosales, se le acusa de poseer ilícitamente, a través de testaferros, 14 haciendas en las tierras más fértiles y costosas de la región zuliana. Lo que por ahora se ha podido conocer.
Las conversaciones de Rosales, en las que se escucha asignando grandes sumas de dinero entre políticos de la oposición, comprando cabezas de ganado para sus haciendas, dando costosas dádivas a dueños de comunicación, han sido escuchadas por todas y todos los venezolanos en el programa Los Papeles de Mandinga, del periodista Alberto Nolia, por Venezolana de Televisión.
Con ese panorama el pataleo de Rosales es inconsistente, quien asegura “yo no fui” y según desea que todos escuchen su defensa, en un circo televisivo quiere tapar lo inocultable y hacer su propio montaje, seguramente con la ayuda de Globoterror.
Rosales acusa a la Disip por las grabaciones telefónicas difundidas y reacusa a el candidato Giancarlo Di Martino de usar en su contra denuncias falsas. Niega que posea 14 fincas, como sostuvo su contrincante político, Di Martino, también niega que tiene los inmuebles que le adjudican en Maracaibo. Para su desdicha esa noticia, la de su maletín, ahora circula por las agencias internacionales del mundo. Un poquito de su mismo veneno malo no es.
Lo que si reconoce Rosales es que tiene una "finquita", de unas 315 hectáreas, pero insiste que los documentos que Di Martino presentó ante la Fiscalía para respaldar sus denuncias "tienen que ser falsos".
Niega además la grabación hecha pública, en donde habla con una subalterna de regalos millonarios para editores de periódicos del Zulia, entre otros. Y tiene el descaro de afirmar: "Eso es un montaje hecho en los sótanos de la Disip por los asesores cubanos que tienen. Es totalmente falsa esa conversación".
Si con esa estrategia, la de negar lo innegable, se va a defender, será mejor que vaya buscando el catre en donde va a dormir en la cárcel, que es donde debe estar todo corrupto que roba a sus anchas y sin el menor desparpajo. Y es posible que el Gobernador tenga su carta debajo de la manga y logre salir de ese paquetón y hasta se burle como siempre lo hace de la justicia, tan quebrantada y frágil que aun tenemos.
Porque lamentablemente el abuso de poder es un mal que lleva muchos años en el sistema político venezolano y en el cual muchos líderes se creen intocables por sentirse poderosos. Y es que este tipo de problemas con los mandatarios regionales, elegidos por el pueblo, viene de la IV y se repite en la V República, quienes al ver la riqueza, el poder en sus manos, la adulancia, se olvidan que sólo son servidores públicos y se convierten en pequeños reyezuelos en sus regiones, con su sequito de lisonjeros, aprovechadores y de puertas abiertas para la corrupción y todo lo que ella implica. Para muestra un botón, la lista de los malqueridos aumenta. Ojala los candidatos a los que Chávez les levanta la mano, con tanto euforia y esperanza de que lograrán cumplir su deber como funcionaros públicos, no se amañen como Rosales, quien es por decir lo menos, un modelo de aquellos lideres de los partidos AD y Copei, que por tanto desafuero llevaron el país a la ruina y con ella a su tan querida democracia “representativa“, de la que no se quieren distanciar.
A pesar de las circunstancias, Rosales trata de distraer la atención diciendo al PSUV "les estamos dando una paliza en el estado Zulia y por eso usan toda clase de patrañas".
Este niño de pecho, Rosales, el pisa pasitos, posiblemente no pagará ni un cobre, por tantos años de despilfarro y malversación de los fondos públicos, pero quizás haya entendido que papá Bush se va de la presidencia, que Chávez mantiene, después de casi una década, la popularidad en alto porque, entre otras razones, no hay ningún otro presidente venezolano, en toda la historia contemporánea, que haya dado más atención a los más pobres que Hugo Chávez. Y quizás por eso ni con todo sus cobres, propios, prestados o robados, Rosales podrá en forma que no sea justa y legal, derrocar a Chávez, quien una vez más le gana la batalla, tal y como lo hizo el 11 de abril de 2002, durante el paro petrolero, y en ante los diversos complot, con sus paras y demás especimenes y otras andanadas.
La verdad sea dicha “no hay nada oculto bajo el sol” y las acciones de Manuel Rosales dejan mucho que pensar y mucho que saber.
Periodista
Leonjudi@gmail.com
