Con toda la creolina del planeta no se podría desinfectar al TSJ





Aquí le andan echando el peo de la corrupción a Poder Ejecutivo, y bueno, no hay allí ángeles, sabemos, ni cosa parecida, pero en donde la impudicia, el vagabundaje y la más refinada y bochornosa degradación juegan garrote lo encontramos en el Poder Judicial. ¿Y con esa grandísima plasta del TSJ se pretende que de ahora en adelante se vaya hacer justicia y nunca más tengamos que andar perdonando golpistas, asesinos y ladrones?



Lo que vamos a referir nos pone los pelos de puntas. Porque a muchos de los que hoy se están amnistiando estuvieron jugando papeles decisivos y bien criminales durante toda la larga noche golpista que hemos venido viviendo desde el 2002. Toda esa gente creó ambiente para matar a Danilo Anderson. Yo no voy a elucubrar, sino que hablaré con hechos. El poder judicial es el poder público más corrupto y nos puede de un momento a otro echarnos un gran vainón. Allí se mantiene malandraje que da pánico, y está peor que cuando la IV república. Me atrevería a decir que hasta se ha superado en sus mañas y en su sentina.



Veamos las siguientes Auto-Jubilaciones, que algunos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia se han venido echando al buche:



1- Julio del año 2004: Dos magistrados golpistas: Rafael Hernández (Sala Electoral, copeyano y ex diputado al Congreso Nacional, íntimo de Luis Velásquez Alvaray y colocado en el TSJ por Luis Miquilena) y Alberto Martín Urdaneta (Sala Electoral). Estos sayones determinaron en la famosa sentencia del 14 de agosto de 2002, que el 11 de abril de 2002 no hubo golpe de estado. Que los generales estaban preñados de buenas intenciones. Este par de joyas tienen un procedimiento abierto por el Consejo Moral Republicano desde hace años, habiendo calificado este organismo sus desquicios como de faltas graves. Cuando solo faltaba enviar los recaudos a la Asamblea Nacional para destituirls, los tipos, ni tontos ni perezosos van se autojubilan; Hernández se auto-conforma con el 80% del sueldo, es decir 17 millones y un cheque de liquidación inmediata e instantánea de un millardo por concepto de prestaciones sociales. Este señor sólo había “trabajado” dos años y !

medio en el Poder Judicial. Nojoda, por eso da arrechera vivir en este país tragando tanta mierda…, y mejor no lo meneamos más.



Martín Urdaneta ser auto-jubila con el 100% del sueldo, es decir 21 millones y un cheque de liquidación de dos millardos, por tener casi 50 años en la administración pública.



Hay un tercero, que aún estaba siendo procesado por el poder ciudadano, Rafael Pérez Perdomo (de la Sala de Casación Penal) quien coge su bojote de auto-jubilación con el 100% del sueldo, es decir



21 millones y un cheque de liquidación de casi dos millardos.



Ahora bien, cualquier obrero, alguacil, secretario, archivista, auxiliar, asistente, escribiente, técnico del Poder Judicial tarda hasta 4 años para que le hagan efectivas sus míseras liquidaciones por concepto de prestaciones sociales, a veces se mueren y no las disfrutan.



Veamos el otro show, del último día de la Sala Plena del TSJ del mes de diciembre de 2007: Dos magistrados de la Sala Constitucional, quienes públicamente y mediante votos salvados tomaron una actitud pitiyanqui contra la revolución bolivariana, comprometidos con la CIA y con los Paramilitares, Jesús Eduardo Cabrera Romero y Pedro Rondón Haz, los premian por sus ejemplares vagabunderías, auto-jubilándose ambos con el 100% del sueldo, es decir, con todos los conceptos saláriales 40 millones mensuales y un cheque de liquidación inmediata e instantánea de 4 millardos por concepto de prestaciones sociales para cada uno. Ya Carlos Escarrá nos había alertado sobre estos dos delincuentes cuando en marzo de 2007 declaró en todos los medios de comunicación que estos dos tíos y otros que quedan deberían estar presos en la cárcel de Uribana.



De los Magistrados Golpistas de 2002 quedan cuatro: Alfonso Valbuena Cordero (Sala de Casación Social), Blanca Rosa Mármol de León (Sala de Casación Penal), Hadel Mostafá Paolini (Sala Político Administrativa) y Antonio Ramírez Jiménez (Sala de Casación Civil).



Coño, por favor, activen un comando de acción rápida y búsquense a estos bandidos y los mandan para El Dorado.



Vaya Dios a saber de los magistrados que están agazapados esperando cualquier oportunidad para darle un zarpazo mortal a la revolución bolivariana. Porque mientras esta revolución siga con una Fiscalía tan bolsa y sinvergüenza, y con esos tribunales plagados de jueces cobardes y ladinos, aquí habrá verdaderos cambios cuando la rana eche plumas, por eso cuando me hablan de amnistía me dan ganas de sacar la pistola o de coger pa’ el monte. Todo este sentimiento, aunque seguiré con el Comandante Chávez, como dice Mario Silva, hasta la muerte.

jrodri@ula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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