Venezuela es la patria revulsiva suramericana que tiene 18 años y medio en férrea lucha socialista, para cambiar el esquema fallido de “democracia representativa” que desgobernó por cuatro décadas hasta 1999. Nos alejamos del espectáculo que “representaba” la bipartidocracia alternativa, perverso burla a la palabra de origen griego. La “democracia” cuarto republicana homicida, en la oposición propicia la etapa más peligrosa de 216 meses del modelo socialista. Presenciamos el acoso de gobernantes extranjeros y organizaciones internacionales, con ayuda interna por pitiyanquis de conducta y complicidad, en materia de información y opinión.
El desmadre en el aumento de precios que ascienden de la mañana a la tarde, unida al terrorismo comunicacional a través de redes antisociales, es respuesta capitalista salvaje a la población corajuda y de buena fe, que salió el 30-J a defender el legado de Hugo Chávez, al socialismo siglo XXI, las misiones y grandes misiones, la municipalización de la educación universitaria, pensiones y jubilaciones, dando apoyo al colectivo nacional sin discriminación, e incluso la misión “Nevado” en defensa de los animales, y las disposiciones de orden ecológico que respalda la honestidad de nuestra gente caracterizada por su bonhomía.
La negativa permanente a divulgar lo positivo, llegó al clímax de la desinformación, minimizando el sensacional salto que nos dio la primera medalla de oro en un Mundial de Atletismo, y la firmeza de la chica que también ganó en Londres medalla de bronce. Al disminuir sus triunfos ofendieron a Yulimar Rojas de 21 años y Robeilys Peinado de 19, a la juventud de oro formada en la era Chávez, y al colectivo nacional mayoritario que se resiste a seguir la ruta de entrega de la patria, propugnada por factores adversarios a la revolución bolivariana, humanista y protagónica.
