La autodeterminación jurídica de los pueblos indígenas sólo se logrará peleando en las calles

El Comandante Chávez dirige una revolución pacífica desde el Estado. Esa revolución se ha concentrado principalmente en alcanzar logros políticos. Y ha sido muy exitosa. Más de una década en el Gobierno Nacional y en la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, mayoría absoluta en la Asamblea Nacional y altos niveles de popularidad del Comandante Chávez y de aceptación del PSUV entre los electores lo atestiguan. En los últimos cuatro años se ha tocado tímidamente los intereses económicos de la burguesía. Tenemos como el ejemplo el Grupo Mezherane, el cual pudo actuar impunemente durante todos los años de este gobierno y sólo recientemente fueron intervenidas algunas de sus empresas principalmente por razones políticas. Tal vez si Mezherane no se hubiera enfrentado políticamente al Presidente otra fuera la historia. Cuesta creer que Mezherane sea el único que ha hecho negocios “sucios” con bonos de la República. Más son los grupos económicos que siguen actuando impunemente que los que han sido tratados con todo el peso de la ley. En conclusión, se ha puesto por delante lo político y se deja en segundo plano lo económico.

En ese contexto, han surgido o se han hecho visibles verdaderas luchas entre sectores desposeídos y oprimidos, y la burguesía. Tal es el caso de las luchas en la Sierra de Perijá. Allí el problema central es el control económico de la región. El problema es la posesión de la riqueza de la zona. Unos pocos se han apoderado de ella a costa de la mayoría, a la que oprimen salvajemente. El Estado está al servicio de la clase dominante, la clase que maneja la economía, aunque políticamente el Ejecutivo esté en manos de sectores progresistas que se denominan revolucionarios. Los ejemplos sobran y redundaré en este asunto.

Los pueblos indígenas de la Sierra de Perijá intentaron un amparo constitucional ante el Tribunal Supremo de Justicia. Solicitan la autodeterminación jurídica de los pueblos indígenas. A mi manera de ver se equivocan. La respuesta del TSJ era de esperarse. El Estado está allí para proteger a la burguesía, está a su servicio. A cada rato lo demuestran. Nuestras cárceles siguen llenas de pobres, la mayoría negros y cada vez más indígenas. Mientras los hijos e hijas de la burguesía cometen todo tipo de delitos sin recibir ni siquiera un regaño. La burguesía actúa de sus anchas, porque sabe que el Estado está allí para protegerle. Todo lo demás es cuento.

Allí están los pueblos indígenas. Nadie puede negar que se han logrado importantes avances, sobre todo en lo político. Los pueblos indígenas tienen representantes en la Asamblea Nacional. Lo cual no garantiza nada. Se trata sólo de un acto político. Pero cuando se trata de entrarle al poder económico la cosa cambia. Comienza a recular el Estado, el partido duda y los funcionarios disimulan. Mientras tanto los pueblos indígenas se joden.

Los pueblos indígenas sólo conquistaran la autodeterminación jurídica peleando en las calles. Ese es un derecho que habrá que conquistarlo peleando, como históricamente se han logrado todos los derechos. Los negros en los Estados Unidos han logrado cierto respeto sólo a costa de una dura pelea en la que se han perdido muchas vidas y años de sacrificios. Son conquistas que se le arrancan a la burguesía, no son avances de la democracia. Hoy le toca luchar a las comunidades indígenas Yukpa, Barí y Wayu por sus derechos. Hoy nos toca a nosotros decidir el lado de la lucha en que nos colocaremos. Yo estoy del lado de los Yukpa, Barí y Wayu. Tal vez sean ellos los que nos enseñen el verdadero camino al socialismo del siglo xxi.


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Julio Mosquera


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