El Seguimiento y el Avance Efectivo (y Ético) de la Revolución

Como es costumbre ya, el Comandante en cada edición del programa “Aló Presidente” deja una idea o expone una situación que se vuelve básica y fundamental para el proceso. Este domingo en una parte del programa, precisó de la necesidad de hacerle seguimiento a los proyectos y decisiones que el gobierno toma. Para replantear la importancia del tema, tomó como referencia la culminación e inauguración de un proyecto de viviendas que en su formulación había incluido un componente adicional de construcción de una fabrica de mueble y que después de haber transcurridos uno o dos meses de su puesta en funcionamiento; la fabrica estaba paralizada. Nadie se había enterado de la paralización.

El seguimiento oportuno y puntual de los proyectos  y el avance del proceso revolucionario son dos situaciones que están muy conectadas. No se exagera en nada si afirmamos que en estos momentos, el seguimiento de los proyectos y políticas a todos los niveles de gobierno (nacional, regional y local) es una manera de comprender en qué medida la revolución, los revolucionarios y las organizaciones comunitarias han agregado un “pelito” de ética en su manera de actuar frentes a los problemas, necesidades y cumplimiento de los lineamientos del Proyecto Simón Bolívar. Un proyecto que se atrase, una política que no avance en la medida de lo establecido en el proyecto sin haber sido detectado (en el “tablero de control”) por los revolucionarios y por las organizaciones comunitarias, es un daño casi irreparable que se le produce a la revolución.

Claro, en este proceso de seguimiento de las políticas públicas hay niveles de responsabilidades, que igualmente exigen diferentes tipos de comportamiento para los gerentes de esos proyectos y para los beneficiarios. En el caso específico de un Ministro, Vice-ministro, Director de un instituto autónomo u otro funcionario público; la responsabilidad frente al proceso de seguimiento de las políticas públicas le impone la obligación de informar oportunamente sobre los aspectos claves del proyecto y además de esa importante responsabilidad; el gerente debe cuidar y estar pendiente para  que las actividades propias del proyecto o política estén realizándose tal cual se precisaron en el cronograma del proyecto.

¿Qué informaciones deben ofrecer los organismos para poder realizar el proceso de seguimiento y contraloría?

Como básica; las autoridades deben bajar las información referidas: 1) Objetivo del Proyecto, 2) Costo de cada uno de los componentes o parte de ese proyecto, c) Beneficiarios, d) Fechas de inicio y culminación de cada actividad y componente (parte) del Proyecto. Lo difícil en este caso, es que los funcionarios pongan a disposición de los ciudadanos y ciudadanas las informaciones sobre los proyectos y políticas. Este es un procedimiento o práctica  que siempre queda en la penumbra porque permite ocultar intenciones e intereses de muy bajo contenido ético.

La disposición de esta información en sitios claves y visibles, es definitivamente importante y sin ella, efectivamente no es viable ejercer la función de seguimiento y de contraloría social que el Presidente ha solicitado y exigido tantas veces. Sin esa información en manos de posible beneficiarios e interesados, las comunidades organizadas (consejos comunales) no podrán observar el desarrollo de los programas e intervenir para que las políticas se ejecuten en el tiempo previsto y haciendo un uso adecuado de los recursos. Cada retraso, supone no cumplir con las ofertas y obliga también a utilizar más recursos de lo necesario, con lo cual, está obstaculizándose el avance del proceso revolucionario.

En algunos momentos, hemos sido informados de la aparición de cientos de kilos de pollo y leche en las cocinas de hoteles, clínicas  o acaparados por comerciantes. Este ejemplo, permite visualizar la importancia de la información en los procesos de seguimiento de proyectos y programas. Los funcionarios hacen uso de la práctica de desviar los productos de Mercal hacia “beneficiarios” que no tienen nada que ver con el programa Mercal, porque los gerentes o funcionarios que dirigen el programa se aprovechan de la falta de información que tienen los verdaderos beneficiarios del programa para hacer sus trácalas. Si por el contrario, los beneficiarios tienen el conocimiento sobre la cantidad de kilos de pollo que son enviados a cada estado y se tiene también la información de cuántos kilos van a cada mercalito; los consejos comunales pueden hacerle el seguimiento para que el programa cumpla con su objetivo de llevar a las comunidades más pobres productos de la cesta básica y a bajo costo. El objetivo del proyecto no es vender pollo o leche; el objetivo es ofrecerle a las comunidades más pobres (disminuir la pobreza) una dieta a bajo costo y que le permita tener una mejor calidad de vida.

 Eso mismo, puede funcionar para un proyecto u obra de infraestructura. Si conocemos el objetivo del proyecto, las fechas de inicio y culminación y los costos de cada actividad o componente, no hay razón para que la obra sea de mala calidad. Si esta información no está disponible para el consejo comunal donde se ejecuta la obra, entonces esa falta de información, facilita que las obras ejecutadas con mala calidad se conviertan en las oportunidades que buscan los funcionarios para quedarse con la diferencia entre lo planificado en el proyecto y lo ejecutado realmente. Si es así, aún estamos desde el punto de vista ético en la IV y desviando el proceso revolucionario.

  

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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