La revolución lúdica

Si no aprendes a jugar, cómo puedes tomar la vida en serio. A. P.

Los años dedicados al diseño gráfico y de éstos a la publicidad en un tiempo, me dan la propiedad de descubrir elementos que brinden el apego de un producto en el todo poblacional, aunque sólo vaya dirigido a un segmento de ella. El capitalismo utiliza sus ardides a fuerza de experiencia y estudio para que cale subliminalmente. Sea necesario o no el producto, sea para una pequeña parte de la sociedad, la publicidad capitalista con ello demuestra que la libertad es total y abierta, de modo que una valla de Lufthansa visible a las autopistas no les importa que detrás de ella conviva un barrio miserable y que nadie del sector jamás se monte en un 737, o tan siquiera toque uno de juguete. Lo que importa es que a ese desastre mental que tipifica como libertad, sea enraizado en todos los target con la connotación por supuesto que cada quien sepa quién es y dónde está parado. La publicada en el capitalismo así vaya dirigida a sectores populares, siempre es para elegidos.
El hecho que andemos en un proceso de cambios hacia la inclusión implica que la visión ha que fomentarla de modo que también cale el mensaje y tarde o temprano tirios y troyanos convergen en la aceptación de lo ofrecido aunque en la apariencia sea a regañadientes.
El modo que pegan los cambios es sembrarlos subliminalmente y la forma lúdica es la más impactante, sólo hace falta virar la difusión de los héroes de baratija y el impacto no puede ser mayor, cualquier niño en este país –y no sólo los niños- sabe perfectamente los orígenes, infancia, desarrollo, personaje oculto de Superman, sus amigos, dónde se desenvuelven. El hecho de que Tricolor por nombrar una publicación, haga comics por ejemplo de Bolívar, no significa que esté irradiada su vida, calado su mensaje en el total poblacional. La vida de Superman se lleva por los cachos a la del héroe americano.
Algo grandioso ha ocurrido con las casas de PDVSA, Petrocasa, las que tomo como ejemplo para lo que explicaré, aunque podría desarrollar páginas enteras sobre la creatividad conceptual que esbozo. Lo grandioso es que con todas las críticas que hozaron los egoístas, del hecho que hayan construido un centenar de casas de plástico en Cuba, ninguno de estos pegostes criticones ha dicho ni jota sobre la calidad extraordinaria de las mismas. Dos huracanes azotaron a la antilla mayor, tumbando lo que les dio la gana, resistiendo las de la Petroquímica como si nada los embates de más de 300 Km/h que desarrollaron los vendavales. Allí están, y no fueron hechas por expertos en estas materias de catástrofes; la prueba in situ no pudo ser más evidente. Ahora bien, ¿a quién le importa Petrocasa?, ¿sólo a los beneficiarios y a los usuarios de VTV?, NO señor. Esa es una bendición de creatividad para el mundo ni siquiera para la sola Venezuela. Sin embargo, a los oponentes del proceso les proporciona satisfacción que permanezca segmentada nuestra población, como los intereses nacionales.

Pues va siendo hora que la(s) cabeza(s) mandante(s) tome(n) el interés que conduzca enhebrando la conexión y la arraigue en la nación. El ejemplo lo tipifico con las Petrocasa, pero para efectos de lo que hablo, se puede profundizar con todo lo que se proceda, sólo hay que abrir espacios para la creatividad de manera que la misión de cada ítem o rubro colmen la envergadura de la obra.

Casas inflables de Petrocasa que suplanten los castillos exógenos a nuestra realidad, para los más pequeños, o, de haber castillos, por qué no el Santa Rosa, el San Carlos Borromeo, el de Cumaná, que los más pequeñines brinquen a gusto dentro de estructuras inflables que de por sí LES pertenece. Asimismo casas de Petrocasa armables, de ensamblaje, cuentos para colorear con casas importantes de nuestra patria, la del Libertador, la Quinta Anauco, alguna que otra iglesia, el Teresa Carreño, y las orondas de plástico que comento. Casas de Petrocasa de muñecas o de talleres para los preescolares, torretas de salvavidas fabricadas por la Petroquímica.

Refinerías para armar con el mismo material, propongo que el ejecutivo y las instancias mayores se aboquen a la creación de salas para creativos de juguetes, que no sólo los de madera, llamar a concurso, a propuestas que atiborren los talleres de empresas, juegos de uniformes con sus implementos (médicos, bomberos, maestros), muñecas que tengan continuidad, creo que las Barbies son los más individualista e insulso en este género.
Si se trata de los juegos de mesa, el campo se pierde de vista, enterrar al Monopolio, trocarlo por los consejos comunales ¿por qué no? Tienen que haber creativos que hagan algo donde el logro principal sea el entierro del individualismo, así de simple, con dados, pines, con problemas en el camino, pruebas. Un juego que se denomine "Yo no soy corrupto" y el jugador deba sortear los planteamientos de tentación que no serán pocos. Como digo, se pierden de vista los ejemplos. Ni qué decir de los juegos de mesa para armar, memorias, cubos, para pintar, rompecabezas pero con nuestros paisajes, nada que ver con paisajes nórdicos totalmente fuera de lo que somos.

Otras vertientes hay que explotar para que los muchachos salgan con buena madera para su desarrollo personal, como la implementación de viveros escolares. Enseñar a los muchachos -con puntos a favor en sus materias- el cuidado de las plantas, la implementación de mascotas verdes, soy un fastidio con el dato.

Talleres de actividades complementarias ex cátedra como música, cerámica, escultura, pintura, salas para dojos de artes marciales, danza, actividades holísticas. En lo particular, siempre he creído que los conjuntos urbanos que recién se inician son incompletos al no poseer también éstos, tal cual su escuela, y centros médicos, su propio ateneo (u otra modalidad de denominación si el término no les place) que atrape a los vecinos que deseen aprender a pintar, esculpir, construir, instalar, bibliotecas, auditorios, tramoyas. Para mí ninguna urbanización por más cómodas que sean las casas, siempre estarán incompletas si la siembra cultural no está implementada en sus planificaciones, pues no solo el nivel académico es necesario, eso ocupa una parte del target habitacional, a la generación estudiantil, no así si la creatividad y la acción ecológica no está sembrada. Talleres de otras actividades, de textilería, cocina, tapicería, telares, zapatería por ejemplo, según el ámbito donde se estrene el conjunto residencial. Con respecto a la publicidad vial, es muy plana la propuesta capitalista de las vallas, puesto que su propósito es la venta de su producto. Una sociedad que se proponga innovación, la ganancia cuantitativa no es el objeto esencial, sino el estímulo a la creación, por lo que propongo el aprovechamiento de la tridimensionalidad, del viento.

Los libros, no imagino la inmensidad. Una biblioteca de Robinson, que sea inicial para incrementar el placer por la lectura, con manuales, consejos prácticos de administración doméstica, jardinería, matemáticas, física, de conciencia, poesía, cuentos escogidos, resúmenes biográficos, que se le dé su sitial, con tareas para casa, implementar la creación de periódicos escolares, liceístas. Biblioteca popular para todas las edades, con libros empastados, de portada fuerte, reciclada, que puedan ser coleccionadas.

Podría escribir páginas y páginas, pero apenas soy un escribiente de aporrea, cuando me aceptan los menjurjes, dado que en no pocas ocasiones me los limitan dizque porque son del área cultural, y no observan que las apariencias engañan, el mensaje puede ser tanto o más actual y adecuado, pero debo comprender también la crianza que los coordinadores del importante periódico cyber han tenido, que todas estas cosas son como de segunda categoría, será por ello que siempre he visto a la cultura de este país como lo más atrasado en las vías revolucionarias que lleva adelantado este proceso, aún recuerdo la trilogía del árbol, donde para mí es tan importante saber de Araguaney y Tikire, de los manglares como de los bichitos que tienen a este país zancadilleado, pues se trata de animar la creación del Hombre Nuevo, de otra manera siempre estamos en el punto de trancisión. Además, al remitirme a Encontrarte, hablamos de una página que no cumple su valor quincenal, a veces son quincenas de 30 días que cambian el semblante de la página cultural aporreadora. Claro que el propósito de este menjurje es plantear ofertas que veo invisibles, provenientes de este por lo visto no valorado colaborador, pareciera que el temor también arropa a los ejecutivos, creo que alguien con más diafanidad ya me habría llamado.

Sin embargo vayan mis saludos a todos los que de una u otra forma muestran mis lucubraciones.

arnulfopoyer@gmail.com


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Arnulfo Poyer Márquez


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