Quién diría que a pocos días de las elecciones para la Reforma Constitucional, el General Raúl Isaías Baduel saltaría la talanquera con el pretexto de “su apego a la institucionalidad y a la Constitución del 99”. A muchos nos tomó por sorpresa, pero lo más afortunado de este acontecimiento noticioso es que se nos cae otro ídolo de barro. Su pobre exposición o argumentación en rueda de prensa, para anunciar su decisión de irse por la calle del medio con la oposición, fue tan poco sustentada que ni vale la pena hacer alguna referencia en lo particular. Cualquier ciudadano común, opositor al Gobierno, hubiese hablado tal y como lo hizo Baduel, por encimita, vociferando un panfleto que seguramente ni el mismo se lo cree porque parecía que se lo habían escrito. No hizo ninguna aclaratoria concreta sobre el diabólico articulado de la Reforma a la Constitución, a la que tanto teme. No supo utilizar la sapiencia que pretende reflejar, la cual sólo queda expresada con alguna que otra terminología vaga e inconcisa sobre referencias de autores e invocación a Jehová.
Que pena me dio verlo sudar la gota gorda, porque secaba su frente con la mano, olvidándose que millones de venezolanos, incluido el Presidente lo escuchaban con atención, para ver si decía algo razonable, que justificará lo inconmensurable de su brinco al bando de los escuálidos. Quizás no supo el General en el meollo en que se metía, porque con la lectura de sus reflexiones, además de hacer su propia tumba política se anotaba como uno de los Judas más proclives a la fama mal deseada, que hizo decir a más de uno que se vendió al Imperio por dinero.
Después de pasar a la historia como un defensor de los derechos del pueblo, por su supuesta “heroismo” el 11, 12 y 13 de abril, ahora pasará como el más laureado traidor a la patria, porque el presidente Hugo Chávez Frías representa a la patria toda. Duélale a quien le duela Chávez Frías es la patria. Sabemos que hay muchos que quisieran tener la gallardía, la sensibilidad, la inteligencia, la sagacidad, la valentía de un hombre como Chávez, pero también sabemos que un líder de su talla no lo alcanza ni un presidente como George Busch, con todo y su imperio de dinero y horror.
Que pena me dio escucharle General arengar a sus coterráneos y a sus colegas militares para echarle una vaina a Chávez, pero más que a Chávez, usted sabe bien que es al pueblo venezolano, que poco le importa exponerlo a una matanza. Me dolió su acción cobarde, porque como muchos le tenía en alta estima, precisamente por su lealtad al proceso revolucionario y al Presidente. Creíamos que estaba con el pueblo, y si no es así que bueno que se fue, porque con los pobres están los revolucionarios no los leguleyos.
Ese, su gran día en televisión le hizo olvidar a Baduel las Misiones, el rescate de Pdvsa, que ahora sí ayuda a los más pobres. Se olvidó de todas las estrategias petroleras internacionales logradas, que alcanzamos un Banco del Sur, una televisora del Sur, una integración regional como nunca antes vista, pero sobre todo, se olvidó que la mayoría se ha educado políticamente por las iniciativas que ha tenido Chávez y que no hay forma de engañarlos.
Usted se olvido también General que ahora Venezuela ni los venezolanos y venezolanos somos los mismos, que este es otro país, el que hace casi una década dejó atrás a los gobiernos conservadores y oligarcas. Por eso y muchas otras razones es verdad cuando dice que “estampoder desmontar este anacrónico modelo de gobierno que aun seguimos llevando a cuestas.
No tenga miedo General porque el comunismo, ese que se come a la gente, se quedó en la historia pasada. No vamos a ser más pobres que África y menos infelices que los anglosajón, se lo aseguro. Pero necesitamos hombres valientes, claros de conciencia, muy estudiosos, trabajadores, pero sobre todo, muy audaces y en eso, hasta ahora, ninguno le gana a Chávez.
La sorpresa de ayer, a pesar que los rumores sobre su posible deslealtad a Chávez son de vieja data, lo que ha hecho es animarnos, a llenarnos de ganas de apoyar la Reforma Constitucional y seguir al presidente Chávez hasta los confines de la tierra si es preciso. Creo que su jugada no surtió el efecto que esperaba, porque incluso la gente de oposición anda asqueada.
Su proceder es el resultado del karma-país, porque un Baduel es como otros tantos personajes de la historia política de Venezuela, quienes sin mucha resistencia se serruchaban la silla de Miraflores, pero en su caso usted pasó a ser un traidor más del montón y sin silla.
General Baduel, ayer nos mostró su ignorancia como político y le explicó porqué: Estoy segura que el Sí por la Reforma Constitucional se fortaleció después de su declaración. Estoy convencida que la oposición ahora lo quiere menos que antes, por ser tan dubitativo y enigmático, lo que les da desconfianza. Estoy convencida que su show mediático del 5 de octubre de 2007- ya que como buen saboteador utiliza los medios de comunicación social cuando le conviene-no le servirá de mucho para confundir a un pueblo, a una mayoría de ciudadanos y ciudadanas que desde hace ocho años han descubierto que sí existen, que no son invisibles. Y menos aun creo que su pronunciamiento haya tenido algún efecto importante en el sector militar porque lo hizo fuera de tiempo y lugar. Sin desestimar su carrera militar, como político le digo que deja mucho que desear.
Estoy segura que en su día, su hora de gloria en la televisión, le ha servido de catalizador para vomitar ese mal sentimiento de envidia que tiene contra el presidente Chávez. Pero usted debe saber que cada quien tiene un destino, una misión que cumplir en esta tierra y el suyo ha sido convertirse en el peor traidor a la patria, mientras que el destino de Chávez ha sido y es el de ser el máximo líder político de la historia contemporánea de Venezuela, quien como nuestro Simón Bolívar, nace cada cien años.
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