Las narrativas y la manipulación mediática actual

Hay una narrativa perversa tanto por parte de las derechas, como de las izquierdas, porque ya hace rato los discursos ya no son los que eran antes, que se sustentaban sobre principios y valores, que se corresponden con las viejas tradiciones y la herencia de las mejores mentes, de los mayores del pensamiento mundial. Hoy vemos que de lo que se trata es de imponer a la fuerza, por parte de grupos de interesados en mantenerse arriba, por encima de los demás, y en concierto, manipulan desde las instituciones del Estado, al resto de la población, a la que mantienen enajenada a través de los sofisticados sistemas de control de las masas, a través de la ingeniería social, para la cual tienen a disposición la ciencia y la tecnología. Hoy con la inteligencia artificial, que magnifica o anula la capacidad cognitiva, y por otro lado creando más elementos que distorsionan la realidad, vendiéndonos oropel.

El orden mundial no existe, en su lugar que trata de imponer el orden global, impulsado por las nuevas potencias China y Rusa, aprovechando la fractura que existe al interior del imperio, que está llegando a su fin, para dar paso a lo que vendrá, que no podemos atisbar qué ni cómo será. Las alternativas que nos presentan son las de siempre, mostrar los colmillos y las garras, pero más allá de eso, de una manera u otra, todos y todas sangran por la herida. Son tales las categorías, que no bastan para responder al reto de proponer otras alternativas que de verdad muestren el deseo de que las cosas cambien para bien de por lo menos las tres cuartas partes de la población mundial, y no lo que se sigue manteniendo, la imposición de los pocos sobre los muchos, lo que es una muestra de que así como se batía el cobre entre las antiguas civilizaciones, se continúa haciendo, solo que con más lujo, más desenfreno, más psicopatías que son signos de la decadencia y la grave enfermedad que padece la humanidad hoy en día.

Más estratificación de la sociedad global, más segregación en las propias tierras, de donde son amenazados o expulsados por parte de los imperialistas, los sionistas y fascistas, que muestran sin desparpajo de qué son capaces, investidos de poder que sobrepasa los límites de la tolerancia, y aun así, nos dejan atónitos por las imágenes del exterminio, del genocidio y los crímenes de lesa humanidad, donde participan los mismos que hablan de democracia y del derecho internacional, que se inmiscuyen en los asuntos internos de los países, que también son controlados internamente por una camarilla de inmorales, déspotas, dictadores, sin un ápice de ética, porque mienten a más no poder, que hacen todo lo que esté a su alcance, para quedarse en el poder y el control de la nación, como en el caso de Venezuela, por ejemplo, donde gobierno y oposición brillan por su ausencia, y mueven las piezas a su antojo, secuestrando las instituciones, en las cuales colocan a dedo a sus autoridades, sin investidura legal ni legítima.

Estas reflexiones no pueden quedar en el vacío, hace falta volver a la sindéresis, a las categorías políticas que tengan alcance y pueda dar explicación del por qué hemos llegado a esto que estamos viviendo en el presente. Las viejas ideologías han sido reemplazadas por una nueva arquitectura de poder más sofisticada, diseñadas en laboratorios de pensamiento, potenciadas desde tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial que aporta la computación cuántica. Un panorama que se pretende vender como orden, y pareciera sintetizar los planteamientos desde una geopolítica inversa, que opera entre tensiones y narrativas que busca sembrar el caos, para de ahí pasar a establecer el Nuevo Orden Global. Tal es la dimensión de la cuestión en el marco entre el viejo y nuevo mundo entre los ejes políticos de las izquierdas y derechas, correas de trasmisión entre los poderes nacionales y transnacionales, donde los tanques de pensamiento, obedientes a las corporaciones tecnológicas, se inclinan por los ejes de la economía, entre el capitalismo y el socialismo, con la concentración de las riquezas en el globo, entre los ricos y los pobres.

Ingeniería social, tecnología, propaganda clásica, rebasada por la inteligencia artificial y la big data, con vigilancia algorítmica y computación cuántica. Es a lo que nos enfrentamos, con capacidades en la geopolítica, desde la guerra fría y ahora la multipolaridad de los bloques regionales de las OCS, BRICS, OTAN. Todo esto, recargado en las narrativas dominantes desde las ideologías de masas, gobernanza global, seguridad y multilateralismo genuino, pudiera tal vez conducir a una nueva ciudadanía como sujetos políticos organizados, y no meros espectadores fragmentados, sumergidos y atrapados en burbujas mediáticas, donde los organismos internacionales no parecieran tener la capacidad de ser mediadores de los conflictos, sino actores pasivos, alineados a las potencias dominantes, que al final son las que les pagan los jugosos sueldos, que le extraen a los contribuyentes.

Se trata de ideas con fuerza emergente, que se alimentan de las luchas de clases que persisten, aunque han sido tergiversadas, las han camuflado con disfraces, porque persisten los ricos y poderosos, y los pobres, bajo capas tecnológicas y financieras que hacen cada vez más difícil poder identificar realmente quién es el enemigo y dónde está ubicado en el teatro político. Sabemos que los llamados líderes, actúan como marionetas y juegan un papel de protagonistas ante los escenarios mediáticos, mientras que las decisiones reales están siendo tomadas en espacios opacos. El colapso del orden mundial liberal ya es un hecho, China y Rusia y un considerable número de adeptos a tales visiones, promueven un nuevo orden alternativo, se ha enfatizado en que se trataría del Sur Global, como una crítica al hegemonismo de los EE.UU. Sin duda la obsolescencia de categorías se ha trasladado a las posturas de las izquierdas y las derechas, ya que no explican esta nueva realidad, dentro de la denominada arquitectura de control, que tiene el control de la economía, la tecnología y la geopolítica combinadas.

Leer críticamente y decolonialmente lo que aquí se describe, se trata de un desplazamiento epistemológico, tal como ocurrió con la física clásica, superada por la mecánica cuántica, o la ingeniería social del siglo XX superada por la ingeniería algorítmica en el XXI, genera, por decir lo menos un caos interpretativo, no disponemos de teorías nuevas, sino políticas tradicionales que no alcanzan a elevar el discurso oficialista, ni las propuestas oposicionistas, que solo logran disfrazar la realidad sin dar explicaciones. Interesados en la dialéctica donde lo somático y lo simbólico se interrelacionan, creemos que en algo caracterizan los fenómenos globales, leyéndolos como parte de una crisis que se respira colectivamente. Nuestro mundo ha sido expuesto a ensayos de exterminio por diferentes vías, y se nos impuso el uso de mascarillas y tener que recibir inyecciones con grafeno y otras sustancias. Tales son las dificultades a las que nos exponemos, por parte de los sistemas de poder, que han comprimido hasta el aire de los espacios de la comunidad, y hace falta que se instale un nuevo ritmo de vida y que se nos devuelva el oxígeno que requerimos para revitalizar a la sociedad ahora global.

 

 

 

 



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Franco Orlando


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