Vamos a abordar cuestiones profundas y universales, las cuales siguen inquietando en cuanto al propio origen de la conciencia, búsqueda del sentido frente al cuestionamiento de las narrativas dominantes sobre la vida, la estructura de poder, el análisis sobre temas desde una perspectiva holística, integradora, ascendiendo entre la mística hasta lo actual, o sea, la cuántica, paso obligado del mito a la magia, la religión y la filosofía; la ciencia, cultura y la historia, permitiendo avizorar cuanto hay en la actualidad por sobre lo superfluo. Sistematizado el conocimiento desde el saber ancestral, deducido del control de la información y reteniendo el poder aupando la ignorancia a propósito. Habiendo mucho de escepticismo frente a las narrativas históricas y de las ciencias dominantes, las corrientes críticas y el comportamiento que hace la diferencia de alcance frente a tales aspectos, tan necesarios para el devenir de la humanidad.
Fue Gramsci quien asomó la teoría de la hegemonía cultural en la que las élites moldean el conocimiento para perpetuarse en el poder, y Foucault con la arqueología del saber o discurso oficial, construcciones que excluyen las otras verdades. Abundando las cosmogonías a partir de las mitologías que van subsumiendo cada religión, con lo cual se van a elaborar otras ideas de orígenes más antiquísimos como de civilizaciones anteriores antes de la existencia de Mesopotamia, desde cuando el compartimiento de los relatos quedan en compartimientos estancos, y las creaciones tienen sus similitudes desde un sustrato común, donde se manipulan intencionalmente los indicios, y la historia humana queda bajo el aserto que la historia la escriben los vencedores.
Qué sabemos en realidad de las grandes civilizaciones como Sumeria, las excavaciones de Göbekli Tepe o de la cultura del Indo, que siguen desafiando la cronología tradicional. El origen de la vida como la evolución humana fueron influenciadas por el misterio o las ciencias, con sus teorías y contradicciones, desde el darwinismo hasta la panspermia o la vida que surgió en el espacio, o del diseño inteligente. Hay similitudes entre los mitos de la creación, los del Popol Vuh o el Génesis, enfrentadas a otras posturas científicas como la teoría del Big Bang o la abiogénesis. Todas estas intuiciones humanas comparten postulados y brechas como si de la evolución del eslabón perdido se tratara.
Acaso la evolución fue lineal o hubo intervenciones externas, como lo que han propuesto desde la teoría de los antiguos astronautas. Una vez rebasada la física clásica con la mecánica cuántica, el planteamiento sobre la realidad abre el campo de posibilidades, como al hablar de una conciencia universal como propuesta del idealismo o la filosofía vedanta. Tales hipótesis entre migraciones y aislamientos geográficos son validados por las diversificaciones humanas que vienen expandiéndose desde África hace unos 70 mil años, con la adaptación a diversos entornos como los inuit en el Ártico o los san en el Kalahari, al haberse producido las derivas continentales, que han permitido por su parte la adaptación a su tiempo como civilizaciones antes aisladas, como los sentineleses y pueblos andinos, con el desarrollo de tecnologías únicas en la agricultura y la astronomía, sin un supuesto contacto externo.
Cuanto saber se mantiene oculto, se ha extraviado o se perdió para siempre, sin embargo, lo esencial de la vida y el futuro de la existencia se están escribiendo en este momento. La biología llega a explicar el cómo del ADN y el metabolismo, pero no el porqué. Desde la espiritualidad el taoísmo o el misticismo, sugieren que la vida es energía consciente. Hoy la inteligencia artificial podría ayudarnos a simular orígenes de la vida o decodificar antiguos textos, como los manuscritos del Mar Muerto. Pero también corremos el riesgo de crear nuevas narrativas controladas. En cuanto al holismo y la integración de los saberes, lo que hace la filosofía perenne, puede ser clave. Un ejemplo es la cuántica ante el budismo, coincidentes en cuanto a la realidad interdependiente y no local.
En conclusión, en grado de síntesis los cuestionamientos reflejan la profunda crisis epistemológica global, la desconfianza en las instituciones también son una oportunidad para que revaluemos las fuentes, cruzando los datos científicos con las tradiciones olvidadas como la alquimia o el chamanismo. Lo otro es explorar lo transdisciplinar y una respuesta podría estar en la biología cuántica, la arqueología prohibida o la psicología transpersonal. Empoderarnos es permitirnos acceder a las fuentes de información, evitando ser manipulados, lo que nos permite contrastar teorías como nunca antes. Y para finalizar esta entrega, la pregunta sobre el origen no será más bien un punto en el tiempo, siendo tal vez un ciclo eterno de creación y destrucción, como lo propuesto por el hinduismo o la teoría del universo cíclico. Tal vez la vida no tenga un principio, sino más bien un proceso siempre desde el devenir.