En un artículo en Aporrea de Antonio Daza, apuntó algo que me llevó a escribir este texto, ya que señaló que "En 1643, René Descartes presentó en una carta a la princesa Isabel del Palatinado la solución a un problema clásico de la geometría, conocido hoy como el "Teorema de Descartes". Es que creo que hoy en día es menos común ver a un mandatario o figura política de alto nivel interactuando directamente con matemáticos o filósofos para discutir o resolver problemas abstractos, como lo hizo René Descartes con la Princesa Isabel del Palatinado.

La Princesa Isabel del Palatinado, ella era, ¡magnífica! Era una persona de una inteligencia excepcional y una vasta educación para su época. Intelectualmente dotada ya que estudió filosofía, astronomía, matemáticas, jurisprudencia, historia y múltiples idiomas (tanto modernos como clásicos), lo que le valió el apodo de "La Griega" por parte de sus hermanos.

Se puede decir que era una filósofa por derecho propio, ya que no fue solo una discípula de Descartes, sino una crítica aguda de sus ideas, especialmente en lo que respecta a la relación mente-cuerpo. Se considera que sus objeciones influyeron en el desarrollo posterior del pensamiento cartesiano. Algunos historiadores la consideran una filósofa que podría haber sido más reconocida si hubiera sistematizado sus propias ideas en obras publicadas.

Red intelectual extensa: Mantuvo correspondencia con numerosos intelectuales de su tiempo, incluyendo a Nicolás Malebranche, Gottfried Wilhelm Leibniz, Robert Barclay y William Penn. Es que sus intereses abarcaban desde la filosofía y las matemáticas hasta la política, la religión y la astronomía.

Cuando más tarde en su vida, se convirtió en abadesa de la Abadía de Herford, utilizó su influencia para dar refugio a grupos religiosos perseguidos, como los labadistas y los cuáqueros.

Así que, la Princesa Isabel fue no era solo una figura real, sino una intelectual destacada que no temía desafiar a las mentes más brillantes de su época y que desempeñó un papel significativo en los círculos filosóficos del siglo XVII.

En reconocimiento a la amiga Etilvia Jiménez, quien recientemente investigó, creo e impulsó el uso de una nueva palabra en nuestro léxico, como es "heroa" para su uso femenino, en contraste con héroe para uso masculino, menciono la Red de mujeres intelectuales creada por Isabel, y estamos hablando del siglo 17 y principios del 18, la cual estableció y desafió las expectativas de género de su época, donde a las mujeres se les limitaba el acceso a la educación y a la esfera pública. Con esta red además fomentó la investigación ya que Isabel, a través de su corte en La Haya, con esa red de mujeres intelectuales, promovió la investigación filosófica a través de la correspondencia.

La Inclusión de mujeres en esta red, liderada por Isabel, es considerada por algunas académicas como un ejemplo de cómo las mujeres pueden ser incluidas en el canon filosófico.

Figuran allí personajes como Anna María van Schurman, Marie de Gournay y Lady Ranelagh, quienes también participaron activamente en la investigación filosófica de la época.

La red de mujeres intelectuales de Isabel del Palatinado, se convirtió en un círculo de correspondencia y amistad con figuras prominentes de la época, incluyendo a filósofos, científicos y otros intelectuales. Esta red, en los términos de la época era más como correspondencia que los grupos organizados de hoy pero que si fué un antecedente valiente y valioso para la identidad e independencia de la mujer, sin llegar al feminismo y le permitió participar en debates intelectuales y filosóficos, desafiando las limitaciones impuestas a las mujeres en el ámbito público.

No se conoce una oposición activa u organizada contra su red, aunque es probable que enfrentara prejuicios y estereotipos de género propios de la época