La división del trabajo internacional como explicación causal del ataque y acoso a Irán

La división internacional del trabajo se refiere a una especialización que fijó el imperialismo y el capitalismo para la producción de ciertos bienes y servicios, basándose en las facilidades de los países para integrarse al sistema capitalista mundial. Esto ha implicado que cada país se enfoca en lo que produce de manera más eficiente para cubrir las necesidades del mercado imperialista mundial e intercambiando con otros países para obtener lo que necesita, generando una red global de producción y comercio, de acuerdo claro a los intereses de los países centrales. Se crea así lo que se llama el mercado mundial o internacional.

La división del trabajo internacional, vigente desde 1945, agrupa en dos lotes a los países, uno de países industrializados y dueños de los medios de producción y del capital y del otro lado países proveedores de materias primas o no proveedores de nada, es la estructura central del sistema capitalista a nivel mundial sin haya tenido variaciones significativas, estructura que ha significado una dedicación productiva para los países no dueños de medios de producción, en uno o más productos generalmente de producción primaria, agrícola, y muy escasa investigación científica y tecnológica. También privados de la construcción de los medios de producción y de capital necesarios para mantener la producción.

Esta división del trabajo internacional mantiene sus dinámicas y desigualdades heredadas de esa época, y el panorama global no ha cambiado significativamente. Se puede decir que hay un grupo de países explotados y otro grupo de países explotadores. Es por lo tanto una forma de contener el desarrollo económico y productivo por parte de los antiguos colonizadores sobre sus países antes en una variante de dominación como colonias, mediante su especialización productiva mientras los países imperialistas se dedican a todas las actividades económicas que consideren rentables o convenientes para ellos. Es una horma de acero difícil de romper.

Es la estructura del imperialismo en su forma más evidente, países colonizadores unos y países colonizados otros, y solo los países socialistas y no todos, se han atrevido o podido romper esta estructura mundial.

Poco se ha utilizado como categoría de análisis la división internacional del trabajo, para describir o explicar el subdesarrollo en que vivimos en esos países, las políticas de discriminación, el racismo contra sus habitantes, en fin todo lo caracteriza a los países subdesarrollados. Tampoco se ha utilizado mucho como categoría para definir políticas revolucionarias de independencia y soberanía.

Esta situación no se podrá romper con políticas económicas, de crecimiento, educativas, de integración, nada de eso, pues las colonias de ayer siguen siéndolo de una forma distinta pero igualmente efectiva y limitante para mantenernos subyugados como objetos de la explotación que los países industrializados necesitan para mantener su posición de acumuladores de riqueza, que en buena parte es la nuestra.

Irán ha cometido el crimen de romper esta estructura mundial de dominación, y la consiguiente división Internacional del trabajo que la sustenta, por lo que la considero causa primordial del ataque a mansalva del que ha sido objeto.

Razones para presentar comunicacionalmente ese ataque más allá de la producción, acceso a tecnología y formación de capital, como todos leen diariamente, sobran. Pero es que a diferencia de otros países que han creído que pueden liberarse de la estructura esclavizante de la división internacional del trabajo, ha sido Irán el que ha desarrollado las instancias institucionales y productivas que le permitirían alcanzar esa meta, desarrollando de una forma autónoma desarrollo industrial y tecnológico de avanzada, tal como es el caso de la energía nuclear,

Es que la tecnología nuclear no es una tecnología que solo permite construir bombas nucleares para exterminar a otros países, sino que es una tecnología que impide que los exterminen a ellos, tal como lo demuestra la existencia casi en solitario de Corea del Norte.

Y la energía nuclear iraní, independientemente de un negado propósito militar, representa un desafío para la división internacional del trabajo en el sentido de que busca desarrollar una capacidad industrial de alta complejidad en un país que, tradicionalmente, no ha estado en el grupo de los países industrializados avanzados. Estados Unidos e Israel como perpetradores del ataque, tienen un interés estratégico en impedir que Irán alcance ese nivel de desarrollo, si no es que lo ha hecho ya, de complejidad tecnológica que le permita competir en áreas tecnológicas avanzadas que aún no están al alcance de la mayoría de los países industrializados y ese es un motivo bélico, aunque el imperialismo tiene la mampara de ocultamiento de sus reales intenciones en la preocupación por la seguridad global nuclear.

La perspectiva de la división internacional del trabajo nos permite asumir una explicación que cubre muchos aspectos que son manejados ideológicamente, con fake news, y puede arrojar luz sobre este caso. El ataque a Irán lo interpreto por ello como una acción que busca mantener o restaurar el equilibrio de poder mundial en un momento de retroceso politico e ideológico de Rusia, controlar el acceso a tecnologías de vanguardia y limitar el desarrollo industrial de un país que desafía la estructura tradicional de la división internacional del trabajo, logrando desarrollos en estos momentos no pueden ni siquiera ser costeados por paises imperialistas.



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Oscar Rodríguez E


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