Los venezolanos son unas fieras, para tratar de exterminarlos debe invertirse mucha sangre y dinero

Las noticias que recibe el rey Fernando VII con respecto a sus colonias, sobre todo de Venezuela, no son alentadores, los revolucionarios están dominando a sus tropas. Aunque, algunos historiadores, señalan lo contrario, de qué eran los realistas que estaban controlando a los insurrectos. Lo cierto que en el año 1815 envía un poderoso ejército expedicionario integrado por más de 10.000 soldados veteranos que llegaron a Costa Firme. Ese ejército se creían invencible. Tanto es así, que cuando partieron de Cádiz, Andalucía de España, comentaban " que con solo presentarse las tropas del Rey, los revolucionarios pedirán clemencia".

Sin embargo tal opinión resultó inexacta frente a la realidad que halló el jefe español a su llegada. Comentó: "Cuando se apareció la Expedición de mi mando todo plegó y agradecieron la clemencia del Rey, menos los llaneros".

Esta expedición partió de Cádiz, Andalucía de España, el 15 de febrero de 1815, constaba de unos 65 buques, de los cuales 18 eran de batalla, incluyendo un navío de linea, el San Pedro de Alcántara, de 64 cañones. El total de la expedición eran 15.000 hombres pero 10.612 eran los soldados destinados a combatir, veteranos que participaron en la guerra contra los franceses. Arriban a Carupano el 7 de abril de 1815 en donde se encontraba el brigadier Francisco Tomás Morales, quien comandaba unos 7.000 hombres realistas.

Esta expedición, que salió de España, la cual era comandada por el mariscal de campo Pablo Morillo, a quien bautizaron como el "pacificador", promovió la más grande represión al pueblo Granadino, conocida como el "Régimen del Terror".

El mariscal de campo Pablo Morillo, héroe de la guerra de independencia española contra Napoleón, que llegó a batir a los franceses al lado del duque de Wellington, era un general lúcido y pragmático, que contaba con poderes especiales y totales para su labor represiva.

Apenas un año de haber desembarcado en Margarita y desplegado sus acciones sobre Venezuela y la Nueva Granada, Morillo comenzaba a sospechar que aquella campaña llevada por él estaba de antemano perdida. La causa: la irreductibilidad de los venezolanos.

El tablero de operaciones de Morillo lo conformaban Venezuela y la Nueva Granada. La suerte que ambas naciones estaban indisolublemente ligada.

En su recorrido de "pacificación" que empezó en 1815 en Venezuela, se desplaza a Cartagena, estando allá en 1816 mandó a fusilar al sabio Francisco José de Caldas, en la plazuela de San Francisco, San Fernando, virreinato de Nueva Granada, meses antes, en junio, por su mandato habían corrido la misma suerte Antonio Villavicencio y José María Carbonell; en julio, Jorge Tadeo Lozano y en octubre, Camilo Torres.

Meses después tomó la ruta de Bogotá. Por donde pasó hizo sentir su puño de hierro y acompañó las ejecuciones con frases contundentes como la que exclamó antes de pasar por el caldazo al sabio Caldas:

"España no necesita sabios".

Aquel enemigo mortal de la revolución americana ha dejado algunos de los testimonios más elocuentes sobre el arrollador espíritu libertario y guerrero imperante en Venezuela, el cual terminaría por derrotar al imperio español.

La comunicación escrita por Morillo desde su cuartel de Ocaña el 27 de marzo de 1816, reproducida en el Correo del Orinoco en su edición de 4 de julio de 1818, no deja dudas al respecto. Morillo reclama poderes aun mayores para enfrentar la resistencia en Venezuela.

".....Cada provincia, Señor Excelentísimo, en América pide distinto modo de conducirla. Lo que es bueno para el reino de Santa Fe no surte efectos en Venezuela a pesar de que son confinantes, comparten límites. En el primero (Santa Fe de Colombia) hay pocos negros y pardos; en la segunda (Venezuela) son contado los blancos que han quedado. El habitante de Santa Fe ha mostrado ser cobardes y tímidos, cuando el otro es sanguinario...".

Durante su campaña de exterminio en la Nueva Granada, conocida como "régimen del terror", Morillo había encontrado una nutrida presencia de patriotas venezolanos peleando junto a los granadinos por la patria común americana. Entre ellos se hallaban bravos soldados como el coronel Pedro Arévalo, héroe pardo del 19 de abril de 1810 que personalmente expulsó a Emparan de Venezuela. Sobre estos venezolanos Morillo observa:

"Quizá no hubieran presentado una obstinada resistencia los habitantes de este virreinato, si no hubiesen venezolanos. Cartagena de Colombia resistió hasta lo imposible por los venezolanos. En la derecha del río Magdalena se han dado varias batallas a tropas organizadas por venezolanos;..... todo, es Excelentísimo Señor, obra de los venezolanos".

Finalmente expresa Morillo la sentencia que resuena hoy a los oídos de los venezolanos como el más digno elogio que pueda emitir un enemigo mortal:

"En su terreno son unas fieras resueltas, y si llegan a ser bien mandadas darán que hacer por largo tiempo y costará mucha sangre y muchos tesoros su reducción".

Morillo recibe nuevas instrucciones del gobierno de España de negociar un armisticio con los neogranadinos, y se entrevista con Bolívar en Santa Ana de Trujillo el 27 de noviembre de 1820...¡España reconoce la Independencia de Venezuela!.

Finalmente Morillo consigue su retiro, solicitado 16 ocasiones anteriormente y regresa a España, dejando el mando del ejército realista, los pocos que quedaban, al general Miguel de la Torre en diciembre de 1820.

Muere el 27 de julio de 1837 en Francia, a la edad de sesenta y dos años, dejando a su viuda sin bienes y con cinco hijos menores....se cumple la máxima "quién se mete con Venezuela se seca".



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