Es público, notorio y mediático el acecho que viene sufriendo Venezuela, por parte de la derecha internacional y por las grandes corporaciones financieras e industriales, desde el momento que Hugo Chávez ascendió al poder hasta la reelección reciente del presidente Nicolás Maduro. Todo esto ocurre por la única razón que dichas administraciones no fueron ni son sumisas a la democracia burguesa que gobierna en algunos países del mundo occidental.
Tal asedio está dirigido desde diversas partes del mundo, tanto de EEUU, como de la UE, de la OEA y desde ciertos organismos internacionales cuyo único fin es el derrocamiento del gobierno, primero el de Hugo Chávez y luego el del presidente Nicolás. Estos abusos se han evidenciado mediante las actuaciones injerencistas en la política venezolana de diversos gobiernos e instituciones. Podemos enumerar tales nefastas operaciones como golpes de estados; actos terroristas; intentos de desestabilización por vía mediática a través de informaciones falsas sobre actos de gobiernos de Chávez y Maduro; presiones por vía diplomática mediante la OEA, la ONU y otras organismos de supuesta defensa de los derechos humanos; aplicación de medidas coercitivas unilaterales que afectan la economía venezolana; financiamiento de mercenarios para que invadan y asesinen a funcionarios, entre ellos al presidente de la república; intromisión directa en la política venezolana sufragando a candidatos presidenciales; xenofobia en otras latitudes hacia los venezolanos; graves acusaciones de terroristas y narcotraficantes a los funcionarios del gobierno venezolano, hasta tal punto que ofrecen recompensa por Nicolás como si este fuera un delincuente. Todo esto se traduce en desgracias, agonía, incertidumbre, hasta tal punto que muchos venezolanos, convertidos en parias, abandonaron el país y a sus familias, consecuencia de la grave situación económica que vive el país. Todo esto es secuela de las medidas tomadas contra Venezuela por los gobiernos "democráticos" de EEUU y la UE.
Es sorprendente que los gobiernos de EEUU y la UE pretendan convertirse en policías, acusadores, fiscales y jueces en el ámbito mundial cuando estos gobernantes son herederos de nefastos y criminales políticos que poseen un prontuario digno de ser parte de una antología del terror. Fueron los gobiernos de EEUU y la vieja Europa los que apoyaron a los dictadores criminales de Centro y Sudamérica, de África y también de Asia, solo para obtener materia prima barata, mercado cautivos donde vender mercancías a altos precios con los componentes adquiridos a bajo costo, instalación en dichos países diversas empresas foráneas con condiciones preferenciales, así mismo, permitir la fuga de capitales, tener obreros laborando en industrias extranjeras con salarios miserables, entre tantas vagabunderías.
Imposible olvidar que fueron los aristócratas de estos países, en su condición de siniestros imperios, los responsables de criminales genocidios que exterminaron más de cien millones de nativos de los pueblos originarios; quienes acabaron con pueblos y culturas enteras en su afán expansionistas y la obtención de riquezas robadas; los forjadores de la esclavitud y el asesinato de millones de africanos. Esta deuda no ha sido saldada, a pesar de que numerosas naciones africanas y Sudamericanas exigen el pago de miles de millones de dólares como compensación por las riquezas extraídas, por el trabajo esclavo de sus ancestros y por la los crímenes de lesa humanidad cometidos por los europeos ricos, rubios y cristianos durante la colonización de América, Asia, África y de cientos de islas del pacífico. Muchos de los actuales millonarios de EEUU y de Europa, sus familias consiguieron sus fortunas del trabajo esclavo de millones de africanos en las diversas plantaciones ubicadas en sus colonias. Hoy sus herederos exhiben sus patrimonios sin el menor comedimiento. Sin embargo, son los ricos, descendientes de los viejos imperios, quienes no han resarcido el daño causado durante siglos de explotación, robo y crimen en serie, quienes hoy pretenden dar lecciones de democracia.
Es lamentable que cada vez que Venezuela se sumerge en una gesta electoral pareciera que ciertos gobiernos del mundo occidental se consideren como parte del proceso que solo le incumbe a los venezolanos. A tal grado es la intromisión que dichos países escoge una candidata o candidato, el representante de la derecha internacional, para enfrentar al candidato del gobierno, en este caso a Maduro. El escogido por los gobiernos extranjeros recibe apoyo del presidente y políticos de EEUU, además, de algunos regímenes de la UE; de igual manera, el aspirante seleccionado recibe financiamiento de organismos oficiales de EEUU disfrazados de ONGs. Seguidamente, la mediática internacional (televisión y redes digitales) demostrarán abiertamente el apoyo a tal candidatura. Es obvio, este respaldo no es gratis, todo este sostén tiene como contrapartida la entrega de los recursos naturales del país, en caso de salir triunfadores su candidato o candidata en la gesta electoral. Esto fue de lo que se percató el mundo con la escogencia de la goda María Corina Machado, que a pesar de que no ser aspirante a la presidencia, por estar inhabilitada, utilizó como una marioneta al desconocido y extenuado Edmundo González para así ella saciar su codicia y sus ansias de poder.
Todo lo que estuvo detrás de las elecciones del presidente de Venezuela y de la proclamación de Maduro como ganador de la gesta electoral, dio origen a una verdadera ópera bufa por parte de la protagonista, la goda MCM. Los actores de reparto fueron sus adláteres más próximos, algunos aciagos ex presidentes de dudosas reputación y, ciertos gobiernos representantes de la derecha internacional, como los de EEUU, algunos de la UE, además de innegables presidentes centro y sudamericanos comprometidos con las avaras corporaciones internacionales.
Quien conoce del sistema electoral venezolano sabe que en Venezuela existe el Poder Electoral, como sustento de la democracia participativa y protagónica y está representado por el CNE. Esta institución es la encargada de preparar el proceso, realizar el escrutinio, publicar el ganador de la gesta y finalmente, proclamar el vencedor, en este caso, según los cómputos la victoria le correspondió a Nicolás Maduro. Comienza la primera parte de la ópera bufa: La goda MCM, junto con su cofradía de bandidos proclamó como ganador, sin ningún sustento, al bobalicón Edmundo González, con un agravante, tuvo el atrevimiento, sin vergüenza alguna, de enunciar que el tramposo vencedor había triunfado en todos los estados del país. No se apoyó en los escrutinios del CNE, sino en unas actas elaboradas por una empresa privada propiedad de la goda MCM para justificar la fraudulenta estupidez.
La ópera bufa no terminó con el anuncio del triunfo del farsante Inmundo. Había que buscar los aliados que formaban parte de la trama. Un guión elaborado cuidadosamente con anterioridad para esparcir una vulgar mentira: desconocer el triunfo que el pueblo le concedió a Maduro. La derecha internacional comenzó su trabajo y dictaminó, sin prueba alguna, que el resultado del CNE fue un fraude y tal como lo informó la goda MCM el ganador fue Inmundo. A partir de tal espuria sentencia comenzaron a replicar algunos presidentes de la derecha y de la supuesta izquierda, que el ganador fue Inmundo con más de 8 millones de votos, cómputos que nada tenían que ver con los entregados por el CNE, único organismo autorizado para llevar a cabo tal proceso. Viene el segundo acto cuando los entremetidos presidentes de otras naciones le exigen a Maduro la presentación de las actas, como si estas fueran un certificado de salud. En todo el tiempo que yo tengo como votante, en ningún momento me he percatado que se le exija a un ganador de elecciones la presentación de actas. Estas, en nuestro caso, solo le interesan al pueblo venezolano y no a ciertos agentes extranjeros. Recién en EEUU ganó las elecciones Donald Trump y nadie le exigió la presentación de las actas ganadoras. Maduro si las presentó, pero solo lo hizo ante el TSJ, el único organismo competente para tal fin. Los agentes extranjeros no tienen injerencia en los actos electorales venezolanos.
En el tercer acto de la ópera bufa se desnuda tanto el personaje principal como los de reparto, en este infausto melodrama se pone el fin de la trama llamada "Hasta el final". La goda MAC demostró en la mini concentración que no tenía votantes que defendieran el supuesto triunfo, que la marioneta Inmundo, candidato de pacotilla, nunca llegó Venezuela para ser proclamado, que ella no fue secuestrada por los agentes de seguridad del Estado, tampoco que la policía le disparó a nadie y que su motorizado no resultó herido de bala. La goda MCM se desvistió y le quedó su ropaje de mentirosa compulsiva. Así mismo, se demostró que todo fue una farsa con la finalidad de incitar el odio, al caos y acarrear desgracias a millones de venezolanos. Y esta mala comedia fue la que apoyaron, mediante la mass media, numerosos personajes de la política nacional e internacional. También se desnudó la derecha internacional y se manifestaron tal como son los "demócratas" de EEUU y la UE.
Ya es tiempo de dejar tranquilo a los venezolanos permitiéndoles vivir en paz. Venezuela tiene derecho de escoger sus amigos, sus aliados, darse el sistema de gobierno que le convenga y hacer negocios con otras naciones sin la aprobación de terceros. Es tiempo de mirar hacia otros lados del planeta donde si se están cometiendo arbitrariedades. Si quieren una cabeza de turco pueden mirar hacia EEUU, allí está al putañero Trump, declarado culpable por sobornar a prostituta, además imputado por acosador sexual; o mirar hacia Argentina, allí está al loco Miley acabando con los pibes; Israel, no se queda atrás, hallarán a Netanyahu acusado por la ONU por genocida e infanticida; Ucrania está lejos, pero al llegar se puede reconocer a Zelensky para culpar de corrupto y genocida; más cerca tenemos en Perú Dina Boluarte, quien como presidenta se comporta como el pimentón, metida en varios guisos junto a la familia; en España tenemos a Pedro Sánchez, presidente del gobierno quien defiende con fiereza la corrupta de su Esposa y el rey emérito Juan Carlos I de una monarquía podrida, quien se enriqueció junto con su amante con dinero mal habido; además, en Europa se pueden investigar a los infectos burócratas de la UE.
La derecha tiene para escoger, sin embargo solo tiene miradas hacia Maduro, a quien nunca se le ha probado la comisión de un delito, diferente al paraco Uribe y a su escudero Duque, quienes a pesar de sus relaciones comprobadas con los paramilitares y con los narcotraficantes nunca fueron enjuiciados. Así funciona la discreción en materia de justicia de la democracia burguesa y la de la derecha internacional. Pura hipocresía, razón tuvo el dramaturgo francés Moliére cuando sentenció: "La hipocresía es el colmo de todas las maldades". Lee que algo queda.