Un libro Interesante y polémico

En las siguientes líneas resumimos, un poco libremente pero sin afectar su contenido, el libro "Narcotráfico S.A. La Nueva Guerra del Opio".

La primera edición (en inglés) fue encargada en septiembre de 1978 por Lindón H. LaRouche, fundador de Executive Intelligence Review. Bajo su dirección cientos de investigadores en el mundo entero indagaron sobre el negocio del narcotráfico hasta llegar a sus orígenes.

En aquella época, LaRouche y sus colaboradores iniciaron una campaña internacional contra el hampa y el tráfico de drogas. La columna vertebral del libro fue el informe " A National Strategy to Control Crime" que LaRouche publicó en octubre de 1978. En 1985 apareció la segunda edición (en español) que ahora tengo ante mis ojos.

He tenido que leerlo tres o cuatro veces y todavía no salgo de mi asombro. ¿Hasta qué punto vivimos, los comunes mortales, en un mundo de fantasía? ¿Es la visión que tenemos del mundo, una imagen agrandada y mejorada, al mejor estilo de Hollywood?

No quiero avanzar demasiado sobre las conclusiones a las que Usted, lector, seguramente llegará, tal como yo lo hice.

Comencemos diciendo que el libro en cuestión está dividido en cinco partes:

Parte I. Gran Bretaña y la Primera Guerra del Opio.

Parte II. Cómo funciona el imperio de las drogas.

Parte III. La trampa de la deuda y la narco-economía en Iberoamérica.

Parte IV. El hampa y la mafia nazi-comunista

Parte V. Los orígenes británicos de la contracultura.

No. No se preocupe buscándolo en las librerías. Resulta que en la parte III del libro, se le dedica un capítulo entero a la familia Cisneros (el cual reproducimos completo) y el libro desapareció del mercado venezolano como por arte de magia. Todos menos algunos. Una copia puede ser consultada en la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la Universidad de Los Andes. La copia que yo tengo me fue facilitada por un amigo cuyo nombre me permito omitir.

En el Prefacio a la edición española se muestra la similitud entre la Primera Guerra del Opio llevada a cabo por Inglaterra contra China, con la Segunda Guerra del Opio que de nuevo está llevando a cabo los herederos de la vieja Compañía de las Indias Orientales británica –la mismísima monarquía británica y algunas de las mismas casas bancarias- contra Iberoamérica. Los perpetradores dirigen el cartel de mayor éxito en el mundo, Narcotráfico S.A. Tal vez algunos nombres y domicilios ya no son los mismos. Pero, como veremos, se trata de la misma facción oligarca, cuyo perverso método ha pasado de padres a hijos, y en muchos casos los apellidos y las fortunas familiares, los fondos de la nobleza, son exactamente los mismos.

El Fondo Monetario Internacional ocupa hoy día el lugar de la Compañía de Indias Orientales británica, y el imperio soviético, que heredó el designio de la rancia oligarquía rusa de erigirse en la "Tercera y Última Roma", ha negociado su tajada en el imperio internacional de Narcotráfico S.A.

En los comienzos de la Segunda Guerra del Opio, los efectos estaban concentrados en los EE.UU. como víctimas consumidoras. Los proveedores se encontraban en el conocido "Triángulo Dorado", una región entre Camboya, Laos y Vietnam. El dinero sucio se lavaba en Hong-Kong. Pero en los últimos años algunas de estas premisas han cambiado enormemente. El "Triángulo Dorado" perdió su hegemonía y surgieron, la llamada "Media Luna Dorada", región comprendida entre Irán, Afganistán y Pakistán; e Iberoamérica (que además también comenzó a formar parte de las víctimas). Para el lavado de dinero se usan ahora los bancos extraterritoriales del Caribe.

De hecho, 1978 fue el año en que se inició la gran operación de hacer a Iberoamérica una vasta colonia productora de drogas. En ese entonces Jimmy Carter, el presidente estadounidense nombrado por la Comisión Trilateral, sentó las bases para que la banca estadounidense se pusiera a la par con los narco-bancos más grandes del orbe o fuese absorbida por ellos.

En octubre de 1979, Paul Adolph Volcker, jefe de la Reserva Federal designado por Carter e íntimo amigo de David Rockefeller, cencerro de la Comisión Trilateral, inició su infame legalización de la usura imponiendo tipos de interés de hasta 20%. Todo el sector en desarrollo, y en particular Iberoamérica, quedó a merced de las maniobras de los narco-banqueros. Al tiempo que las deudas nacionales se duplicaron o triplicaban, el Fondo Monetario Internacional aceleró el proceso de recolonización.

Las naciones que esperaban entrar al siglo 21 como naciones desarrolladas se vieron obligadas a renunciar a esa esperanza. Los grandes problemas industriales que fueron la esperanza de los setentas –energía nuclear, riego, puertos y otras obras de infraestructura esencial para erigir economías sanas- se desmantelaron por órdenes del FMI.

Los adalides de la "libre empresa", los seguidores de Hyek y Friedman, que han justificado el genocidio tal como el Pastor Malthus justificara las barbaries de la Compañía de las Indias Orientales británica, victorearon la ni tan "libre" dictadura del FMI sobre todo el hemisferio sur.

El mismo dictador de la "libre empresa", el FMI promovió con más fuerzas la legalización de la "economía informal" de las naciones iberoamericanas, la libertad de los narcodólares para infiltrar las bancas nacionales y los planes agrícolas basados en "cultivos de exportación", cuya verdadera finalidad es fomentar el cultivo de estupefacientes.

Con la crisis de la deuda de los ochentas vino la desesperanza del desempleo en masa, la desnutrición crónica y la marginación: los ingredientes de un ambiente de pesimismo cultural, propicio a la drogadicción, el terrorismo y el caos, y la desintegración social.

Por más que sociólogos y antropólogos cataloguen el terrorismo y la desmoralización de nuestros días como "fenómenos sociales", es evidente que se trata más bien de consecuencias directas del obrar de las familias oligárquicas internacionales, obrar tan premeditado como predecibles son esas consecuencias. Basta echarle un vistazo a la serie de ensayos políticos publicados en 1979 por el Congreso de Relaciones Exteriores de Nueva York, el infame Programa de los Ochentas , en el que se aboga sin tapujos por la "desintegración controlada", para entender ese juego de ajedrez mundial en el que los estados nacionales son meros peones sacrificables.

Las operaciones de saqueo de los ochentas se planearon de modo que fuesen tan devastadoras como los métodos británicos del siglo 18. Con fugas de capitales, bajas forzadas de los precios de las materias primas del Tercer Mundo y brutales devaluaciones, se obligó a una nación tras otra a desistir de sus planes de desarrollo y someterse a la recolonización virtual.

El narcotráfico internacional funciona como una firma multinacional única, no muy distinta de los carteles farmacéuticos suizos, con una administración centralizada de la producción, el transporte, la distribución, el almacenamiento y el financiamiento de su "producto". Su objetivo, al menos para la cúspide de su jerarquía, no son las ganancias. Lo que se denomina Narcotráfico S.A. Constituye una fuerza estratégica consagrada a ejecutar el trato que tienen concertado la oligarquía financiera de Europa y la Ex Unión Soviética. Es el trato que sellaron Bertrand Rusell y los representantes de la ex Unión Soviética vía las discusiones de "trastienda" de las Conferencias Pugwash, celebradas en los cincuentas, entre otros canales.

Según ese acuerdo, que el finado presidente ruso Yuri Andropov denominó "nuevo pacto de Yalta" a principios de 1983, el mundo se dividirá así: las naciones de Europa occidental devendrá satrapías del Imperio Ruso y los Estados Unidos quedarán relegados al hemisferio occidental, a la función de brutal cobrador de las deudas contraídas por Iberoamérica con intereses bancarios angloamericanos y suizos.

Henry Kissinger y su directorio político internacional, conocido como Kissinger Associates, son el núcleo central. Ese papel lo fortalece la posición regente de Kissinger en American Express, entidad en la que se ha integrado buena parte de la jerarquía de Narcotráfico S.A.

Dichas jerarquía comprende los siguientes grupos principales:

· la combinación británica que domina los bancos extraterritoriales y el comercio de metales preciosos; es decir, el Hong-Kong and Shanghai Bank, los intereses auríferos Oppenheimer, importantes instituciones financieras como la Eagle Star Insurance y el Barclays Bank, y sus parientes canadienses tales como el Banco de Montreal y el Banco de Nova Scotia;

· Los principales bancos suizos;

· los encargados de continuar las manipulaciones financieras veneciano-genovesas personificadas por el finado Roberto Calvi, del Banco Ambrosiano y el sórdido Edmund Safra, de American Express.

· los vástagos de la banca suiza y los viejos fondi europeos: el cartel granero internacional formado por Cargill, Continental (de la familia Fribourg), Bunge y Louis Dreyfus; y

· las grandes instituciones financieras vinculadas al ex secretario de Estado de los estado Unidos, Henry A. Kissinger, entre ellas los bancos Citibank y Chase Maniatan, y American Express.

Este es el conglomerado financiero y político que respalda a lord Peter Carrington, ex ministro del Exterior británico y ex secretario general de la OTAN, el Yago de la guerra británica de las Malvinas, librada contra Argentina y toda Iberoamérica.

Este monstruo devora ahora las finanzas norteamericanas. Las finanzas de los Estados Unidos dependen ya de que les llegue del exterior una corriente de capital por un total anual que rebasa los 120.000 millones de dólares (en 1984). El Fondo Monetario Internacional reconoce de modo oficial que la fuente principal de esos recursos es la "fuga de capitales"; es decir, fondos que cruzan fronteras nacionales sin consideración alguna de las leyes impositivas o de cambio de los gobiernos nacionales.

¿Cómo es posible que cada año cientos de miles de millones de dólares crucen impunemente las fronteras internacionales? La respuesta es simple: una gran porción de la banca internacional fue creada exclusivamente para lavar dinero sucio. Una comisión senatorial nombrada para investigar los bancos, llegó a la conclusión, en 1983, que los principales implicados eran los tres principales bancos suizos, el más grande banco británico, el Barclays, el banco de Nova Scotia en Canadá y varias divisiones extraterritoriales de bancos estadounidenses.

En el mundo misterioso de los intercambios de cuentas gubernamentales, se conoce como "discrepancia estadística en la cuenta global de las balanzas de pago" a una simple suma. Si el intercambio comercial mundial fuera transparente, el déficit de un país sería superávit de otro, de tal forma que la suma total debería ser cero. Pues no, las discrepancias demuestran que en la década 73-83 (Informe del FMI) las discrepancias sumaban 800.000 millones de dólares. Es decir, entraron ilegalmente al sistema bancario. Esta confesión del FMI indica que, después de arruinar las economías y socavar la estabilidad política de la mayor parte de Iberoamérica, así como de Nigeria, Filipinas y muchas otras naciones en desarrollo, el FMI reconoce lo que provocan sus acciones: el éxodo en masa de capitales y la correspondiente inflación de la deuda externa en los países victimas.

El lavado de dinero sucio se realiza a través de una red financiera muy tupida, cuyos orígenes se remontan al narcotráfico de las Guerras del Opio británicas de la década de 1840. El paradigma de esta red es el Comité de Londres, o sea los directores acuartelados en Gran Bretaña del Hong-Kong and Shanghai Bank, banco central del Narcotráfico S.A. Está directa e inmediatamente vinculado a las cinco grandes cámaras de compensación londinenses, con los cinco corredores del monopolio del oro de Londres, y los grandes bancos internacionales canadienses.

Años de investigaciones realizadas por cientos de investigadores y corresponsales de Executive Intelligence Review han reconstruido en sus tres dimensiones la maqueta Narcotráfico S.A. cuya fachada principal y más obvia es británica. Sus otras dimensiones, igualmente integradas a una sola jerarquía mundial, son la europea, asentada en Suiza, y la rusa.

El Hong-Kong and Shanghai Bank manejan ahora el duodécimo banco más grandes de los Estados Unidos, y sus colaboradores de entre las cámaras de compensación británicas le han entrado en grande a la banca estadounidense, mediante la apropiación del Crocker National Bank de California, por parte del Midland, del BanCal-TriState, también de California, por parte de los Rothschild, e incursiones similares al mercado estadounidense.

El grupo minero Oppenheimer, heredero del imperio de Cecil Rodees, es la fuerza dominante –en colaboración con el HongShang y sus subsidiarias en el Medio Oriente- en el tráfico ilegal de oro y diamantes mediante el que se convierte en activos portátiles e indetectables tanto dinero sucio. El grupo Oppenheimer, mediante De Brees, su monopolio diamantero, Aglo-American Mining y Consolidated Gold Fields of South Africa, sus corporaciones mineras y Phibro, su entidad comercial, ha extendido sus tentáculos a todo el mundo, y especialmente a los Estados Unidos.

La Eagle Star Insurance, que sirve de enlace entre la oligarquía británica y los bancos canadienses, ha penetrado entre las aseguradoras del continente europeo, a la vez que gana enorme terreno en los Estados Unidos. La Eagle Star administra los fondos familiares de aquellos gangsters de la época de la prohibición, a duras penas reencauchados, la familia Bronfman. Los Bronfman, a su vez, comandan una variedad inferior de las especies hamponiles de Estados Unidos y Canadá. Las aseguradoras canadienses que funcionan bajo la égida de Eagle Star han venido a predominar en los mercados urbanos de bienes raíces en los Estados Unidos, desde Nueva York hasta Tejas.

Pero aún más importante es el papel que asumió Eagle Star a partir de 1983, cuando se convirtió en el principal eslabón visible entre el narcotráfico y el alto mando británico, y con los intereses financieros suizo-germanos organizados en torno a las grandes fortunas familiares del sur de Alemania. Allianz Versicherung, de Munich, la aseguradora más grande del continente europeo, compró 30% de Eagle Star en una batalla de adquisición que recibió mucha publicidad.

Allianz representa una coalición de los más antiguos y venenosos familiares alemanes, incluidos los de la antigua dinastía bávara de los Wittelsbach, y la más perversa familia en la Europa de habla alemana, los Thurn und Taxis. Fueron los Thurn und Taxis y sus parientes políticos, los Braganza, la destronada familia real portuguesa, quienes crearon y sufragaron la organización terrorista Tradición, Familia y Propiedad, involucrada en planes de asesinar al Papa Juan Pablo II (en Venezuela fue prohibida y cerrada su sede).

La vieja United Fruit Company, rebautizada United Brands en los sesentas, ha sido el eje de la gran delincuencia estadounidense desde comienzos del presente siglo, sirviendo de puente entre la mafia siciliana de Nueva Orleans y las firmas navieras de los "bramanes" de Boston. Desde los inicios del narcotráfico iberoamericano, los buques bananeros de la United que entran a la bahía de Baltimore han sido el más libre vehículo de transporte físico de contrabando a los Estados Unidos. United Brands, merced a una serie de reorganizaciones empresariales, terminó en manos de Carl Lindner, magnate de los seguros y principal socio de Max Fisher, cabecilla del hampa de Chicago.

La suerte de United Brands, mediante un enredo de intereses financieros que parece imaginado por un escritor de folletines de misterio, se ha unido a la American Express, el más eficiente porteador secreto de dinero del mundo, y con el príncipe del lavado de dinero sucio del Levante, el financista suizo-sirio Edmun Safra.

Sin duda el lector se siente perplejo en estos momentos. El mundo no puede ser tan distinto a cómo se lo imaginaba. Continuemos…

Parte I.

Gran Bretaña y la Primera Guerra del Opio.

"Del exterior llega al país una avalancha de estupefacientes, importados por un grupo de contrabandistas eficaces y bien organizados. La quinta parte de la población se torna drogadicta, epidemia que supera a cualquiera que se conozca desde la época de las grandes plagas. Las instituciones del orden están en ruinas".

¿Ficción? No, historia. Fue lo acontecido a China en 1838, cuando los narcotraficantes venidos de Gran Bretaña introdujeron el opio. Para los británicos, el tráfico de opio no era un sórdido negocio, sino un digno instrumento de la política de Estado. Grandes sectores del Lejano Oriente se dedicaron al cultivo de la adormidera, a expensas de la producción de alimentos, al grado que decenas de millones de individuos dependían totalmente del cultivo, la distribución y el consumo de opio.

En 1840, el Emperador chino, frente a la aguda drogadicción que destruía por igual a los mandarines y a la nación, intentó restringir las actividades de las compañías comerciales británicas. La respuesta de Gran Bretaña fue la guerra. Las fuerzas militares chinas debilitadas por la droga no pudieron contener a los británicos. Finalmente se rindieron y firmaron el Tratado de Nanquín, en 1842, que le dio a la Corona británica la increíble suma de 21 millones de libras de plata, así como el gobierno del "puerto libre" extraterritorial de Hong-Kong, que aún hoy sigue siendo la capital mundial del narcotráfico británico.

Doce años después del Tratado de Nankín, la Corona Británica comenzó la Segunda Guerra del Opio contra China, otra vez con consecuencias desastrosas para los chinos y otra vez con rendimientos monumentales para los narcotraficantes ingleses. En octubre de 1860, una fuerza expedicionaria franco-británica sitió Pekín, que cayó prácticamente sin resistencia. Este hecho produjo la firma del Tratado de Tientsin que garantiza a la Gran Bretaña siete octavos del comercio total chino y un aumento de la compra de opio que pasó de 58.681 cajas en 1860 a 105.508 en 1880.

Gran Bretaña construyó una cabeza de playa en los Estados Unidos con las siembras de algodón por esclavos negros y financiamiento británico. Este algodón era llevado a Liverpool. Ahí era hilado y transformado en ropa en los talleres del norte de Inglaterra en donde se utilizaban niños y mujeres con salarios extremadamente bajos. Los artículos de algodón se exportaban a la India, lo que arruinó su industria textil. India pagaba sus importaciones de ropa con las divisas que le producía la exportación de opio. Sin la "demanda" china de opio, se hubiera derrumbado todo el armazón comercial inglés.

Por su parte, la familia Rothschild, así como los Lehman, de Lehman Brothers, sus primos banqueros que luego formarían parte de "Nuestra Gente" de Nueva York, todos entraron a los Estados Unidos mediante la trata de algodón y esclavos de antes de la Guerra Civil.

El opio comenzó también a penetrar los Estados Unidos y para 1875 se censaron 120.000 estadounidenses adictos.

En 1919 y 1920 ocurrieron dos acontecimientos de importancia estratégica decisiva para la guerra del opio de Gran Bretaña en contra de los Estados Unidos. Primero se fundó el Real Instituto de Asuntos Internacionales, el cual tenía el objetivo de restaurar a Gran Bretaña como máxima potencia mundial incluyendo la recuperación de los Estados Unidos. El segundo acontecimiento fue la declaración de la guerra del opio por parte de Gran Bretaña a los Estados Unidos. Los norteamericanos conocieron ese episodio como la "Prohibición".

La Prohibición trajo a los Estados Unidos el narcotráfico, los narcotraficantes y el hampa en gran escala. Las bebidas alcohólicas ilegales y las drogas ilegales eran las dos líneas de producción diferentes de la misma multinacional. Los abastecedores eran los británicos, con sus destilerías de Escocia y Canadá, y sus refinerías de opio de Shanghai y Hong-Kong. Los del dinero eran británicos, con sus bancos en Canadá y el caribe. Los británicos, merced a sus nexos políticos en los Estados Unidos, crearon las condiciones políticas esenciales para reconquistar a los Estados Unidos.

Juntas, las entradas que produjo el tráfico ilegal de wisqui y drogas durante la Prohibición constituyeron un botín multimillonario del mercado negro. Aunque familias como los Kennedy y los Bronfman medraron como bandidos a principios de los treintas con la transición al comercio "legítimo" de bebidas alcohólicas, todo el andamiaje financiero que hacía falta para mantener la infraestructura del hampa exigió diversificar el mercado negro y ampliarlo en áreas que anteriormente casi no se había aprovechado. El mercado de las drogas ilícitas en los Estado Unidos, por más que creció significativamente como resultado de la experiencia de la Prohibición, sólo vino a representar un negocio multimillonario pasadas varias décadas.

En los treintas y cuarentas, al invertir fenomenales dividendos de la Prohibición en garitos, en estadios deportivos e hipódromos, el hampa echó los cimientos del narcotráfico que se iniciaría a mediados de los cincuentas, una vez que se creó el ambiente cultural propicio a la drogadicción.

Parte II.

Cómo funciona el imperio de las drogas

El narcotráfico es el segundo negocio del mundo por sus dimensiones, sólo superado por el petróleo. Las piezas que componen el rompecabezas que debemos armar para entender su funcionamiento se resumen en:

1. La descripción detallada que han reunido investigadores estadounidenses y de otras nacionalidades, de la mecánica del comercio del opio desde el triángulo Dorado hasta los puertos en donde sale para el resto del mundo.

2. La identidad de los principales mayoristas de opio, sobre todo entre emigrados chinos, sin faltar los nombres de algunos banqueros.

3. Un panorama completo de las finanzas británicas en el Lejano oriente (cuyo eje financiero es Hong-Kong y su principal banco, el Hong.Kong y el Shanghai) y en particular la telaraña de las relaciones de los británicos con la banca de los emigrados chinos en toda la región.

4. Una descripción de cómo funcionan los mecanismos –la banca extraterritorial, el comercio del oro y diamantes, etc- todos bajo el mando británico, con que se lava el dinero sucio, que asciende cada año a cientos de miles de millones de dólares.

5. Un inventario del muchísimo material de circulación general que prueba la integración del Lejano Oriente británico y las transacciones financieras con dinero sucio en todo el mundo, con los altos mandos de la política exterior británica, principalmente el Real Instituto de Asuntos Internacionales.

6. El material similar que prueba la existencia de un acuerdo estratégico entre Gran Bretaña y la República Popular China, por lo menos desde las negociaciones entre los traficantes británicos de opio y Mao Tse-tung, bajo los auspicios del Real Instituto de Asuntos Internacionales.

7. Veinte años de documentación oficial –de fuentes estadounidenses, japonesas y taiwanesas- que indica que la República Popular China produce y exporta opio no sólo para obtener divisas, sino para costear operaciones secretas de inteligencia, por intermedio de emigrados chinos.

8. Un cuadro de los lazos íntimos que unen a todos estos elementos –los viejos traficantes británicos de opio, los manejos británicos con dinero sucio, las operaciones de los chinos en el extranjero, el acuerdo político sino-británico- con el elemento canadiense que eslabona el hampa estadounidense.

9. Una descripción de la telaraña internacional del cabildo "sionista" de Gran Bretaña, y su función especial en lavado de dinero sucio, el comercio de oro y diamantes con dinero sucio, la subvención del terrorismo internacional, y el gobierno financiero de los canales del narcotráfico entre Canadá y los Estados Unidos.

10. Finalmente, los datos que demuestran que los principales directores de la guerra del opio contra los Estados Unidos no sólo se sientan en las mismas juntas directivas empresariales y mantienen otros vínculos de negocios, sino que tienen lazos de "sangre", lo que hace de esta telaraña una sola familia.

El tráfico ilegal de drogas es no sólo la agencia de subversión y estafa más grande del mundo: la dirige un solo grupo de individuos perversos cuyos nombres y filiaciones damos más abajo, y cuyos lazos mutuos de propiedad, familia y colaboración política se remontan a hace unos 200 años. Sabemos sus nombres y domicilios, y cómo acabar con ellos.

Aunque la mayor parte de los elementos del asunto están desde hace mucho tiempo al alcance del público, tanto los investigadores como la gente tienden a concebir el mundo del narcotráfico como una película de "buenos" y "malos": contrabandistas árabes o colombianos, bandidos de pelo largo y mala cara, políticos corruptos. Si, si existen estos individuos, pero son sólo peones de un monstruo cuya cabeza es la monarquía británica y aliados.

Un detalle muy sutil es que el precio de la heroína en las calles de cualquier ciudad de los Estados Unidos es siempre el mismo. La razón es que el suplidor es también siempre el mismo.

¿Qué tan grande es la industria de las drogas?

Tomemos el ejemplo de la heroína. Se estima que este sólo producto (con el opio para fumar y otros derivados) maneja 25.000 millones de dólares anuales (en 1978). Para comparar, el negocio mundial del oro y de diamantes juntos para ese mismo año movilizó 12.000 millones de dólares USA, apenas la mitad que la heroína. Podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el negocio de la droga mueve alrededor del 20% del comercio total mundial.

¿Adónde va el dinero?

Con tan inmensos volúmenes de dinero, sólo cabe una respuesta: una buena parte de la banca internacional y de las operaciones financieras conexas se creó con la sola finalidad de manejar dinero sucio. Más aún, esa parte de la banca internacional disfruta de la protección soberana de un buen puñado de gobiernos. Las actividades bancarias de la oligarquía británica reúne los requisitos siguientes:

1. Por siglo y medio han dirigido el comercio de estupefacientes.

2. Dominan las zonas bancarias libres, vedadas a las autoridades judiciales de los Estados Unidos y otros países.

3. Casi todas esas zonas bancarias libres, donde funciona la banca extraterritorial, se hallan bajo la férula política de la monarquía británica y sus aliados.

4. Dominan toda la banca en el corazón del narcotráfico: el Hong-Kong and Shanghai Bank, creado en 1864 para financiar el comercio de estupefacientes, es ejemplo de ello.

5. Gobiernan el comercio mundial de oro y diamantes, aspecto necesario del trueque de bienes "tangibles" por drogas.

6. Abarcan todos los mecanismos de enlace con el hampa, de cabildeo en pro de leyes favorables a las drogas en los Estados Unidos, y todos los demás elementos de distribución, protección y apoyo legal necesarios.


Prácticamente, la única zona bancaria libre que los británicos no gobiernan oficialmente es Panamá; no es casual que Panamá sea el único de esos centros donde hay muchos más bancos estadounidenses que británicos. Lo cual no quiere decir que Panamá sea un dechado de limpieza; por el contrario, la mayoría de los dineros del narcotráfico colombiano de marihuana y cocaína se limpia en Panamá, por medio de los tres bancos colombianos que ahí funcionan. Sin embargo, los bancos estadounidenses gozan de un campo de maniobra del que carecen en las Caimán o en las Bahamas, donde las autoridades británicas andan siempre husmeando.

Del campo al banco

Los productores de estupefacientes de Iberoamérica, son en su mayoría viejas familias terratenientes, que también cultivan caña de azúcar, que crece en suelo similares a la marihuana, y café, cuyas condiciones de crecimiento son idénticas a las de la coca. Esas familias gozan de inmenso poder en naciones como Colombia, Bolivia o Perú. La vieja oligarquía terrateniente tiene canales directos a los mercados bancarios de Nueva York, Londres y el Caribe.

Hong-Kong , Capital Mundial de las drogas

Las drogas ilegales son el mayor negocio en el Lejano Oriente. Pero en Hong-Kong, las drogas no sólo dominan la economía, son la economía. Echar un vistazo a la colonia británica de Hong-Kong es como observar una miniatura de la economía mundial de las drogas y el dinero sucio.

Para empezar Hong-Kong es el lugar del mundo con la mayor proporción de drogadictos. Según los cálculos oficiales de la policía británica, 10% de la población de Hong-Kong son drogadictas. Las cifras extraoficiales elevan esa cantidad al 50%. En promedio podemos estimarla en un 20-30%, es decir, alrededor de un millón de personas. Si cada opiómano o morfinómano gasta 10 dólares al día, el banco HongShang recibe alrededor de 3700 millones de dólares por año por la puerta trasera.

Un cálculo análogo da una cifra cercana a los 9000 millones de dólares para la ciudad de Nueva York. ¿De dónde sale tanto dinero? Seguramente no de empleos bien remunerados, ni de asaltos callejeros, ni aún la prostitución alcanza esos niveles de dinero. Sólo puede provenir de las actividades del hampa: loterías, apuestas, venta de protección, incendios por contrato y ocupaciones similares. La drogadicción no existiría sin los medios de subvencionar que le da el hampa.

El mito de que la economía de Hong-Kong se ha desarrollado rápidamente por su electrónica y sus textiles baratos, no tiene fundamento alguno.

La Conexión China

"Algunos soldados estadounidenses en Vietnam empiezan a probar el opio. Y nosotros los ayudamos…¿Se acuerdan cuando occidente nos impuso el opio? Nos atacaron con opio y nosotros vamos a combatirlos con sus propias armas… El efecto que esta desmoralización tendrá en los Estados Unidos será muchísimo mayor que lo que cualquiera alcance a imaginarse"

Primer Ministro chino Chou En-Lai, en conversación

con el Presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, junio 1965.

Sólo a partir del viaje de Henry Kissinger a China en 1972, se dejó de mencionar en los titulares de los diarios el papel chino en el comercio internacional del opio. Las autoridades estadounidenses, europeas y japonesas no dejaban de indicar que China es uno de los principales productores y exportadores de opio y sus derivados, y aún los británicos, ante la considerable presión de otros países, tenían que asentir.

¿Quién o Qué protege a Hong-Kong?

El motivo más importante es que, en gran medida, el refinamiento de la heroína –que se trasladó por completo de Shanghai a Hong-Kong tras la toma del poder por los comunistas en 1949- ya no se realiza en Hong-Kong. Antes bien, la importancia de Hong-Kong radica primordialmente en la esfera del manejo del narco-dinero, y secundariamente en el trasbordo de la heroína. El traslado de la producción y la refinación del opio de la ruta Shanghai-Hong-Kong al Triángulo Dorado (que incluye amplia porciones de la provincia de Yunnan en China) ocurrió en plena guerra de Vietnam, a la que los Estados Unidos entraron por consejo de Gran Bretaña, con lo que crearon un gigantesco mercado cautivo, de fácil acceso por las áreas de cultivo de Birmania, Tailandia y Laos, algunas de las cuales ya habían cultivo cantidades sustanciales de opio durante el período colonial británico.

La catastrófica participación de los estados Unidos en Vietnam le dio al régimen de Mao la oportunidad de oro en el mundo de los estupefacientes, al que Pekín entró con los dos pies. Los Estados Unidos pagaron el precio del súbito aumento de la drogadicción. Sin embargo, las postrimerías de los sesentas fueron sólo un período de transición, la ejecución de un plan estratégico bosquejado a principios de los cuarentas entre Mao Tse-Tung y las principales familias opieras de Gran Bretaña.

El Real Instituto de Asuntos Internacionales administra el narcotráfico

Según su acta constitutiva, publicada en 1920, el real Instituto de Asuntos Internacionales es "un cuerpo apolítico no gubernamental" cuyo fin es "impulsar las ciencias de la política, la economía y la jurisprudencia internacionales", "propiciar y mantener medios de información sobre asuntos internacionales" y "fomentar el estudio y la investigación de tales asuntos". Pocas veces tendrá el lector la oportunidad de leer tantas mentiras en tan pocas líneas.

En el testamento de Cecil Rhodes, que fundó los imperios del oro y los diamantes que hasta la fecha, bajo la égida de Anglo-American y De Brees, dominan los mercados mundiales, y fundó también el narcotraficante Standard Bank, y que le legó su fortuna al Fondo Rodees, expresa:

"Establecer un fondo, de y para el establecimiento, fomento y desarrollo de una sociedad secreta, cuyo verdadero fin y objetivo será la extensión del poder británico por todo el mundo, el perfeccionamiento de un sistema de emigración del Reino Unido y de colonización por parte de súbditos británicos de todas aquellas islas donde pueden obtenerse medios de sustento mediante la energía, el trabajo y la empresa, y especialmente la ocupación de colonizadores británicos de todo el continente de África, la Tierra Santa, el Valle del Eúfrates, las islas de Chipre y Candia, toda la América del Sur, las islas del Pacífico que no pertenecen todavía a la Gran Bretaña, todo el archipiélago Malayo, las costas de China y Japón, la recuperación final de Estados Unidos de América como parte integral del Imperio Británico, la consolidación de todo el Imperio, la inauguración de un sistema de representación colonial en el Parlamento Imperial que pueda tender a unir los miembros disgregados del Imperio, y, finalmente, la fundación de una potencia tan grande que en adelante haga imposibles las guerras y promueva los mejores intereses de la humanidad".

En mayo de 1919, nació el Real Instituto de Asuntos Internacionales para cumplir con los sueños de Cecil Rhodes.

Canadá, el Hong-Kong de Norteamérica

La mayor parte de la heroína que llega a Norteamérica entra por Canadá. La idea de que Canadá es una nación –en el sentido en que entiende ese término, por ejemplo, un estadounidense- es producto de una campaña publicitaria no por sutil menos persistente. Tanto en lo político como en lo económico, Canadá depende linealmente de la monarquía británica, comenzando por un gobernador general que nombra la Reina y siguiendo por el consejo de gobernadores, hasta el grupo que conforma el núcleo de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, quienes detenta la mayor parte del comercio candiense.

El papel de Canadá en el flujo de drogas que reciben los Estados Unidos no es muy diferente del que jugó durante la Prohibición. Canadá pasa la mayor parte de la heroína que entra al mercado estadounidense, porque se creó y se mantiene como dominio británico precisamente para llevar a cabo ese tipo de operaciones en el flanco norte de los Estados Unidos.

Según fuentes canadienses de alto rango, la mayor parte de la heroína que llega a Norteamérica la transporta Canadian Pacific Air y luego se lleva a diversos lugares al sur de la frontera estadounidense. Con esta conexión occidental canadiense está firmemente entrelazado el grupo Bronfman, cuyos centros administrativos y financieros son Seagram y Trizec.

El Triángulo plateado de Canadá

El Royal Bank tiene la más sucia reputación de cualquier banco caribeño. Según fuentes diplomáticas bien enteradas, el Royal Bank of Canadá dio órdenes directas al gobierno de Guyana de sembrar marihuana para obtener divisas extranjeras. En 1976, cuando Guayana cayó en una quiebra total y recurrió al Fondo Monetario Internacional en busca de auxilio de emergencia, se reunió con altos funcionarios del gobierno guyanes una delegación del Royal Bank of Canadá. El Royal Bank insistía en que Guyana orientara su economía hacia la producción de "cosechas de exportación", antes de que ese o ningún otro banco pudiese otorgarle préstamos. Los guayaneses, desesperados, hicieron lo que se les pedía. Como consecuencia, el noroeste de Guyana se ha convertido en uno de los principales abastecedores de marihuana al mercado norteamericano.

Todo en Familia

¿Por qué, habiendo pruebas tan detalladas del funcionamiento del narcotráfico mundial en el dominio público o en los expedientes policíacos, se ha podido mantener por tanto tiempo oculta esta realidad? La respuesta es que hay que ir más allá de las juntas directivas de las grandes compañías y de los mercados de los metales preciosos y asomarse a la vida íntima de la élite británica: todo el tráfico de estupefacientes del mundo lo ha dirigido desde sus inicios una sola familia. Esto se aplica no sólo al cultivo y la distribución sino también al apoyo político, ideológico y de inteligencia.

Esta familia ha dominado a Gran Bretaña por cientos de años, posee virtualmente todos los cargos importantes del poder empresarial y político y que cree que hacer que sucedan las cosas moviendo los hilos tras bambalinas es tan normal como tomar el té a las cinco.

El Real Instituto de Asuntos Internacionales fue la "sociedad secreta" que proporcionaba la oficialidad del comercio de drogas. Pero el Real Instituto fue fundado por un grupo todavía más secreto: el Círculo de Iniciados, el cual contaba entre sus primeros miembros a lord Milner, Cecil Rhodes, fundador del imperio minero británico en África, el futuro Primer Ministro Arthur Balfour, Albert Grey y lord Rothschild.

Parte III.

La Trampa de la deuda y la narco-economía en Iberoamérica

David Rockefeller, jefe del Chase Manhattan Bank, empezó a buscar dinero mafioso a mediados de los sesentas, por los días en que el Citibank organizaba su sección de "servicios bancarios personales internacionales" para administrar el desplazamiento de capitales ilegales, y el Bank of America sufragaba al Banco Ambrosiano de Italia. Pero no fue sino hasta 1976, cuando David Rockefeller se compró un gobierno estadounidense y los rancios fondi europeos se instalaron en Wall Street, cuando el narcotráfico comenzó a convertirse en negocio digno de la atención de los bancos más grandes del mundo.

El narcotráfico iberoamericano llegó a su máximo florecimiento casi en el momento mismo en que Jimmy Carter tomó posesión de la Presidencia de los Estados Unidos. Dos años después, había hecho un caos de la distribución de dinero por todo el sistema de la Reserva Federal estadounidense. Apenas tenía dos años Jimmy Carter en la Casa Blanca y ya el tráfico de estupefacientes se había convertido en la industria más grande de Florida, con entradas de 13.000 millones de dólares.

Los Estados Unidos, mediante el Departamento de Hacienda de G. Miller y la Reserva Federal de Paul Volcker, respaldaron la descarada campaña del Fondo Monetario Internacional para obligar a Iberoamérica a producir estupefacientes para pagar la deuda, y redoblaron sus esfuerzos después que el aumento del precio del petróleo en 1979 dejó a los deudores del Tercer Mundo en la insolvencia.

Volcker había sido vicepresidente de Planeamiento Estratégico propiedad de Rockefeller en 1966, cuando el Chase Manhattan solicitó al banco HongShang una tajada del mercado de dinero sucio. Entonces la Comisión Trilateral, membrete de Rockefeller que había postulado a su mascota Jimmy Carter a la Presidencia de los Estado Unidos, arremetió de lleno contra Iberoamérica. Henry Kissinger puso en marcha la "Iniciativa de la Cuenca del caribe", que culminó con el golpe marihuanero de 1980 en Jamaica, respaldado por el Departamento de Estado encabezado por Cyrus Vance.

La red privada de socios de david Rockefeller, al igual que el Grupo Grancolombiano en Bogotá, los socios de Manual Ulloa en el Perú, y la Organización Diego Cisneros en Caracas, abrieron los conductos por los que podrían entrar y salir de diferentes capitales de Occidente fabulosas sumas de dinero sucio, en nombre de la "libre empresa" y la "economía paralela".

El Fondo Monetario Internacional, sobre todo, le apretó las tuercas a los deudores de Iberoamérica, en especial a Jamaica, Colombia y Perú, los principales abastecedores de marihuana y cocaína del mercado estadounidense.

Para 1978 la economía del narcotráfico era ya la política oficial expresa del FMI. Jonh Holdson, veterano encargado de asuntos latinoamericanos en la oficina de comercio internacional y movimientos bancarios del Banco Mundial, declaró:

"Sé que la industria de la coca es muy ventajosa allí para los productores. Es más, desde su punto de vista, simplemente no podría encontrarse un producto mejor. Sus ventajas son que no requieren técnicas complejas o semillas híbridas, y la tierra y el clima son perfectos".

Frederick Wills, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Guayana, declaraba por su parte:

"Los países esperan que con obtener el visto bueno del FMI se le abrirán las puertas del crédito de otros países y de los bancos privados. Pero la aprobación del FMI requiere que se apliquen con buen éxito sus programas. Si no se tiene éxito, entonces se seca la corriente de fondos de los bancos y los mercados monetarios. Esto quiere decir, en primer lugar, que los ministros de gobierno deben responderse la siguiente pregunta: ¿qué exportaciones pudiéramos emprender que reditúen ganancias inmediatas en efectivo para salvar esta brecha de la balanza de pagos? Sólo hay una mercancía que satisface este requisito, las drogas.

Jamaica, ejemplo de "libre empresa" según el FMI

Tras cuatro años de intervención del FMI, el ingreso marihuanero de Jamaica se calcula conservadoramente en 3.500 millones de dólares al año, más que todo el Producto Interno Bruto de 1980, cuando el FMI instaló en el gobierno a Edward Saga.

A diferencia de Colombia y Perú, donde las fuerzas nacionalistas se oponen a los planes de los banqueros de convertirlos en plantaciones de coca y marihuana, Jamaica es un ejemplo indiscutible del FMI.

Edward Saga apenas si figuraba en los planes de la Comisión Trilateral cuando Sol Linowitz, negociador designado por el gobierno de Carter en las discusiones sobre el Canal de Panamá, presidió en 1979 una reducida reunión semi secreta en la Casa Blanca para tratar sobre el Caribe. Linowitz, quien sería funcionario de la United Fruit, formó en el gobierno de entonces un grupo de "Acción Caribeña-Centroamericana", núcleo de lo que sería después la famosa Iniciativa de la Cuenca del Caribe, de David Rockefeller, y de la Comisión Bipartidaria sobre América Central, de Henry Kissinger. Como subproducto del grupo de Linowitz, Gustavo Cisneros, protegido de Rockefeller en Venezuela, creó en 1981 el "Comité Venezolano-Jamaicano de Empresarios", para darle más apoyo a Seaga.

El drama de Colombia

En agosto de 1983, Rodrigo Lara Bonilla, fue nombrado Ministro de Justicia de Colombia, siendo Presidente Belisario Betancur. El 30 de abril de 1984, menos de un año después de su nombramiento, Rodrigo Lara Bonilla es asesinado por la mafia narcotraficante colombiana. La mafia colombiana es una ramificación local de una organización supranacional, mucho más poderosa y peligrosa, conocida como Narcotráfico S.A. Esta organización criminal actúa con toda impunidad a escala planetaria.

Rodrigo Lara Bonilla, un hombre honesto y nacionalista, se había atrevido a declararle la guerra a la droga, en un ambiente social en que los zares de la droga compraban a la población y los puestos políticos que le convinieran, en el que los ex presidentes y premios Nóbel cantaban las virtudes de los narcodólares.

Apenas una semana después del asesinato, el seis de mayo, en Panamá, los narcotraficantes colombianos Pablo Escobar y Jorge Ochoa (entre otros) se reúnen con el ex presidente Alfonso López Michelsen (presidente en el período 74-78). El objeto de la reunión fue un ofrecimiento de los narcotraficantes para "comprar" una amnistía total por 3000 millones de dólares USA. Después de la negación de tal ofrecimiento por el valiente presidente Belisario Betancur, su contraparte, el narcopresidente López Michelsen declaraba: "Si estos señores quieren entregar sus laboratorios, pistas y cultivos y vender sus aviones, entonces yo creo que el camino para reducir la cuestión del narcotráfico probablemente es más corto por las buenas que por las malas para llegar al mismo objetivo".

Siendo Presidente López, su ayuda al narcotráfico fue descarada: dio instrucciones a su ministro de Hacienda para que creara una "ventanilla especial" en el Banco de la República, el banco central colombiano, para permitir a los narcotraficantes incorporar sus dólares a la circulación legítima sin averiguaciones de ninguna clase (el Presidente Betancur la cerró en la primera semana de su posterior gobierno). Por otro lado, impulsó a su primo, Jaime Michelsen Uribe, presidente del mayor consorcio financiero del país, el Grupo Grancolombiano, a ocupar la primera posición del hampa narco financiera de Colombia. Los haberes del Grancolombiano se inflamaron con dinero del narcotráfico que pasaba por la "taquilla-lavandería", triplicándose en tan sólo los seis primeros meses de 1976, fecha para la cual despegó definitivamente el narcotráfico y la Florida se desbordaba con torrentes de dinero sucio.

El 31 de diciembre de 1983, el entonces Presidente Belisario Betancur desenmascaró a Jaime Michelsen Uribe quien huyó a Miami, dejando tras de sí en prisión a once funcionarios del Banco Colombia.

La Familia Cisneros: los Bronfman de Venezuela

Venezuela tenía hasta hace poco una relación "privilegiada" con el narcotráfico sudamericano. Hasta 1983 exenta de la producción de estupefacientes, Venezuela servía en cambio de estación de transbordo y "centro bancario" del narcotráfico.

Fueron narcodólares venezolanos, por ejemplo, los que iniciaron el torrente de dinero "lavado" hacia el mercado de bienes raíces de Florida, antes de que a la mafia colombiana se le ocurriese siguiera la idea. Llegó a tanto el volumen de dinero lavado procedente de Venezuela que se convirtió en chiste popular decir que Florida se había separado de los Estados Unidos ... para ser un nuevo estado de Venezuela. Para 1980, se calculaba oficialmente que el capital venezolano invertido en bienes raíces floridanos ascendía a más de 1.100 millones de dólares. Y en 1983, según cálculos de un funcionario de policía venezolano hechos públicos a principios de 1984, se lavaron en Venezuela cerca de 5.000 millones de dólares.

Pero hace ya mucho que Venezuela perdió esa relación "privilegiada"; junto con las casas bancarias que se lucran del narcotráfico hay ahora medio millón de adictos, según se calcula, muchos de ellos hijos de los propios narcos financieros. Con todo, identificar el aparato del lavado de dólares y sus jefes sigue siendo el medio más eficaz de identificar en su conjunto a la mafia venezolana de los estupefacientes.

El 20 de julio de 1984 la revista venezolana Resumen informó sobre versiones de que un miembro de la familia Cisneros, una de las más poderosas familias financieras de Venezuela, estaba metido hasta los codos en el lavado de dinero del narcotráfico en Florida. Según esa información, tomada en su totalidad del libro In Banks We Trust, de la periodista izquierdista Penny Lernoux, Oswaldo Cisneros Fajardo había estado vinculado a la World Finance Corporation (WFC), una lavandería internacional de dólares. La WFC, habiendo metido la pata ya demasiadas veces, finalmente se vino abajo, y su presidente cubano-estadounidense, Guillermo Hernández Cartaya, paró en la cárcel en pago de un delito relativamente leve: evasión de impuestos.

La crónica incluía algunos de los detalles más sórdidos de los negocios de la WFC: canje de armas por drogas en el Caribe; recursos financieros puestos a disposición del gobierno de Fidel Castro, etc. El reportaje suscitó aún más interés por el hecho de que El Diario de Caracas acababa de publicar una foto del presidente Lusinchi leyendo el libro de Lernoux, en compañía de dos altos funcionarios. El pie de la foto aseguraba que los lectores se habían interesado especialmente en los lazos de Cisneros con el mundo del narcotráfico. Lo cual suscitó tanta indignación como si la revista Newsweek hubiese acusado a David Rockefeller de lavar dinero sucio. La Organización Diego Cisneros, compañía tenedora de la familia Cisneros, hizo publicar desplegados de página entera en la prensa de Caracas en los cuales negaba tener relación alguna con la World Finance Corporation, Credival, o el señor Hernández Cartaya. Oswaldo Cisneros - en una entrevista con Resumen en la que presentaba su versión del asunto - reconoció que en 1975 había contratado a Hernández Cartaya para que le reorganizará la firma inversionista Inversiones Fénix, a la cual se le llamó después Credival, y que entre los dos habían constituido una subsidiaria de la WFC en Caracas. Pero insistió que ése había sido el último negocio que habían hecho juntos, y que no tenía conocimiento alguno - ni antes ni en ese momento - de que Hernández Cartaya tuviera algo que ver con el narcotráfico o el lavado de narcodólares.

Muchos salieron a defender la honra de Cisneros atacando la confiabilidad de Lernoux, lo que resultaba harto fácil en vista de que su carrera de "periodista" fue patrocinada por la KGB y una sarta de agencias vinculadas a la inteligencia británica tanto en los Estados Unidos como en iberoamérica. Pero la mayoría de las pruebas que presentó Lernoux sobre el tema de la WFC fueron tomadas de los expedientes de luengas investigaciones realizadas por varias instituciones estadounidenses (entre ellas el Congreso, la Dirección de Aduanas, la Dirección de Estupefacientes y un gran jurado federal) sobre Hernández Cartaya y la WFC.

Pero la verdadera historia de la familia Cisneros va mucho, mucho más allá de los meros indicios que salieron a luz con motivo del escándalo de la WFC. El error está en tratar de mirar hacia abajo desde la posición de poder de la familia Cisneros, en lugar de hacia los lados y hacia arriba. El lector vería las cosas más claras si, por ejemplo, le informamos de la existencia de una prestante familia iberoamericana que: Se inició en los negocios con el patrocinio de uno de los principales banco canadienses de Narcotráfico S.A: el Royal Bank of Canada; Se ha asociado por mucho tiempo con la familia Rockefeller, que le ha hecho el favor de venderle migajas de su imperio en Iberoamérica, incorporando a sus miembros a las juntas directivas de varias compañías tenedoras internacionales suyas, y que les ha permitido consolidar esos lazos por matrimonio con sus parientes de la familia Phelps; Está sólidamente vinculada a los grupos bancarios de Florida que se destacaron en el escándalo de las drogas del gobierno de Jimmy Carter; Entró en sociedad con una casa financiera de Florida cuyas ligas con terroristas y narcotraficantes están bien documentadas, y que recibió millones de dólares del Banco Narodni de Moscú; Lleva décadas promoviendo el liberalismo económico de la Sociedad Mont Pelerin de Fiedrich von Haytek, que aboga por la legalización del comercio de estupefacientes; y Se unió recientemente a la campaña de David Rockfeller por hacer de la narcoeconomía jamaicana el "modelo" para la cuenca caribeña en general.

Ahora tiene el lector una perspectiva adecuada para entender la verdadera historia de los Cisneros, y comprender el hecho de que se trata del equivalente venezolano de los Bronfman. No debe sorprenderle ya la asociación del primo Oswaldo con el corrupto Hernández Cartaya.

El Imperio de la Familia

La fortuna de la familia Cisneros se centraliza en la Organización Diego Cisneros (ODC), compañía tenedora cuyo valor se calcula en 3.000 millones de dólares. La ODC descrita por un banquero neoyorquino relacionado con ella, es una compañía "de tipo Gulf and Western", que abarca unas 50 firmas productoras de bienes que van desde discos fonográficos, artículos deportivos y computadoras hasta cosméticos y alimentos preparados, con propiedades en los renglones de bienes raíces, agricultura, comunicaciones y finanzas. "El grupo Cisneros, cuyas inversiones siempre han sido de orientación internacional, se desbocó a hacer adquisiciones en los dos o tres últimos años", comentó el banquero, añadiendo que se calcula, "informalmente", que ha colocado unos mil millones de dólares en el exterior.

Al igual que la Gulf and Western, dueña de Paramount Pictures, la ODC tiene también su compañía de entretenimiento": Venevisión. La familia Cisneros, que adquirió esa compañía de televisión en 1961, cuando apenas arrancaba la televisión en Venezuela, se ha valido de Venevisión para fomentar la cultura del rocanrol y la pornografía, indispensable para crear en cualquier país el ambiente hedonista, "chévere", delas drogas, de "sentirse bien". El fenomenal éxito de las ventas de discos de las estrellas de rocanrol y el disco - grabados por Sonorodven la fonográfica de la ODC - es apenas uno de los efectos del poder publicitario que le da Venevisión a la ODC.

El Royal Bank of Canada fue el que le dio al paterfamilias Diego Cisneros su primera oportunidad en Caracas, tras emigrar este de Cuba en 1929. La vinculación con el narco banco canadiense continúa hasta la fecha, siendo representante de los Cisneros en la junta directiva del Royal José Rafael Revenga, vicepresidente ejecutivo de la ODC y vicepresidente de Venevisión. En 1939 Diego se "independizó" y montó la primera franquicia embotelladora de Pepsi-Cola en Venezuela, en compañía de su hermano Antonio. Ahora son sinónimos en Venezuela Pepsi y Cisneros, y el hijo de Antonio, Oswaldo, es el actual presidente de la compañía.

Pero fue Diego Cisneros quien hizo de la ODC el imperio comercial y financiero que es hoy. En Venezuela, la palabra "Rockefeller" se convirtió en asociación inevitable con la palabra "Cisneros". Junto con otras ricas familias, la familia Cisneros se hizo cargo de muchos de los negocios iniciados por los Rockfeller. Entre ellos, las subsidiarias venezolanas de Sears Roebuck, la National Cash Register, y ese proyecto predilecto de Nelson Rockefeller, los supermercados CADA. En un momento dado la ODC obtuvo los servicios como "asesor internacional" de George S. Moore, expresidente del banco neoyorquino Citibank y director emérito de W.R. Grace. Y Gustavo Cisneros, hijo de Diego Cisneros, se hizo de una esposa bien conectada al imperio Rockefeller: Patricia Phelps, de los Phelps del Eastern Establishment estadounidense.

Diego Cisneros sentía gran orgullo, además, de ser miembro de la sociedad Mont Pelerin, eminentes ideólogos internacionales de la "legalización de la economía ilegal" cuyas labores en pro de las drogas citamos en los primeros capítulos. Diego Cisneros patrocinó numerosos viajes de los propagandistas de la Mont Pelerin a Venezuela para arengar a los empresarios del país, y su consigna de toda la vida, según informa su propio hijo Gustavo, era nítida ideología Mont Pelerin: "Denme el hombre apropiado, y trato hecho".

Al morir Diego en 1980, se hicieron cargo de los negocios sus hijos, Gustavo y Ricardo Cisneros Rendiles, ocupando la presidencia y la vicepresidencia, respectivamente, de la ODC. Gustavo devino heredero forzoso del imperio, y ha continuado la labor de su padre como campeón del modelo de "libre empresa" en la cuenca caribeña. Cuando David Rockefeller creó en 1981 el "Comité Estadounidense-Jamaicano de Comerciantes" para impulsar el "modelo jamaicano" de estupefacientes y libre empresa, Gustavo Cisneros anunció la creación de una "Asociación Venezolana-Jamaicana de Comerciantes" parecida, de la que se hizo presidente.

La carrera de Gustavo como financista internacional va en ascenso. Es vicepresidente de la filial venezolana de los Caballeros de la Soberana Orden de Malta, y para 1981 se había incorporado a la junta internacional de asesores del Chase Manhattan Bank, uniéndose a gente de la calaña de Henry Kissinger y su socio Per Gyllenhammer de la Volvo; "Joe" Martínez de Hoz, de Argentina; Y.K. Pao, de la Worldwide Shipping Corporation de Hong Kong; Ian D. Sinclair, presidente de Canadian Pacific Enterprises, Ltd; y el presidente de la Royal Dutch Petroleum Co., G.A. Wagner. Todos ellos, por supuesto, encabezados por David Rockefeller. En noviembre de 1983 pusieron a Gustavo en la junta internacional de asesores de Pan American World Airways (PanAm), donde convergen, entre otros, Sol Linowitz, de United Brands; Cyrus Vance, abogado de Gulf and Western; Theodore Hesburgh, rector de la Universidad de Notre Dame; y Yet Keung-kan,

Presidente del Bank of East Asia, de Hong Kong. Ahora se ha sumado también a sus "realizaciones" una nueva posición en la junta internacional de asesores de la Beatrice Foods.

Los lazos de Cisneros con la combinación Carter-Vance no son nuevos. Según fuentes en Washington, durante el gobierno de Jimmy Carter, Cyrus Vance, entonces secretario de Estado, a menudo se valía de Cisneros como "interlocutor" con ciertos grupos políticos de la región. Cisneros y su viejo camarada Pedro Tinoco, hijo, hicieron desde Caracas cuanto estuvo de su parte para impulsar el boom financiero venezolano en Florida. Cuando Robert Graham, gobernador de ese estado y ferviente partidario del esquema de "banca libre", llegó a Caracas en octubre de 1980 para estimular las inversiones venezolanas en Florida, Gustavo Cisneros y Pedro Tinoco, hijo, fueron quienes le organizaron el gran agasajo a él y a sus patrocinadores. Pero la conexión también se extiende, por supuesto, al ámbito financiero. Por 1978 los Cisneros adquirieron propiedad minoritaria del Florida First National Bank de Jacksonville, la principal integrante de una compañía tenedora de alcance estatal llamada Florida National Bank of Florida. Puso a Tinoco en la junta directiva del banco para representar allí el interés de los Cisneros.

Ahora, resulta que el Florida First National es un banco interesante. Es uno de los tres bancos floridanos que encabezaron la pelea por levantar las restricciones bancarias en ese estado hacia fines de los setentas. Tales modificaciones de la ley eran indispensables para convertir a Florida prácticamente en un refugio bancario para el dinero del narcotráfico.

La Florida National Banks tiene también otro rasgo muy interesante: era la principal tenedora de la Charter Oil Company, que tenía en la junta directiva de Florida National dos de sus directores: Edward Ball y el presidente de la Charter, Raymond Mason. La Charter, que quebró en 1984, alcanzó notoriedad cuando salió la noticia de que había servido como conducto de las compras de petróleo libio impulsadas por Billy Carter, el hermano del presidente. Ese escándalo pasó a la historia como el "Escándalo Bill Gate".

Pero a Gustavo Cisneros no lo perjudicó en lo más mínimo todo eso. Todo lo contrario: en 1981, según se dice, vendió sus acciones, obteniendo de ellas una ganancia multimillonaria.

La World Finance Corporation y el enlace cubano

Pareciera que Oswaldo Cisneros, primo de Gustavo, dirige en Venezuela mucho más que la compañía Pepsi-Cola. Según un informe que apareció el 1 de julio de 1984 en El Diario de Caracas, Oswaldo es el enlace de una plan para reestablecer relaciones comerciales y diplomáticas entre Venezuela y Cuba, con la esperanza de legitimar su calidad actual de intermediario comercial cubano-estadounidense, en violación del embargo impuesto por los Estados Unidos a Cuba. El Diario de Caracas sostuvo que Cisneros visitó Cuba en un avión de Pepsi-Cola el 7 de junio de 1984 y que se reunió personalmente con Fidel Castro. En una entrevista concedida el 12 de agosto a la revista Resumen, Cisneros no negó que hubiese viajado a Cuba, pero insistió que fue por motivos de familia y personales, que la reunión con Castro ocurrió por "pura casualidad" y que sólo se habló de "una serie de generalidades". Oswaldo agregó que tenía muchos otros miembros de la junta directiva de Pepsi que habían participado en la invasión de Bahía de Cochinos y que todo el cuento era un intento de desacreditar sus bien cultivadas credenciales anticastristas.

Pero hay otras cosas que le falta explicar a Oswaldo Cisneros. Su esposa, la cubana Ella Fontanals de Cisneros, es hermana de José Fontanals Pérez, actualmente miembro de la junta directiva del Banco Nacional de Cuba, en La Habana, y asesor económico de Fidel Castro. Los nexos de Ella con su hermano no son cosa del pasado; su esposo Oswaldo reconoció en su entrevista con Resumen que él facilitó por lo menos una visita discreta de José Fontanals a Caracas, para asistir al funeral de su madre.

Según se dice, Ella vive parte del tiempo en Caracas y parte en Nueva York, y fuentes cercanas a la DEA informan que en esta ciudad frecuenta sitios a donde acuden también diplomáticos cubanos, tanto en funciones como retirados, así como narcotraficantes colombianos, entre ellos Jemel Nassel de Lehder, ex esposa del rey de la mafia colombiana, Carlos Lehder.

Quizá el lector se pregunte cómo puede el clan anticastrista de Cisneros departir amigablemente con los actuales diplomáticos fidelistas.

La historia de la World Finance Corporation (WFC), narrada en varias comisiones del Congreso de los Estados Unidos, demuestra que la imbricación de las redes castristas y anticastristas en el cálido bajo mundo de las drogas no es tan "imposible" como quisiera Oswaldo Cisneros que creyeran los investigadores.

La WFC fue fundada en Coral Gables, Florida, por un banquero cubano en el exilio, de apellido Hernández Cartaya. Este sujeto tenía desde el principio algún tipo de contacto en las organizaciones de inteligencia; participó en la invasión de Bahía de Cochinos, lo capturaron, lo liberaron, y entró a trabajar en el Citizens and Southern Bank de Atlanta hasta que decidió poner su propio negocio. El abogado de la WFC, cuya firma aparece en el acta constitutiva de esa entidad, era Walter Sterling Surrey, muy bien relacionado ex agente de la OSS, quien se quedó con la WFC hasta 1976. Surrey era también el abogado de Ronald Stark, un terrorista que cumple sentencia en Italia por sus vínculos con las Brigadas Rojas. Antes de sus actividades en Italia con los círculos del narcoterrorismo Stark había sido miembro de la Brotherhood of Eternal Love, organización que participó en la producción de la mayoría de los alucinógenos que se distribuyeron en los Estados Unidos a lo largo de los setenta. Esta hermandad, con la que nos toparemos en capítulos posteriores, fue uno de los primeros conductos del narcotráfico y el lavado de dinero sucio entre los Estados Unidos, el Caribe y América Central.

Según varios informes, la WFC fue desde el principio una lavandería de narcodinero. Ya en 1977 era propietaria de nueve compañías más un banco en Miami, así como de subsidiarias en ocho países iberoamericanos. Unibank, una filial panameña, controlaba sucursales en las Antillas holandesas, las islas Caimán, Londres, los Emiratos Árabes Unidos y Texas. A los siete años de existencia, la hoja de balance de la WFC arrojaba un saldo positivo de más de 500 millones de dólares. Una mala (y posiblemente ilegal) inversión en los Emiratos Árabes Unidos echó por tierra el grupo en 1977, le costó a los inversionistas 55 millones de dólares y obligó a Hernández Cartaya a huir del país con un pasaporte colombiano falso. La investigación posterior al desplome de la WFC reveló que una subsidiaria de la que poseían el 98 por ciento, el National Bank of South Florida, estaba involucrada en el lavado de narcodinero, los llamados autopréstamos y varios otros abusos.

Pero antes que todo eso sucediera, la WFC había obtenido un préstamo de 2 millones de dólares del Narodny Bank de Moscú en 1975. A juzgar por las pruebas disponibles, Hernández Cartaya había hecho más que suficiente para merecerlo.

La red WFC incluía a la escoria del bajo mundo financiero del continente. El representante colombiano del grupo inversionista panameño de la WFC, el Unibank, era Jaime Mosquera, banquero colombiano que fue a dar a la cárcel en 1982 por fraude. Mosquera era contacto de Hernández Cartaya desde que ambos trabajaron en Citizens and Southern, siendo Mosquera el

representante de ese banco en Bogotá. Una de las primeras acciones de la WFC fue comprar un banco colombiano pequeño, el Banco del Estado, e instalar a Mosquera como presidente. En 1975, Unibank trató de negociar un papel estelar en un préstamo de 100 millones de dólares al instituto agrícola Idema, propiedad del Estado colombiano, valiéndose para ello de la influencia de Christian Mosquera, hermano de Jaime que por aquel entonces era superintendente bancario de Colombia. Según testimonio ante la comisión del Congreso de los Estados Unidos que investigó la maniobra de la WFC, Hernández Cartaya era al mismo tiempo representante secreto del gobierno cubano y se proponía usar el préstamo como incentivo para que el gobierno de López Michelsen cooperará con Cuba en las rutas "norteñas" del narcotráfico.

El Unibank de Panamá fungía también como conducto de las compras de armas de los sandinistas, antes de que el grupo rebelde auspiciado por los cubanos derrocó a Anastasio Somoza en 1978. También se tienen informes preliminares de que Unibank mediaba el canje de armas por drogas tanto en Venezuela como en Colombia.

Hernández Cartaya era un tipo versátil. También se le acusó de financiar las actividades terroristas del notorio grupo anticastrista de Orlando Bosch. Un funcionario de la WFC, un tal Duney Pérez Alamo, pertenecía al grupo de Bosch y era amigo íntimo de Gaspar Jiménez, el agente de Bosch que arrestaron en México en 1976 cuando intentó secuest


Aprovechándose del anticomunismo ciego del presidente, Thompson lo convenció de que había que detener a toda costa a la insurgencia comunista y que para ello hacia falta una sólida presencia militar estadounidense. Jonson era un incompetente en política exterior y militar, y su segundo consejero, Walter Rostow, jefe del Consejo de Seguridad Nacional, había recibido la Cruz de la Orden del Imperio Británico. A Jonson los británicos lo arrastraron a Vietnam cogido por las narices.

Los británicos tenían dos motivos para azuzar la Guerra de Vietnam. El primero era fomentar en el sureste asiático una "guerra limitada" entre los Estados Unidos y la Unión Soviética (representada por los norvietnamitas), tanto para reavivar la guerra fría como para socavar efectivamente la influencia de ambas potencias en la región. El segundo motivo, aunque igual de importante, era la desmoralización a tal grado de la población de los Estados Unidos que se desintegra el sentido de orgullo nacional y la confianza en el progreso futuro de la república.

De la misma manera en que Aldous Huxley inició la subversión contracultural de los Estados Unidos treinta años antes de que el público percibiera las consecuencias, lord Bertrand Russell comenzó a echar los cimientos del movimiento pacifista de la década de los sesentas desde la década de los treintas.

Se debe hacer mención de que el fervor de Russell en contra de la guerra era un fraude descarado. En la II Guerra Mundial, Russell se opuso a la intervención de los Estados Unidos y Gran Bretaña en la guerra contra los nazis, porque él estaba asociado al "Cliveden Set", que era pro nazi. En 1947, cuando los Estados Unidos tenían la bomba atómica y Rusia aún no, Russell abogaba a voces porque los Estados Unidos desataron la guerra nuclear preventiva.

A partir de la década de los cincuenta, la tarea principal de Russell fue la de construir un movimiento pacifista y antinorteamericano.

Imágenes cambiantes

Con casi toda una generación de jóvenes estadounidenses hundida en las drogas que inundaron las universidades, le es posible a Marilyn Ferguson escribir en su "conspiración de Acuario" que "hay legiones de conspiradores [acuarianos]. Los hay en corporaciones, universidades y hospitales, entre los maestros de las escuelas públicas, en las fábricas y los consultorios médicos, en las dependencias federales y estatales, en los concejos municipales y en la Casa Blanca, en las legislaturas, en las organizaciones de voluntarios y en casi todos los medios públicos del país".


[1] En 1989, el coronel cubano Tony De La Guardia y su hermano gemelo, el brigadier general Patricio De La Guardia se declararon culpables de tráfico de cocaína, y más tarde fusilados (N. de la R.)

[2] Como lo han hecho a todo lo largo de la historia mundial.



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José Juan Requena


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