Se agota el tiempo

El tiempo vuela sin marcha atrás. Lo que se tiene que hacer debe realizarse ya sin perder un segundo. La realidad va, sin detenerse, y nos muestra lo que sucede en materias de primer orden que inciden en la sociedad, como la economía, lo político y lo social, envuelve como una red todos los ámbitos de nuestro mundo. Lo positivo o negativo, la aceptación de políticas públicas por parte de la mayoría está en manos del Estado y Gobierno, que deben impartir o tomar decisiones para que tengan consenso. De allí depende el éxito de una gestión y el respaldo del pueblo.

Pero la situación económica no marcha bien. Todos lo sabemos, incluido el propio gobierno. En materia económica tenemos un salario mínimo que no alcanza para cubrir las necesidades ni el costo de la llamada " canasta básica". La harina precocida, huevos, queso, margarina, carne, arroz y pasta sobrepasan los "precios acordados". Acaparamiento y especulación con los precios no se detienen, mientras que no alcanza el dinero para la compra de vestidos y calzados. Y el aumento del pasaje en el transporte masivo de pasajeros es continuo. Del Metro ni hablar.

Todos estos elementos y factores hacen mella en la población que se siente y padece la inacción gubernamental. El valor del dólar y el ataque a nuestra moneda se incrementa a diario, a cada momento, sin ningún tipo de control. Mientras la respuesta es el bloqueo, sin duda que criminal, pero es la excusa para dejar de actuar, ya el propio presidente, Nicolás Maduro Moros, lo ha denunciado.

Esto demuestra que nuestras instituciones marchan a media máquina o no actúan. Las quejas y denuncias son constantes, llegan a su destino pero la acción no llega.

Estamos en un proceso electoral que se desarrolla sin contratiempos, partidos y organizaciones políticas desplegando propaganda, unos más, otros menos y hay hasta vetados por los medios de comunicación del Estado, sí de esos que denominan "canales y medios de todas y todos las venezolanas y venezolanos". Parece una ironía, pero existe censura previa.

El Estado y el Gobierno están conscientes de la situación, si buscan consenso social, respaldo popular mayoritario, deben actuar en defensa de los genuinos interés de la gente de a pie o, de lo contrario, se avecina una grave situación.

El proceso de cambios debe continuar. O, de lo contrario, se agota, se acaba el tiempo.





 



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Alcides Castillo

Periodista-Politólogo-Especialista en Sistemas y Procesos Electorales

 acastillo472@hotmail.com

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