Simón Bolívar y la Guerra

La guerra en occidente estará dirigida por Bolívar. Salió para Curazao el 27 de agosto de 1812, y de allí pasó a Nueva Granada. En Cartagena se le nombra comandante de Barrancas. El 15 de diciembre había escrito una "Memoria dirigida a los ciudadanos de Nueva Granada", llamada Manifiesto de Cartagena por los historiadores, documento político para explicar las causas de la perdida de Venezuela, y primera reflexión sobre el destino de la independencia. El oficio que dirige al secretario del Congreso de la Nueva Granada, fechado en el cuartel general del Puerto Nacional de Ocaña el 8 de enero de 1813, tiene el tono que asumirá la campaña para libertar a Venezuela. Es éste: "Tengo la satisfacción de participar a U.S. que habiendo sido encargado por el Gobierno del estado de Cartagena, de pacificar los lugares que ocupaban los enemigos en el sur de la provincia de Santa Marta, desde la villa de Tenerife hasta la ciudad de Ocaña, he logrado poner en libertad la navegación del Magdalena, reconquistar toda la parte enemiga, derrotar completamente sus tropas, tomarle cien prisioneros, muchos oficiales, doscientos fusiles, la mayor parte de su artillería montada, cinco buques de guerra, sus pertrechos y municiones de boca; y puesto en una vergonzosa fuga las reliquias del Guamal, Banco, Chiriguaná y Tamalameque. Bien pronto tomaré posesión de Ocaña, quince días, lo que suplico a U.S. se sirva elevarlo al conocimiento de S.A.S.".

El 1 de marzo de 1813, como brigadier de los ejércitos de la Unión, título concedido por el Congreso neogranadino, llegó Bolívar a territorio venezolano, San Antonio del Táchira. Su ejército, unos 600 hombres. El 23 de mayo ya está en Mérida, donde le proclaman Libertador. El 15 firma en Trujillo el decreto de Guerra a Muerte, para separar a los americanos de los españoles y afianzar el sentimiento nacional: "Españoles y canarios, contad con muerte, aun siendo indiferente, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables." El 7 de agosto entra triunfalmente a Caracas. El 14 de octubre, la Municipalidad, a nombre del país, le da el título oficial de Libertador. La segunda república, ganada por esa Campaña Admirable de Bolívar y por la victoriosa guerra de Mariño, se inaugura. Estará viva desde el 7 de agosto de 1813 hasta el 5 de diciembre de 1814.

Los combates sobresalientes de esa Campaña Admirable fueron: 1) Niquitao, cerca de Trujillo, el 2 de julio, en que el coronel José Félix Rivas triunfa sobre el coronel realista José Martí; 2) Los Horcones, cerca de Barquisimeto, el 22 de julio, cuando el mismo Ribas derrota al coronel Francisco Oberto; 3) Taguanes, entre San Carlos y Valencia, el 31 de julio, donde Bolívar vence al coronel Julián Izquierdo.

El 3 de febrero de 1814, José Tomás Boves (1782-1814), convertido de la noche a la mañana en caudillo, derrotó al republicano Vicente Campo Elías en el sitio denominado La Puerta, cerca de los Morros de San Juan, en los Llanos, hjoy9 estado Guárico. El vencedor marcha hacia los valles de Aragua, mientras Bolívar, desde Caracas, se adelanta a Valencia para hacerle frente. El 20 de febrero, Boves ataca a Bolívar en San Mateo. Suceden ofensivas durante varios días. El 28 hay una primera batalla, y el 24 de marzo, una segunda. Muere Antonio Ricaurte, oficial neogranadino, de cuyo sacrificio levanta Bolívar una bandera para el nacionalismo y la capacidad heroica. (Ver la verdad absoluta: el Diario de Bucaramanga) Mariño se mueve desde Aragua de Barcelona, en el oriente, Boves se retira del centro de la campaña para ir a su encuentro. Mariño lo derrota en Bocachica el 31 de marzo. Boves huye hacia Calabozo, y Bolívar lo persigue. En Valencia, Rafael Urdaneta sostuvo un sitio puesto por el realista de Ceballos, quien lo levantó al ver a Boves derrotado. Mientras tanto Juan Manuel Cagigal llega a la ciudad de San Carlos y robustece el ejército realista de Ceballos. El 28 de mayo fue derrotado en Carabobo este ejército por el de Bolívar. En esta primera parte de la campaña son derrotados Boves, Cagigal y Ceballos, los tres, conductores militares realistas.

En 15 de junio de 1814, Boves derrota a Bolívar y Mariño, que han reunido sus ejércitos en La Puerta, el sitio llanero donde fue vencido en febrero. Los dos jefes republicanos huyen a Caracas. Boves marcha a Valencia, que toma el 10 de julio. Fusila al gobernador Francisco Espejo. El 16 de ese mismo mes, el jefe victorioso, al frente de sus llaneros, llega a Caracas y se convierte en gobernante, con desprecio de la autoridad, que tenía Cagigal en calidad de gobernador y capitán general. Bolívar, con su ejército destruido, encabeza una marcha hacia el oriente; huye la población civil.- Se denomina esta difícil escapada, en la historia nacional, emigración a oriente. Boves destacó a Francisco Tomás Morales, canario, para perseguir a Bolívar. En Aragua de Barcelona (18 de agosto) queda liquidado el resto del ejército republicano. Las fuerzas que José Félix Rivas y José Francisco Bermúdez enfrentan a Boves en Urica, el 5 de diciembre de ese año de 1814, son también derrotados. Allí pelearon Ribas, Bermúdez, Cedeño y Pedro Zaraza, nombres que forman tradición en los pueblos orientales y llaneros. Murió Boves atravesado por una lanza llanera. (Boves asesinado por Morales, por orden del Arzobispo de Caracas, don Narciso Coll y Prat) También murió Miguel José Sanz y, poco después, José Félix Rivas en Tupido.

José Tomás Rodríguez Boves es la figura central de la guerra entre los años de 1813 y 1814. Insurge como caudillo de los llaneros, fundamental la guerra en su prestigio personal, en las múltiples relaciones como compadre, amigo y comerciante; pero también en el valor personal, en el conocimiento directo del pueblo y en la coyuntura socioeconómica del Llano donde actúa. El fenómeno ha sido estudiado en varios tonos, desde los siglos pasados hasta nuestros días. Resultado de la realidad socioeconómico, producto de los resentimientos de clase, abanderado del pueblo reivindicador, o caudillo afortunado. Boves destruye la segunda república, derrota a Bolívar y a Mariño, pero no termina la guerra.

La derrota y pérdida de la segunda república imponen a Bolívar un aprendizaje, una reflexión, un nuevo estilo, como puede observarse en las tácticas que utilizará a partir de 1817 en cuanto a la conducción de la guerra, en las fórmulas políticas que pone en práctica inmediatamente después de la derrota y en las ideas desarrolladas en los documentos públicos desde la Carta de Jamaica del 6 de septiembre de 1815.

En septiembre de 1814 viajó, derrotado, desde Carúpano, en el oriente venezolano, a Cartagena. Desde esta ciudad se dirige al Congreso de Nueva Granada para explicar los acontecimientos venezolanos. Este Congreso le nombra mariscal de campo. Marcha Bolívar a Pamplona y Tunja, donde se halla reunido aquel Cuerpo, presidido por Camilo Torres; aprueba el Congreso su conducta y le hace general de división, a la vez que le encarga la sujeción del estado de Cundinamarca, rebelado contra la Unión. Bolívar obedece, y el 12 de diciembre de 1814 somete a Santa Fe. Esta victoria le vale el nombramiento de capitán general de la Confederación de Nueva Granada y la misión de libertar a Santa Marta de la posesión española. El pensamiento está puesto en Maracaibo, posible nueva camino a Venezuela. Pero la política neogranadina es confusa. En Cartagena, el gobernador Manuel del Castillo, sui antiguo rival de 1813, le hace oposición y le niega los auxilios que podía darle. El 8 de mayo de 1815, Bolívar renuncia a su posición en el ejército neogranadino para evitar encuentros internos, entre los republicanos, y se embarca al día siguiente rumbo a Jamaica. Llega a Kingston el día 14. Pudo mantenerse gracias a la protección económica que le prestó el comerciante británico Maxwel Hyslop. Durante el destierro en Jamaica (desde el 14 de mayo al 18 de diciembre de 1815) Bolívar se dedicó a promover opinión pública, a crear ambiente a la causa independentista, con especial énfasis en atraer la colaboración inglesa, insinuando incluso la cesión territorial (Panamá, Nicaragua) si Inglaterra apoyaba la liberación americana.

El 25 de diciembre de 1815, aunque iba rumbo a Cartagena, llegó a Haití. Al amparo de Pétion, gobernante republicano, prepara la expedición a Los Cayos, puerto al sur de la isla. Con 240 hombres, embarcados en siete goletas, vuelve Bolívar a la escena; con oficiales como José Antonio Anzoátegui, Justo Briceño, Pedro León Torres, Carlos Soublette. El 31 de marzo de 1816 sale la expedición rumbo a Margarita. Desembarca en Juan Griego el día 3 de mayo. El 1 de junio se toma a Carúpano. Empieza la campaña que no habrá de terminar hasta la victoria, el 24 de junio de 1821, en la batalla de Carabobo.

Fernando VII, el rey por antonomasia, a quien se destrona el 5 de julio de 1811, establece de nuevo la monarquía absoluta (desde el 11 de mayo de 1811 al 17 de marzo de 1820), interrumpida durante tres años y restablecida poco antes de 1833, cuando muere el rey. El 9 de mayo de 1815 se establece la política de recuperación de "los dominios de América". La palabra "dominios" sustituyó a las provincias; se contribuye así a la causa independentista. Un general de división, don Pablo Morillo, intentará esa recuperación desde el 16 de febrero de 1815, cuando sale desde Cádiz –el viejo puerto que vinculó las provincias de ultramar con los reinos peninsulares– al frente de una expedición reconquistadora. La escuadra estaba formada por una nave capitana de sesenta y cuatro cañones, dos fragatas de treinta y cuatro, una corbeta con veintidós y un bergantín con trece; la escolta era de cincuenta y dos transportes, con diez mil seiscientos cuarenta y dos hombres de tropa, formados en seis regimientos de infantería y un batallón, dos regimientos de caballería, uno mixto y un batallón de ingenieros. Morillo toma Venezuela y Nueva Granada.

El 11 de abril de 1817, el general Manuel Piar triunfa en San Félix, de Guayana. El 16 de octubre será fusilado por conspiración, sedición y deserción. Bolívar unifica el comando, asegura a Guayana, se estable en Angostura (hoy Ciudad de Bolívar) como capital y monta gobierno civil con el Congreso de Angostura. Se consolida el tercer período de la república (desde el 7 de mayo de 18166 al 17 de diciembre de 1819). Bolívar es el conductor de la guerra y del Gobierno. Desde Guayana, Bolívar da la libertad a Nueva Granada, con la batalla de Boyacá, ganada el 7 de agosto de 1819, y a Venezuela con la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821.

Carabobo no es sólo una batalla, sino ante todo, una magistral campaña, con unidad, estrategia, organización. Cuándo, finalmente, después de fallidos intentos, el pueblo de Maracaibo logra sumarse a la causa republicana gracias al pronunciamiento del 28 de enero de 1821, la situación de los republicanos cambia favorablemente. En efecto, el armisticio firmado por Bolívar y Morillo en Santa Ana de Trujillo (26-27 de noviembre de 1829), por el cual se suspendía la guerra temporalmente, quedó roto y se dispusieron realistas y republicanos a la reanudación de las hostilidades. Por primera vez en la larga guerra de emancipación se logra una confluencia adecuada de las fuerzas, cohesionados los ejércitos en una solo, el Ejército; está entrenado, disciplinado y equipado.

La reanudación de las hostilidades se fijó para el día 28 de abril de 1821. En esa fecha salieron todas las divisiones desde sus respectivos puntos de partida, menos la de Páez, quien de acuerdo con las instrucciones salió de Achaguas, en los Llanos, el 10 de mayo.

Al principio, Bolívar pensó en concentrar el grueso del ejército en Barinas; luego fijó el objetivo en Mijagual; posteriormente, en Guanare y después, en San Carlo. Estos cambios obedecían a estrategias que el Libertador debía hacer en base al movimiento de los realistas. Bolívar obligó, prácticamente, a que las tropas realistas se arrinconaran e Carabobo. Si en verdad el propio Bolívar considerabas como la más arriesgada y expuestas la misión encomendada a Rafael Urdaneta, en la marcha que debía efectuar desde Maracaibo hasta Barquisimeto, pasando por Coro y Carora, también hay que considerar la penosa marcha de José Antonio Páez, quien cumplió la misión desde Achaguas al mando de 2.500 llaneros y conduciendo 2.000 caballos de reserva y 4.000 cabezas de ganado vacuno (novillos, decían los llaneros) para el abastecimiento del ejército.

Cuando las fuerzas de Páez llegaron a San Carlos (la caballería, el 4 de junio, y la infantería, el 18), ya el ejército libertador estaba listo para el combate. Los realistas temían más a los llaneros de Páez que a todo el resto de los combatientes republicanos. El domingo 24 de junio de 1821 se enfrentaron, a las doce del día, 4.079 realistas contra 6.500 republicanos. Apenas la mitad de los efectivos pudieron entrar en la batalla, que culminó en poco más de una hora. Como consecuencia de la derrota, los realistas se refugiaron en Puerto Cabello, de allí pasaron a Maracaibo, donde se hicieron fuertes. Entre la batalla de Carabobo y la naval de Maracaibo, que se llevó a cabo el 24 de julio de 1823, se libraron toda vía en territorio venezolano unos 54 encuentros. El bastión de Fernando VII, el castillo de Puerto Cabello, cayó bajo las armas de José Antonio Paéz el 10 de noviembre de 1823.

El ejército libertador que actúa en Carabobo estaba formado por el pueblo. Era, sociológicamente, el pueblo en armas, debidamente organizado. A partir de 1816, Bolívar cambia su concepción de la política independista: ya no la utilización de las clases (pardos, campesinos, esclavos) a nivel de soldados conducidos por los "blancos de la plaza", los mantuanos e hijosdalgo, sino la incorporación del pueblo a todos los niveles, unificado. El ejército y el pueblo son una misma cosa. Ahora el pueblo está en guerra necesaria. Pero mañana estará en paz. El fusilamiento de Piar, el héroe de San Félix, tiene esa explicación: evitar la división de las clases en el ejército. (El padre Pérez Hurtado (su confesor) piensa que Piar pudiera estar en connivencia con su tío Juan VI de Portugal, a la sazón en Brasil, para segregar a Guayana de Venezuela). El ascenso de Páez se facilita porque representa esa política de igualación.

La guerra y la independencia tienen posibilidades de realización, además, por la inmensa prosperidad económica venezolana en la segunda mitad del siglo XVIII: ganadería y agricultura. Todavía cuando se divide la república de Colombia en 1830, se habla de adjudicar a Venezuela la mayor de la deuda por ser más rica, aunque con menor población. Toda la campaña de Carabobo se fundamenta en los recursos de Guayana y de los Llanos, especialmente la ganadería vacuna para comer, y la caballería. El ejército llanero está siempre montado, y sin mulas no hay desplazamiento posible. Páez, que domina ambos recursos, es hombre principal aquel día.

Los treinta primeros años del siglo XIX forman un duro compendio histórico para Venezuela. Todavía el 19 de abril de 1810, la jurisdicción de la Real Audiencia de Caracas, las Provincias integradas, forman parte del Estado español. A partir del 5 de julio de 18111 nace la república, la Confederación Americana de Venezuela; el 17 de diciembre de 1819, el Congreso de Angostura sanciona la Ley Fundamental de la República de Colombia. Así, el pueblo venezolano pasó jurídicamente de nacionalidad en nacionalidad, español durante más de trescientos años, venezolano desde el 5 de julio de 1811 hasta el 17 de diciembre de 1819, colombiano desde ese día hasta el 23 de noviembre de 1829, cuando una asamblea reunida en Valencia, convocada por el gobernador, tomó la decisión de volver a la simple nacionalidad venezolana: "También se discutió, y convinieron todos unánimemente, en que Venezuela no debe continuar unida a la Nueva Granada y Quito, porque las leyes que conviene a aquellos territorios no son a propósito para éste, enteramente distinto por costumbres, clima y producciones; y porque en la grande extensión pierden la fuerza y energía…"

Bolívar no sólo hizo la guerra (Boyacá, 7 de agosto de 1819; Carabobo, 24 de junio de 1821; Pichincha, 24 de mayo de 1822) para liberar a los pueblos que debían integrar una sola república, sino que preparó la posibilidad de la paz, del ejercicio de la justicia (Congreso de Angostura, 1819; Congreso de Cúcuta, 1821; creación de Bolivia, 1825). Su acción llega al Perú, donde sustituye a San Martín, convoca el Congreso de Panamá y piensa en Paraguay, en Cuba, en España misma. La unidad de los pueblos fue preocupación principal de Bolívar. Sabe que existió una unidad mayor, durante tres siglos. La independencia por partes puede ser una trágica equivocación. Por eso Colombia. Una de las angustias del Libertador fue sin duda esa clara conciencia de la dispersión. La Carta de Jamaica es un lúcido análisis sobre la naturaleza política hispanoamericana: los mexicanos irán de la república representativa a la monarquía, de la conmoción popular al "partido preponderante"; los estados del Itsmo tal vez formen una asociación; Buenos Aires, Chile y Perú se mencionan como apartados unos de otros. Planifica ya la república de Colombia: "La Nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan a convenirse en formar una república central, cuya capital sea Maracaibo, o una nueva ciudad que, con el nombre de Las Casas (en honor de este héroe de la filantropía), se funde entre los confines de ambos países, en el soberbio puerto de Bahía Honda. "Pero la realidad histórica fue otra, de modo que Venezuela regresa en 1830 a los límites de la Real Audiencia de Caracas, tal como se conformó en 1786. Simón Bolívar, el Libertador, se honra como padre de la patria en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, en Bolivia y, en cierto modo, también Perú. Este párrafo es asimismo de la Carta de Jamaica: "De todo lo expuesto, podemos deducir estas consecuencias: las provincias americanas se hallan lidiando por emanciparse; al fin obtendrán el suceso; algunas se constituirán de un modo regular en repúblicas federales y centrales; se fundarán monarquías casi inevitablemente en las grandes secciones, y algunas serán tan infelices, que devorarán sus elementos, ya en la actual, ya en las futuras revoluciones; que una monarquía no será fácil consolidar; una gran república imposible".

La idea de la unidad está presente en todos los documentos bolivarianos, a partir de 1813 fundamentalmente: Manifiesto de Cartagena, Carta de Jamaica, Discurso de Angostura, Cartas sobre el Congreso de Panamá, hasta el último día de la vida. Su proclama final también documenta esa angustia: "Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la unión; los pueblos, obedeciendo al actual gobierno, para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario, dirigiendo sus oraciones al cielo, y los militares, empleando la espada en defender las garantías sociales. ¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro."

*Sociedad Bolivariana de Venezuela, Escritos Del Libertador, VIII, pág. 244, Caracas, 1972.

¡La Lucha sigue!



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Manuel Taibo


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