El Esequibo "Acuerdo de Ginebra" a la solución pacífica

La situación geográfica de Venezuela, su ubicación geopolítica en el continente americano y el mundo, hacen de este país un punto de referencia para las actividades comerciales en el concierto internacional. La producción de hidrocarburos, minerales, y energía, la convierten en uno de los países con mayores potencialidades del mundo en desarrollo, y al estudiar la historia de nuestra República se nota que hay importantes variantes en cuanto a la magnitud y alcance de sus fronteras terrestres, marítimas y espaciales.

Estas variantes son significativas en el campo de la multipolaridad, sobre todo en lo que se refiere a la seguridad del estado venezolano, el cual se encuentra afrontando este momento una coyuntura tan delicada debido al bloqueo incesante, el robo de sus activos en el extranjero y una constante amenaza por parte del hegemon mayor, lo que obliga de manera urgente tener las previsiones y medidas en la aplicación de políticas de prevención como líneas de acción para tomar decisiones y actuaciones en el contexto de la seguridad defensa y desarrollo integral de la nación, como respuestas tanto para la sociedad como para la comunidad internacional.

En este sentido los llamados problemas limítrofes de Venezuela que de una manera u otra históricamente hemos sido despojado por países vecinos con la anuencia de nuestros gobernantes para la época, marcan decisivamente su desempeño a la política internacional, hoy día, la República Bolivariana se debate ante la realidad histórica con mayor vigencia que nunca, como pueblo comprometido en la búsqueda de salidas democráticas producto de la autodeterminación y el respeto de la soberanía popular para todas las naciones del mundo y, particularmente, para los hermanos de Latinoamérica y el Caribe. Es por ello que como país comprometido con la paz mundial y la búsqueda de alternativas para resolver sus asuntos relativos a la delimitación de fronteras aún pendientes en forma pacífica y concertada, lo cual no ha de significar en ningún momento olvido de su compromiso nacional de defender y resguardar a todo evento su soberanía e integridad territorial.

De tal manera no se podría entender el proceso de la reclamación territorial, si no ubicamos los hechos, las circunstancias y las actuaciones en el propio contexto histórico acerca de la controversia entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana, concretamente referido al Acuerdo de Ginebra como punto de inflexión para reiniciar un nuevo ciclo de la reivindicación venezolana del territorio Esequibo. Donde se revisarán los antecedentes de este acuerdo, su contenido y el status actual de las negociaciones, según la ruta trazada en ese instrumento internacional.

De hecho la historia de la defensa al territorio venezolano del Esequibo no puede aislarse de la institucionalidad virreinal de las Indias. Ella acusa su presencia como fuente de vitalidad profunda de nuestro pueblo, como figura que ha venido precisándose y creciendo a través de la vida del territorio patrio. La Corona de Aragón creó para ese momento los dominios que poseía sobre la región creando el título de Virrey, tan nobilísimo que fue necesario para dar la más alta dignidad y los más amplios poderes a los lugartenientes que gobernaban lejos de la sede real, nacen aquí los primeros elementos históricos que enlazan al viejo continente con América.

De lo anteriormente planteado es fácil entender que el nacimiento de la Guayana venezolana hasta los acontecimientos reciente que han dado lugar a la reclamación del territorio Esequibo que por ende es venezolano; y así lo dejan ver documentos legados que han quedados para la posteridad, donde fuimos despojados vilmente en una componenda entre Gran Bretaña y Estados Unidos, y ahora con la complicidad de la Republica Cooperativa de Guyana para apoderarse de los inmensos recursos tanto marítimos como los hidrocarburos que posee la región.

Uno de los puntos en esta reflexión histórica es el Tratado de Münster o de Westfalia, un instrumento bilateral que regula las materias de derecho territorial hispano-holandeses en América. Que fijo el límite del dominio holandés en la margen derecha del río Esequibo y así lo confirman las diferentes actuaciones de hecho y de derecho. Primero por el Reino de España que nunca le reconocieron a Holanda las usurpaciones en el triángulo Moruca Pomerón Esequibo.

Si bien era cierto que la línea Schomburgk original de 1835, sustraía aproximadamente 4.920 kilómetros cuadrados a favor de Gran Bretaña, para los años de 1840 y hasta 1886, la línea Schomburgk abarcaba según el gobierno inglés 141.930 kilómetros cuadrados aproximadamente. La situación, en lugar de mejorar se agrava, para el año 1877 Gran Bretaña traza de nuevo una línea y pretende un territorio de 167.830 kilómetros cuadrados, con lo cual su jurisdicción se extendía hasta el río Cuyuní y las poblaciones del Dorado, Guasipati, El Callao, Tumeremo y Upata. Todo esto hasta llegar al Laudo Arbitrar de París de 1899, donde Venezuela fue despojada a través de una arreglo entre Gran Bretaña-Reino Unido e Irlanda del Norte y los Estados Unidos, de una extensión de territorio de 159.542 km cuadrado.

Hasta la fecha, el instrumento jurídico que regula la controversia ha sido el Acuerdo de Ginebra, firmado en Ginebra Suiza el 17 de febrero de 1966, el cual establece el apego a los medios de solución pacífica de las controversias, expresados en el artículo 33 de la Carta de Naciones Unidas, la remisión del caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ). El cual no estamos de acuerdo, y si bien este es un medio de naturaleza jurisdiccional contemplado entre otros para la solución pacífica de conflictos, no es menos cierto que el mismo artículo del Acuerdo de Ginebra establece dos condiciones necesarias, en primer lugar haberse agotado los medios de solución pacífica y junto a esto, estar de acuerdo Venezuela y Guyana en la escogencia del mismo. Ni lo uno, ni lo otro han ocurrido. Por lo tanto la Corte Internacional de Justicia no tiene jurisdicción para involucrarse en la resolución de este conflicto.

Solo privó el interés y posición de una de las partes, el gobierno de Guyana, quien siempre ha demostrado poca disposición a negociar de buena fe, en los cuales existen documentos y declaraciones que así lo confirman.

Lo que si realmente queda claro es que la República Cooperativa de Guyana con un cálculo oportunista busca zafarse del Acuerdo de Ginebra y apoyada tras bastidores por estados unidos, los intereses de Exxon Mobil y otras transnacionales petroleras, empujó la controversia por la vía jurisdiccional aprovechando la coyuntura del bloqueo, las medidas coercitivas unilaterales y las amenazas de intervención e injerencia que enfrenta Venezuela, busca una alianza bilateral con los estado unidos, en si buscando protectorado que podría más adelante resultarle fatal para sus aspiraciones.

Yo diría que en este momento estamos en una encrucijada si se quiere, no sé si tarde para recuperar lo que es nuestro, o no supimos negociar en el momento oportuno este problema de esta franja de terreno que pertenecen una parte al Estado del Delta Amacuro y la otra al Estado Bolívar, reflejado y delimitado en ambas constituciones regionales, estamos hablando del territorio yuruani o Esequibo y por ende perteneciente a la República Bolivariana de Venezuela.



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Víctor José Guerrero

Abogado. Maestrante de Derecho Internacional Público

 guerrerovictorj@hotmail.com

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