Derecho de las mujeres

A propósito de aquellas mujeres que participaron en la Batalla de Carabobo

Según algunos estudiosos, en la edad media, se fijaron las pautas y las condiciones de conductas que se le exigían a las niñas, a las jóvenes y a las mayores. En esa época de la historia, el papel más importante atribuido a las mujeres era el de esposa y madre. En los anales siguientes, los roles de las mujeres han cambiado enormemente. Dentro de ese gran manojo de cambios, atravesando muchas épocas, llegamos a la presencia de la mujer en nuestra tradicional Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Mujeres provenientes de diferentes estratos sociales, con firme voluntad, decididas; vienen a formar parte de esa nueva sangre de la hembra; que no pretende competir con el varón las faenas castrenses, sino a ocupar participación protagónica en la soberanía del país, como en otrora lo hicieron aquellas impertérritas féminas.

En este orden de ideas, entre estas impertérritas pudieron destacarse algunas mujeres como Ana María Campos, Josefa María Ramírez, Leonor Guerra, Luisa Cáceres de Arismendi, Juana Antonia Padrón, entre otras, que contribuyeron en el proceso de independencia. Veamos este curioso relato, posterior a la Batalla de Carabobo (24 de Junio 1821) que habla por sí solo de la participación de muchas valerosas, en aquella llanura inmortal: ... "Cuando en la búsqueda de anónimos combatientes recorrieron el dramático escenario de esa victoria los tenientes Rafael Mendoza y Vicente Piedrahita, hallaron vistiendo el uniforme de soldado del ejército libertador, a dos mujeres. Eran de aquella cohorte de doscientas que, a pesar de la negativa de permitir su presencia en el campo de batalla, habían logrado burlar esta orden usando el uniforme de soldado y así, arrostrar junto a los seres de su afectuosa preferencia, todos los peligros. Mujeres que no temían ni a los fusiles, ni a las bayonetas, ni al fuego de la artillería, que nada les significaban en esa hora en que compartían un ideal de Patria" (...).

Fuentes compiladas: Marcos París del Gallego. La Batalla de Carabobo. Acervo Histórico de la Nación. edición 1977, 1998. Caracas.

¿¡Amor, patriotismo, locura, inmolación, soberanía!? ¿Qué motivó a aquellas almas a tan ingente bravura? cómo se batía el cobre en aquella hora crucial; cual Juana de Arco.

Para cerrar con broche de oro, soy del pensar que fueron mujeres protagonistas con su voluntad y sentido de pertenencia hacia nuestro país, ese terruño (Ius Solis) que las vio nacer; tejieron nuestra historia en esos escenarios donde se trataba de morir o vencer. Mujeres que abandonaron el confort del hogar, para contribuir con el proceso de nuestra vida histórica. Mujeres invisibilizadas por los intríngulis morales y machistas de la época. Desestimarlas; sería ser un malagradecido con las horas que les correspondió vivir; manteniendo sus principios hasta el exánime. Creo que aquellas valerosas mujeres, realizaron un hecho central de nuestros antepasados, lo cual considero debe nutrir nuestra conciencia de insumo histórico para poder comprender mejor el presente. Presente que indica un gran porvenir para esta gran Venezuela, donde las mujeres militares y milicianas de hoy tienen un gran desafío, allende compartir sus faenas domésticas como esposas y madres; corazones maternos que se petrifican cuando la soberanía del suelo está en escollo. En un lenguaje poco feliz, vivimos en una sociedad hipnotizada donde se conoce más de las aventuras de la "Mujer Maravilla" de Hollywood, que de nuestras propias heroínas. Sin embargo, eso no merma para dejar de pensar que sí hay un universo significativo de damas que -hablando criollo- tienen los ovarios bien puestos, a la hora de resguardar el terreno sagrado.

¡Felicitaciones! a las mujeres uniformadas y no uniformadas del glorioso componente Ejército Nacional Bolivariano, herederas de aquéllas que se sembraron en Carabobo; no sólo empuñando un fusil, sino también cumpliendo faenas de maestras, enfermeras, médicas, artistas, oficinistas, científicas y humanísticas, obreras, entre otras. Soy del pensar: Si no hay conciencia histórica, no puede sentirse amor por Venezuela; aunque parezca romántico decirlo. Es mi óptica de ver las cosas.

¡Muchas gracias!



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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