Efímeras reflexiones

La familia, ese Estado en miniatura, donde surgen las primitivas decisiones políticas

Con frecuencia, en nuestro alrededor, escuchamos a algún mortal, decir: "yo no soy político", o "yo no me meto en política"; argumentos que, en cierta medida, se le respetan, tomando en consideración que en este globo terráqueo hay personas que puedan o no tener algún conocimiento fundamental sobre el origen, el desarrollo, la evolución, la finalidad y la relación de la familia dentro del contexto de la sociedad donde se desenvuelve, donde hace vida. Soy del pensar, que no puede obligarse a nadie a aceptar un término, si no tiene las competencias básicas del tema que pretende tratarse; hay que poseer mucho tino, de tal manera, para que no se sienta ofendido o medianamente intimidado en su contexto personal. Es por ello, que aunque esto pueda ser una opinión a boca de jarro, no es menos cierto que, una de las simientes más lejanas del Estado es la familia, con sus primitivas agrupaciones, sin ninguna regla fija, sin ninguna norma que establecieran la convivencia humana.

Ahora bien, debe, pues, reconocerse; según fuentes históricas, que los primeros indicios de la agrupación humana, fueron las hordas. En esas comunidades disgregadas se observaba la existencia de un régimen de promiscuidad. Puede evidenciarse, entonces, mis apreciados lectores, la ausencia de valores que rigieran la conducta y el comportamiento de aquellas almas, que sustentaran el desarrollo de su permanencia como la familia, tal cual, la vemos hoy día. Se carecía de una autoridad que fijara o estableciera normas de conducta, que administrara un presupuesto doméstico, que velara por la salud de sus integrantes, que se preocupara por la instrucción y educación de la prole, que estuviera pendiente de la alimentación, que actuara como juez, a la hora de aplicar alguna sanción a los que estaban bajo su tutela, que le proporcionara abrigo y vestido a todos los suyos, de decidir sobre la religión qué tendrán que profesar en el grupo primario, etcétera.

Con el transcurrir del tiempo, a través de vínculos sanguíneos, el hombre comienza un proceso de sociabilización, lo que viene a desencadenarse y a vislumbrarse la formación de las familias (núcleos) con las responsabilidades y obligaciones para suplir todas las carencias de las que se habló en el primer párrafo. Aunado a esto, ya, no era entones una familia, fueron creciendo y aumentando los círculos familiares –algunos los llamaban clan-, pero en un gran territorio limitado por fronteras. En estos espacios extensos, formados por una gran escala de grupos primarios, se requería –condición sine qua non- de organización con el propósito de lograr un bien común entre aquella gran extensión y compleja masificación de vidas humanas que hacía vida en un territorio determinado. Así como el páter familia tenía el poder sobre sus hijos y demás descendientes, en esas sociedades nacientes se requería de una autoridad, que es lo que se llama hoy, el Estado.

Ya, para ir bajando la santa maría; la política, para algunos estudiosos, es la actividad de los que rigen o aspiran regir los destinos públicos. También la definen como: "realidad social específica caracterizada por la conversión, mediante un proceso integrador, de una pluralidad de esfuerzos en una unidad de poder y de resultados capaz de asegurar la convivencia pacífica en el interior y la existencia autónoma frente al exterior" (García Pelayo, en palabras de Ossorio Manuel: 770). Se tiene que, las familias en miniatura confunden sus actividades, en la cotidianidad, como las realiza un Estado cualquiera, procurando el bien común. Para enfocarlo más ilustrativo; la vivienda vendría a ser el territorio, los hijos y todos los que viven en ella, la población, y los padres, el gobierno; regidos por normas de control; lo que puede traducirse que; cada familia tiene sus maneras de matar las pulgas. Muy bien lo decía Aristóteles: "El hombre es un animal político". Por ello, me atrevo a decir que, es en la familia donde surgen las prístinas decisiones políticas.

¡Gracias por su atención!

¿Usted qué opina?

Lee, que algo queda –dijo alguien por el vecindario-



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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