Decreto de guerra a muerte

Venezuela con su ejército de hermanos, enviados por su presidente legítimo Nicolás Maduro, ha venido para seguir garantizando la libertad, y ya está en medio de todos nosotros, a dos siglos de haber expulsado a los opresores, hoy repetiremos lo mismo.

Nosotros, estamos con los enviados que vienen a destruir a los imperialistas, y protegiendo a los venezolanos lo haremos con toda la América Latina y el Caribe, con ellos luchamos por establecer los gobiernos que forman un continente libre. A nuestro Estado lo cubre la legalidad de nuestras armas, regidos por la floreciente Constitución y República Bolivariana, llevada entre otros por nuestras instituciones quienes gozan plenamente de libertad e independencia; porque nuestra única misión ha sido romper sin clemencia las cadenas de servidumbre que aún agobian a nuestro pueblo, sin pretender imponer leyes ni ejercer actos de dominio, solo el derecho a la defensa que nuestra patria nos autoriza.

Hoy, somos agredidos por quienes nos quieren llevar al infortunio, pero no las vemos con indiferencia; las agresiones que nos hacen experimentar los bárbaros imperialistas y sus enanos seguidores, pretenden aniquilarnos con amplia rapiña, destruirnos y llevarnos hasta la muerte; son quienes han violado los sagrados derechos de los pueblos; han infringido acuerdos y las decisiones más solemnes; su arte es cometer despiadados crímenes, y reducir nuestra República a la más espantosa desolación. Por eso siempre hemos estado de pie y nunca hemos abandonado la lucha.

Así, pues, nuestra justicia exige la vindicta, y la necesidad nos obliga en hacerla respetar. Que desaparezcan para siempre del suelo venezolano los monstruos que la infestan y desean seguir cubriendo de sangre; y que su escarmiento sea igual a la monstruosidad de su falsedad, para marcarles la sombra de su deshonor y mostrar a todas las naciones que no se ofende impunemente a los hijos de Simón Bolívar.

No tenemos resentimientos, brotamos desde la libertad y ustedes enanos imperialistas y sus sirvientes recibirán el duro ejemplo de nuestro generoso corazón quien de tanto ser agredido se digna en ir en contra de ustedes, aún, cuando lo abrimos tanto que no se nos olvida la última vez cuando incansablemente hasta para nuestras almas agotamos la conciliación y la amistad; pero todavía les invitamos a vivir entre nosotros pacíficamente, solo si detestan sus crímenes y se convierten en respetuosos ciudadanos con fe, si no cooperan con nuestro gobierno no osen pedir su destrucción, mientras lo intentan ustedes mismos se aniquilan.

Por eso, todo gobierno que no conspire contra su tiranía y no se situé en favor de la justa causa de la libertad queriendo trasgredir nuestra independencia, será nuestro enemigo y como tal merece ser castigado como traidor a nuestra patria, y en consecuencia será irremisiblemente enfrentado con las legítimas armas de nuestra soberana República. Por el contrario, concederemos un indulto general y absoluto a los que pasen a nuestro ejército con sus armas o sin ellas; y presten sus auxilios a nuestros buenos ciudadanos esforzados en sacudirse del yugo impuesto por la tiranía de sus naciones.

Consérvense en sus tareas que nuestros valientes soldados están por defendernos de una guerra; y todos los civiles acompañen de igual modo al Gobierno de Venezuela y únanse; en una palabra, aquellas naciones que respeten nuestra soberanía considerémoslos como Bolivarianos.

Y nosotros, venezolanos, latinoamericanos, caribeños y el mundo en general, que el error y la perfidia los extravió en la senda de la justicia, sepan que nuestro hermano corazón los perdonan y lamentamos con sincera y sentimientos profundos sus descarríos, esta íntima persuasión la hacemos porque aún equivocadamente sus corazones no pueden ser culpables, sólo dejándose discurrir por su ceguedad e ignorancia nos han cometido sendos crímenes, y han podido inducirse más cobardemente a ellos.

Pero no temán que nuestras armas no son portadas para la venganza solo cortaremos sus lazos ignominiosos con los cuales han dado en portar a esta suerte de verdugos. Únicamente cuenten con la inmunidad absoluta en nuestro elevado nivel de honor, vida y respeto; aprendan los más cercanos lo que es nacer con el título de Latinoamericanos y caribeños; esa será su garantía y salvaguardia. Ahora, nuestras armas han sido caladas para proteger a nuestro pueblo, y jamás se emplearán contra uno solo de nuestros hermanos.

No crean los traidores que después de combatir nuestra amnistía llegara hasta ustedes y menos a quienes recientemente hayan cometido actos de felonía; de nosotros la equidad alcanzará la puerta de cada uno de ustedes; y religiosamente será cumplida y no habrá ninguna razón para olvidarlos, ninguna causa o pretexto será suficiente para obligarlos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sean los motivos que nos den nada detendrá nuestra sed de justicia.

Imperialistas, Gobiernos de Colombia y Cartel de Lima, cuenten con su muerte pues ni sus pueblos los perdonaran, a quienes sean indiferentes, pero conspiren recibirán igual suerte, y si no obran a favor de nuestro equilibrio social; entonces no se atrevan a obsequiarnos su libertad. Venezolanos que conspiran; cuenten con la garantía y respeto de nuestras leyes si son encontrados culpables.

 

Venezuela, Cuartel General 5 de marzo del 2019

 

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1663 veces.



Miguel Jaimes

Politólogo, Magister Scientiae en Ciencias Políticas y Doctor en Ciencias Gerenciales. Cursando Doctorado en Letras. Cursando postdoctorado, mención: Geopolítica del Petróleo, Gas, Petroquímica y Energías. Fundador y Director del Diplomado Internacional en Geopolítica del Petróleo y Energías-Venezuela. Creador de la web geopoliticapetrolera.com. Autor de los libros: Petrocaribe la Geogerencia Petrolera. El Oculto poder petrolero. poder de PDVSA Vs. Poder del Estado.

 venezuela01@gmail.com      @migueljaimes2

Visite el perfil de Miguel Jaimes Niño para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Miguel Jaimes Niño

Miguel Jaimes Niño

Más artículos de este autor