Soy una asidua lectora de Aporrea, un importante espacio donde se conjugan diversidad de puntos de vista, críticas y aportes respecto al proceso de cambios que vive nuestra Patria, y que gracias a ello pude enterarme de la existencia, las actividades y las propuestas de una novedosa organización revolucionaria como lo es el Frente Amplio Nacional Bolivariano (FANB), entre cuyos integrantes destacan hombres y mujeres de comprobada solvencia moral, de altas convicciones bolivarianas y una trayectoria de lucha innegable, la mayoría de los cuales tuvo participación en las rebeliones del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992, lo que resalta su compromiso con la dignidad, la soberanía y la democracia de Venezuela.
Sin embargo, mi interés no es simplemente dar a conocer una apología sobre este Frente sino resaltar la feliz circunstancia de motivar a millares de compatriotas por ahora desesperanzados a recuperar el aliento perdido y reemprender la marcha que iniciáramos con nuestro siempre recordado Comandante Hugo Chávez. Digo, como mujer que lucha junto a su familia por un mejor porvenir para todos, que es una feliz circunstancia porque nos señala que, a pesar de la crisis económica en que nos encontramos, habrá pendiente un Proyecto Bolivariano aún por defender, construir y consolidar.
Éste es el motivo por el cual hablo del Frente Amplio Nacional Bolivariano (FANB).
No obstante, habrá que advertir que su lucha será titánica, pero no por eso menos factible y, es especial, valiosa. Su doble confrontación con la dirigencia política del chavismo -representada por el PSUV y Nicolás Maduro- y la oposición derechista -agrupada en lo que todavía se identifica como la MUD- apunta a demoler lo que ha sido la principal piedra de tranca del avance y organización autónomos del pueblo venezolano: la partidocracia.
Esto tiene sus méritos, ya que, al contrario de otras personas y otros movimientos, el FANB se atreve a insurgir electoralmente contra quienes comparten el control del poder constituido y ahora se han puesto de acuerdo para impedir -así sea violando la misma Constitución que juran defender- que nosotros, venezolanos y venezolanas, reclamemos nuestro derecho a la plena soberanía. Y eso lo hacen los voceros del Frente Amplio Nacional Bolivariano (FANB) a sabiendas que la directiva del CNE jamás permitiría que un candidato presidencial, como el General Francisco Visconti Osorio, que, aparte de no contar con el apoyo electoral de ninguno de los partidos políticos conocidos (chavistas y opositores), se presenta a sus puertas como candidato antisistema, es decir, un subversivo que osa utilizar la normativa electoral del actual sistema para, de ganar la presidencia, acabar con dicho sistema. Salvando el tiempo y la distancia, podría afirmarse que existen similitudes con lo ocurrido con nuestro Comandante Chávez en vísperas de las elecciones de 1998. Faltará esperar cuáles serán los siguientes pasos y planteamientos que darán a conocer al país Visconti y los demás voceros del Frente Amplio Nacional Bolivariano (FANB). Ellos tienen ante sí una coyuntura excelente para estimular el rescate del Proyecto Bolivariano original, traicionado y tergiversado por la cúpula pesuvista, regodeada en el goce y disfrute de las mieles del poder constituido, como asimismo difundir la propuesta innovadora del poder popular soberano, contribuyendo así a la verdadera autodeterminación de los sectores populares; todo lo cual servirá de base para afrontar con éxito la crisis múltiple que amenaza con destruir moral, ética, política, social y económicamente a nuestra querida Venezuela. A los amigos y las amigas de Aporrea, muchísimas gracias por esta oportunidad.