Tutankamón en un tráfico de la Baralt

Qué hace un rey sin súbditos.

Antoine de Saint Exupery


La compleja madeja del nacimiento de este proceso aún no termina el desenredo que atosiga los sueños correspondientes a una revolución socialista.

Aquel 4 de febrero, el pueblo en su madeja erigió a quien habló por él en el asustado hemiciclo; cual cazador cazado en un guión de Terminator, Rafael Caldera fue el primero que en entró en el portaviones de Chávez, se la jugó con un ejecutivo fuera de serie y obtuvo un resultado tan atroz que su labor dejo a la nación como postre en gallinero al siguiente “jefe” de Miraflores.

Curtido, paciente y sabio el pueblo comenzó a desoír. Comedido, apostó ahora por el que inspiró al orador de aquel entonces, su carta bajo la manga. Como si el chance a Caldera fuese la ñapa de su confianza. Aquel alzamiento se mostraba ahora inspiración, prueba de integridad. “Este mismo es”, se dijo el pueblo. A diferencia de los anteriores, del resto, su elegido fue escalando, calando en el porvenir desaprovechado, dentro del termómetro. Asumió el control del horno explosivo y la clave para la bajar la temperatura descubrió que la proporcionaba la misma democracia, ha sido y es su clave, consultar: constituyente, ejecutivos locales, re- a sí mismo, asamblea, guió la diversificación del poder: La apertura de puertas al conocimiento, el desgaste de la participación corroe las resistencias como azogue a la plata, la resistencia opositora con las medidas iniciales, no atina fórmulas, inmersa en un inmenso embudo, su propio exterminio decanta hacia el vacío de su propia nada, semeja en su ignorancia ciega, a una babosa con lentes sol jugando con sal. Como Tutankamón en un tráfico de la Baralt. Honestamente quedé sorprendido del tiempo inflado que vivieron a expensas nuestras, decepciona tanta ignorancia en las filas (qué van a estar sabiendo esos de filas) opositoras. Al replantearse las reglas creadas por ellos, tenían tanto tiempo infringiéndolas, que ni chuletas les quedaban, pues ni siquiera sabían, perdón, NI SIQUIERA SABEN de qué trata el juego democrático. Si democracia es la confrontación de ideas, quien no las tiene no sabrá qué ofrecer, menos saber qué confrontar. Aquí han sido y son “jueces” de paso. Mal pudiéramos recriminarles su dependencia del norte, pues qué otra cosa saben hacer sino mandados desde generaciones ha. Recién empieza un juego denominado DEMOCRACIA.

Hablemos de nuestra propuesta: ME IMPORTAS TU intenta relevar ESTO ES MÍO. Aunque pareciesen términos que no se integran, son piezas mal colocadas ajuro que el desoír descubrió. Aparentemente es cierto: se desdeñan. Pero no es lo que el pataleo pretende manipular. ME IMPORTAS TÚ va por el DESCUBRIR Y ABRIR las esclusas cerradas de alternativas, para proporcionar energía a la inmensa esperanza represada por las intenciones felonas. Observamos que es inversamente proporcional el destaque científico para alargar la vida en la tierra, si ese fruto no se corresponde íntegramente con el objetivo, el desarrollo de la vida: ¿de qué sirve vacunar al planeta contra cuanta epidemia se le presente, para matarlo en la esquina de hambre, de bala, de degradación, de sumisión?, ¿en dónde estamos?

Ese discernimiento no lo comete el pueblo, acompañado de dolor ajeno de por vida. Entiende que el error está por lo tanto en el fundamento de las estructuras. Digamos que el egoísmo llegó al tope permitido. La pretensión norteña, es peor que la de los dominicos de Torquemada, que se cansaron de quemar brujas y amenazar a los que aseguraban que la tierra es redonda, para terminar pagándole bajo cuerda a Isabel la católica las carabelas de Colón, con las que demostraría precisamente la esfericidad terrestre y con un continente de muestra gratis. Digo peores, porque estos ni el brazo a torcer, confiando en sus superbombas descuidando el flanco más obvio: los pueblos… El suyo. En realidad es el punto más alto que podría llegar esa ¿tesis? neo-esclavista non plus ultra del imperio, que no es tesis nada, sino condiciones disfrazadas hasta de inocencia bíblica para firmar nuestra obediencia. La misma momia maquillada de mucho atrás. No habla jamás de vida, sólo sabe sino de posesiones y muerte. Son dorios, los mismos dorios de La Odisea.

El papel jugado en el exterior presiona ahora su mirada hacia Venezuela, la rodean millones expectantes. Ya abriste la boca Venezuela le susurran de reojo. Esto no es juego: El enemigo lo llevas dentro. Dentro de cada riqueza las vetas las pelea la corrupción. Petróleo, Guayana, Turismo, Cultura, Defensa, Seniat, Minfra. Instancias que manejan fortunas no han adelantado programas que horaden y destruyan los antiguos vicios. El peligro se camufla en la vida diaria. Estos fariseos querrán hablar por los que sufren.

Esta es la prueba de fuego para el actual proceso, es la cuerda en la que anda el trapecista. En los momentos de mayor presión, la prudencia es la mejor consejera, por lo que deseo cerrar con esta reflexión. A la parte opositora, es el futuro de un todo gigantesco en contraparte de un patio trasero. Es la comunidad de igual a igual la que se pretende en un mundo no muy lejano a la servidumbre que arrastra este monstruo de neón a punto de caer. Las alianzas serán para el crecimiento recíproco. Mientras, en esta tierra de gracia, el votante dará un hincapié a lo que trae embrionado desde un 4 de febrero, pues el pueblo sí se prepara para el salto final ¿quién se anota? ¿Quién nos acompaña?


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Arnulfo Poyer Márquez


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