Ya nadie se acuerda de El Picure, famoso bandolero, asesino y atracador que azotó al estado Guárico y centro del país. Su fama de "Robín Hood" fue alimentada por los medios de comunicación que lo ubicaban como simpatizante de la MUD, lo que lo convertía automáticamente en luchador contra el "régimen" de Maduro, a quien por cierto envió varios twitter reclamando la situación del país.
A cada acción delictiva del Picure venía una andanada mediática señalando al gobierno y su aparato policial como incapaz, ineficiente y chambón. Se reían y hacían burla de los organismos de seguridad celebrando cada nuevo secuestro o extorsión, o cada fuga de la banda ante los intentos de captura. ¿El objetivo político detrás de todo? Promover la idea colectiva del estado fallido.
Muerto el Picure se hizo el silencio. Y aunque murió en un enfrentamiento hubo incluso quien se quejó porque lo "masacraron". Si, a él, al Picure que asesinó a varios policías y guardias nacionales s sangre fría.
Pero muerto el Picure se inició la búsqueda de una versión mejorada. Y en eso estuvieron un tiempo, sólo que no lo encontraban. Puro charlatán de Facebook, twitter e Instagram: Maduro, voy por ti.!! El machote soy Yo..!! Soy el Superman que los va a liberar!! Gritaban los aspirantes a héroes en sus videos, disfrazados de Rambos y rodeados por una tropa de utilería mientras lucían potentes y modernas armas largas. Pura paja jaquetona y cero bolas para echarle.
Hasta que apareció Oscar Perez, el sueño del jefe del casting opositor y golpista: catire, bien comido y bien vestido, con buena labia, policía, piloto, pitiyanky, actor y echao pa lante. Yo diría que al igual que el Picure, con las bolas bien puestas. Y que nadie me discuta eso: para hacer armas contra un gobierno legítimo, de frente y sin capucha, hay que tenerlas bien puestas. Para robarse un helicóptero y asaltar un comando de la guardia nacional hay que ser valiente. No le quitemos ese honor al forajido Oscar Perez, mas allá de su visión holiwoodesca de la realidad y del aderezo que significaron los ofrecimientos crematísticos de la embajada gringa. Miren que si algo no sobra en esa oposición disociada es el coraje. Pero bueno: con Oscar Perez siguió el guión del estado fallido e ineficiente, sólo que reforzado porque ya no hablábamos de un delincuente común, un negrito que andaba en una moto Bera sino de un catire ojos azules que maneja helicóptero. Casi nada!!
El caso es que ayer mataron a Oscar Perez. Cayó en su ley: armado hasta los dientes, acompañado de su banda, haciendo armas contra la fuerza pública y matando a varios funcionarios policiales. Y murió en su estilo: a lo reality show, grabando videos, diciendo mentiras (nos queremos entregar, cuando a plomo trancao ya habían matado varios policías), maquillado según el video, en un escenario montado y arreglado para la mediática (lo que hace suponer que lo entregaron, que necesitaban y esperaban ese final). Cayó Oscar Perez y muchos lamentan su muerte, yo incluido. Toda muerte es lamentable. Además: como nos hubiera gustado escuchar la versión de Oscar Perez. Creo que al gobierno le convenía capturarlo; a los que lo armaron, le daban lo logística y lo financiaban les convenía su muerte. Pero como sea: ya está muerto. Nos esperan unos días de debate sobre el tema hasta que la oposición lo olvide, deseche su memoria y se busque un nuevo tonto útil. Que siempre se consiguen por ahí!!
