Por supuesto que la oposición venezolana no sirve ni para sus propios fines, es una representación de grupúsculos sin vergüenza, sin proyecto, sin líderes benignos, sin ética, sin nada que considere al pueblo como fin último de bienestar y búsqueda de mejores estados de felicidad plena. Son los representantes del caos, de la mentira, de la maldad hacia sus semejantes, es toda una amalgama de perversidades y maledicencias que decantan en hacer daño al pueblo para que este crea que es su gobierno revolucionario quien le hace daño. Viven en ese círculo vicioso al punto que ellos mismos se creen sus mentiras, sufren y padecen por ello.
Por todo lo expuesto y mas, es que el cambio debe ser de los actores de la oposición, de sus mentores, debemos impulsar una verdadera oposición que trate de hacer política científica, política a favor de su pueblo y que peche al gobierno su gestión. Es imperdonable lo que esta mal llamada oposición le hace al pueblo venezolano, esta guerra económica es inhumana, fratricida. Los dueños de los medios de producción y distribución a gran escala es la burguesía criolla, producto del desangramiento económico que durante 200 años le han aplicado a la renta petrolera y a la apropiación indebida de los recursos del estado, especialmente de la tierra, esa burguesía aberrada y perversa hoy se monta en la guerra no convencional en contra del pueblo venezolano creyendo que con eso convencerá a ese pueblo indómito de que rechace a su gobierno revolucionario. No lo lograrán; porque nuestro pueblo hoy por hoy es gobierno revolucionario, el pueblo organizado en consejos comunales, comunas, CLAP, mesas técnicas e incorporado en el gobierno local, regional y nacional está gobernando, está generando el estado general de cosas que benefician a su pueblo, que a fin de cuentas es él mismo. Mientras los mal llamados líderes de la oposición se congracian con esa burguesía criminal para obtener de ellos recursos a manos llenas para el goce y disfrute de una condición social que los enseñó y les exige vivir por encima de sus posibilidades reales; la manera que tienen de conseguir esos recursos ilegítimos es a través de la venta de su escaza integridad al mejor postor.
Es lamentable pero cierto, los activistas y militantes opositores no atienden, mucho menos respetan a sus dirigentes, son considerados indignos y solo reciben directrices si estas vienen acompañadas de dinero en efectivo o transferencias bancarias; las protestas, guarimbas, marchas o cualquier movilización es pagada. Muy a lo contrario a lo que sucede en las filas patriotas, donde existe compromiso revolucionario, sujeción abyecta a sus líderes y amor sublime por un pueblo… Viviremos y venceremos.
