Auditórium

A Nicolás: ¿Solo le preocupa el revocatorio?

En el arte individual de la guerra, también sucede que un adversario pierda el ritmo en el combate y empiece a derrumbarse. Si no aprovechar esta oportunidad, el adversario se recobrará y empezará a presentarte dificultades. Es esencial seguir con atención cualquier pérdida de posición por parte de tu contrincante, para impedirle que se recupere.

Miyamoto Musashi…

Una de las tantas recetas para preparar el conocido sancocho del mondongo criollo, es ahora la del mondongo politiquero, que hemos estado observando en estos últimos tres años del gobierno de Nicolás Maduro, el rechazo hacia la revolución, se expande como una peste por todos los rincones del país.

Las inversiones están afectadas cuando se utiliza al TSJ como esbirro judicial, para desconocer a la Asamblea Nacional electa democráticamente, y mayoritariamente por el pueblo venezolano el pasado 6D del 2015, y no puede recuperarse la economía venezolana si los inversionistas no creen en la viabilidad del estado de derecho, y el respeto institucional entre los poderes públicos venezolanos.

La espeluznante crisis económica que azota a Venezuela, es materia de interesantes estudios económicos por expertos en la materia, donde se analiza, el atroz incremento de la corrupción de los militares que manejan la economía. Donde cada día baja la productividad en dos dígitos del Producto Interno Bruto.

¿Está realmente preocupado Nicolás Maduro en incrementar la productividad para atraer capitales extranjeros y salir de este atolladero que nos han empobrecido a todos los venezolanos? ¿O lo que le aturde es que puede perder el revocatorio, y las elecciones que se hagan este año, y el que viene?

Se nota el desespero en el alto gobierno, ya que no les queda mucho tiempo para la maniobra, para salvar algunos corotos… e intentar conservar el poder.

Los votantes del 6D del 2015 confiaron en las promesas de la oposición para la cohabitación política para gobernar con el gobierno bolivariano: para acabar con las colas, la escasez, la inflación, y la creación de empleos de calidad, y demás ilusiones de un programa electoral, que ha terminado desvirtuado por los sabotajes del estalinismo bolivariano: la subida del alto costo de la vida, las colas, la corrupción alimentaria, el bachaqueo, el incremento de las diferencias sociales y, como colofón, la desnutrición de los niños venezolanos…

En Venezuela se debe recurrir a un severo diagnostico para aislar la influencia militar que en forma variable, y particular ejerce como un fenómeno de destrucción de la economía, que está condicionado por muchos factores.

¡Desgraciadamente, en la Venezuela del 2016 lo único constante es el hambre, la escasez, y las colas… y el cáncer de la corrupción!

A Nicolás Maduro le queda un solo camino como político, o renuncia, o se mide electoralmente frente al referendo revocatorio; y parafraseando a Goebbels: "Éste es el requisito para que la guerra pueda tener un final satisfactorio: que la crisis en el campo enemigo estalle antes de que nosotros hayamos caído".

¡Señor presidente el enemigo no es la oposición: es el hambre, y el empobrecimiento al que está sometido el pueblo venezolano!

 



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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