El conflicto necesario

Me confieso partidario del conflicto dialectico, del consenso para impulsar la pugna, en búsqueda de la verdad por mas dolorosa que esta sea, pero nunca aburrida. La duda sobre la razón pragmática y del enigma que desmorona la premisa.

Estamos en tiempos de conflictos que deben conducir a la apertura de nuevas fuentes de luz; me uno a la orfandad de la temporalidad en la derrota y me alejo de la eufórica colectividad del triunfo, ambos son efímeros en la virtual circunstancialidad del devenir, porque las luchas son diarias, cotidianas y consecutivas porque somos imperfectamente latinos y humanos, nos corre sangre rebelde, incluso hasta la irreverencia con los nuestros y por ello actuamos.

La circunstancia del 6D nos motiva a rabiar, no con cacerolas como lo hacen los incongruentes, sino con manifestaciones de amor, porque sabemos que el reclamo es tan válido que nos toma de sorpresa; y hace vibrar nuestra imperfección y vergüenza, no nos basta el por mi culpa, por mi culpa, nos abrazamos a la comprensión que aún no somos Chávez, el Che, Bolívar; y nos falta mucho para cruzar los desiertos e internalizar con sobriedad el "quien dijo que esto sería fácil?".

Si, nos rabia el deseo de amar, de hacer bien porque es nuestra condición natural y nos encanta luchar contra esa corriente impuesta, mediocre, anticipada, donde el miedo a la vida los hace asesinar, excluir, desechar humanidades, incluso la de ellos; si, nos duele esa esa clase media en su búsqueda del ser o no ser; del inconformismo en que se sumergen por vivir la ilusión del tener en vez de ser; si, les da miedo ser, ignorando su naturaleza y piel.

Por ello sigamos transitando el camino para desarrollar la utopía del vivir en socialismo; donde las contradicciones alimenten el debate necesario para derrotar la alineación del hombre a la globalización imperial; donde sea más importante ser que tener y donde derrotemos el miedo de amar al prójimo, sin condiciones represivas y sin buscar amos que nos protejan. Concretemos el trabajo creador, estamos para asumir esfuerzos en colectivo para el logro de la paz, sin la mediocridad del individualismo servil; sigamos haciendo historia, no dejemos de revolucionar, no dejemos de sentir y expresar amor.

No exaltemos la derrota anunciando fuenteovejumismos donde al final todo queda igual. Es hora de asumir los riesgos de fortalecer lo que predicamos y zafarnos del facilismo de la comodidad circunstancial; es hora de sincerar nuestra alma y abandonar la cotidianidad que nos aleja del pueblo. Es hora de afrontar el riesgo de proseguir en el camino donde nos dejó Chávez. Somos un pueblo valiente, acompañémosle entonces, abramos el debate.

.hernandezarmashenry@gmail.com



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Henry Hernández Armas

Analista social, experto en Imagen Corporativa, Relaciones Públicas, Estudios Sociales.

 hernandezarmashenry@gmail.com

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