Camarada Roland, te entiendo. No te acompaño

Incontables son las razones que ha dado este gobierno para estar descontento. ;iles son las causas para nuestra molestia con la dirección del PSUV, en especial con ese pequeño grupo que lo dirige. Cada día se suman más anuncios que terminan por decepcionarlos, al morir en nada o en lo contrario a lo anunciado. Cada vez se repiten la acciones del gobierno o de la dirección peseuvista que nos hacen sentir burlados, tratados com bolsas. Eso es cierto, tan cierto que uno no te acompaña de un todo, a Roland, cuando habla de los seres gansteriles que se han metido en el gobierno, pero nos queda la duda. Y esa duda es peligrosa. A la final puede malograr nuestra creencia en la buena fe de nuestra dirigencia.

Te entendemos, camarada Roland, en el estallido, en tu rabia, en el desconcierto. Todo eso lo he sentido ante varias situaciones. Recuerdo, diría que es un recuerdo hasta los límites de la obsesión, cuando un domingo de colas para conseguir productos qué comer, un domingo de bachaqueros hacienbdo de las suyas, un domingo de "no hay", a mi camarada Jorge Rodríguez, sonrisa irónica de por medio, llamándonos a reunirnos en todas las plazas Bolívar del país, a tuitear a Felipe González. Lo ví y no lo creí. Al rato entendí que la sonrisa de mamaderita de gallo de Jorge Rodríguez era para nosotros. ¡Vayan a tuitear a Felipillo y olviden la crisis! Semejante vaina nos echó esa dirección del partido en el que tanto hemos confiado. A tí, Roland, te arrecha Diosdado con su familia en un espacio que debe ser ocupado para el debate, la formación, las ideas. Pues, a mí me arrecha todo VTV y su país de fantasía.

Te entiendo, pero no te acompaño Denis, porque eso es allá arriba, eso es entre los acomodados y entre los (¡qué arrechera tener que reconocer que Capriles la pegó con una palabra) enchufaos. No te acompaño porque a pesar de varios asesores de Maduro, la Gran Misión Vivienda sigue vida. No te acompaño porque fui al CDI del barrio Los Cocos de Porlamar, a verme con una oftamologa cubana, y había unas treinta personas en su primera consulta post operatoria. Gente humilde, muy pobre, que sin este maltrecho proceso no hubiesen podido operarse. No te acompaño, apreciado camarada, porque he visto con lo poco que me queda de vista, varias Bases de Misiones donde florece la alegría, a pesar de la violencia del barrio donde están. No puedo acompañarte porque todavía sigo viendo las Misiones Ribas y Sucre, a pesar de las dificultades. Porque en mi barrio veo todos los días decenas de personas en el Módulo de Barrio Adentro, con servicios de odontología y dotación de lentes. No te acompaño porque si bien el ministro Osorio lo hace peor cada día con sus operativos, cuando el Mercal se organiza desde el barrio la vaina cambia.

El chavisno todavía vive en los barrios, en el poder popular, en la gente honesta del país. Te invito a que sigas allí, a que nos olvidemos de esa cúpula tan lejana, de los Generales que roban y roban (con sus excepciones). Volvamos al pueblo. Arriba no cambiarán. En el barrio está el candelero. Allí no hay primera combatiente, todas las mujeres combaten por igual. Por supuesto, esto no es el socialismo, estamos muy lejos del mismo, pero peor es dejar el país en manos de la vieja oligarquía, que si saben cómo sostenerse en el poder. La de ahora, la que se forma bajo la sombra del chavismo, es inmadura, contra ella lidiamos mejor.

Quizás mis flaquezas físicas, la pérdida de la vista, no me permitan verlo, pero etse pueblo volverá a insurgir. En eso confío.



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Pedro Salima


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