Washington, La Habana y los derechos humanos

Desde el 16 de enero de 2006, la Sección de Intereses Norteamericanos
de La Habana (SINA) difunde, en nombre de los "derechos humanos",
mensajes políticos a la población cubana mediante una inmensa pantalla
luminosa. Más allá de la violación de los mínimos principios
elementales de la diplomacia internacional, el método de comunicación
de Michael Parmly, jefe de la SINA, se inscribe en la estrategia de
desestabilización orquestada por la Casa Blanca [1].

El objetivo de este "diálogo con el pueblo" es provocar una ruptura de
las relaciones bilaterales entre las dos naciones, y anular así los
acuerdos migratorios firmados en 1994. Pero el gobierno de La Habana
no procedió a la expulsión de los diplomáticos estadounidenses como lo
hubieran hecho numerosos países. Prefirió erigir frente al edificio de
la SINA 138 mástiles, en cuyas puntas flotan banderas negras adornadas
de una estrella blanca, simbolizando la memoria de los 3 478 cubanos
víctimas del terrorismo estadounidense [2].

Wayne S. Smith, antiguo jefe de la SINA entre 1979 y 1982 y fino
conocedor de Cuba, calificó las señales electrónicas, cuya meta es
"romper el bloqueo de la información" según Parmly, "de nada menos que
otro signo de la bancarrota intelectual" de la administración Bush
[3]. La quiebra es también moral, pues además de emitir mensajes de
famosos líderes anticomunistas, el letrero luminoso se atreve incluso
a transmitir, cuando todo el mundo sabe de los escándalos de Abu
Ghraib, de Guantánamo y de las cárceles secretas, el artículo de la
declaración universal de los derechos humanos que estipula que nadie
debería ser sometido a la tortura [4].

Las fotos publicadas en la prensa internacional relativas a los malos
tratos cometidos en la prisión de Abu Ghraib, no constituyen más que
la punta del iceberg. En efecto, el Pentágono ha decidido mantener
escondidos 1 325 documentos, fotos y videos de actos de tortura,
violaciones y asesinatos de detenidos iraquíes, especialmente mujeres
y adolescentes, realizados entre el 18 de octubre de 2003 y el 30 de
diciembre de 2003. El informe, establecido por el agente especial
James E. Seigmund relativo a este material no publicado, alude a 660
agresiones sexuales, 93 videos mostrando a prisioneros torturados y
547 imágenes de detenidos que fallecieron en la cárcel [5].

El Pentágono justificó su decisión de no divulgar los documentos ante
el Tribunal Supremo Federal alegando, con una hipocresía monumental,
la necesidad de "proteger la intimidad de los detenidos iraquíes de
Abu Ghraib". En septiembre de 2005, cuando un juez ordenó la
publicación del material, el Departamento de Defensa mantuvo su
posición y evocó esa vez la necesidad de no poner en peligro la vida
de los militares responsables de los actos de barbarie. Según la Cruz
Roja, entre el 75% y el 90% de los prisioneros iraquíes son puestos en
libertad al cabo de varios meses de calvario sin ningún cargo contra
ellos [6].

La organización internacional Human Rights Watch (HRW) condenó el
doble rasero que los Estados Unidos aplican en la cuestión de los
derechos humanos. "Esta administración ha demostrado un desprecio por
los valores jurídicos universales. Estados Unidos no tiene ningún
problema en ver la paja en el ojo ajeno y no reconocer la viga en el
suyo propio cuando se trata de hacer críticas sobre violaciones de los
derechos humanos", declaró José Miguel Vivanco, director ejecutivo
para las Américas de HRW. Según éste, los malos tratos que cometen las
fuerzas estadounidenses contra los prisioneros, en nombre de la guerra
contra el terrorismo, constituyen la mayor violación de la historia
perpetrada contra el derecho internacional [7].

El representante de la organización internacional condenó también la
detención ilegal y sin juicio de varios centenares de individuos de
diversas nacionalidades sospechosos de terrorismo, así como los
asesinatos cometidos en Afganistán, Irak y en las cárceles secretas de
Europa entre 2002 y 2005. "Estos detenidos han muerto bajo custodia de
las fuerzas de seguridad norteamericanas y casi un tercio de ellos
[...] fallecieron como resultado de homicidios [...] [y] los
responsables aún no han pagado", subrayó [8].

Incluso el fiel Parlamento Europeo, dominado por la derecha y gran
aliado de los Estados Unidos, publicó, el 16 de febrero de 2006, una
resolución que exige el cierre del centro de detención de Guantánamo.
"Todos los prisioneros deben recibir un trato conforme a la
legislación humanitaria internacional y ser juzgados en el plazo más
breve posible tras una vista justa y pública a cargo de un tribunal
competente, independiente e imparcial", afirma la declaración que
"condena todas las formas de tortura y malos tratos y reitera la
necesidad de respetar el Derecho Internacional" [9].

De la misma forma, el relator especial de las Naciones Unidas sobre la
tortura, Manfred Nowak, conminó a la Unión Europea, que se ha vuelto
cómplice de los malos tratos cometidos por la CIA al permitir los
vuelos en su espacio aéreo, para que se uniera a la demanda y exigiera
a los Estados Unidos que cerrara definitivamente la prisión de
Guantánamo. "Lo importante ahora es que la Unión Europea cumpla su
papel de convencer a los Estados Unidos de que sus argumentos legales
para mantener a esas personas detenidas sin acusaciones no [son]
aceptable[s] en el Derecho Internacional", señaló [10].

Nowak criticó también a algunos países europeos tales como el Reino
Unido y Suecia por extraditar a sospechosos hacia países que practican
la tortura. En cuanto a las cárceles secretas, el relator especial
afirmó que "el mantenimiento de sitios secretos de detención significa
que personas han desaparecido, han sido mantenidas sin ningún contacto
con el mundo exterior y, por lo tanto, más vulnerables a ser
torturadas", agregando que la desaparición constituía "una de las
peores violaciones a los derechos humanos" [11].

Las cárceles de Guantánamo y de Abu Ghraib, que han recibido una gran
cobertura mediática internacional debido a las siniestras vejaciones
cometidas contra individuos, no son sin embargo los peores centros de
detención estadounidenses. En efecto, cerca de 500 prisioneros están
encerrados indefinidamente en la base aérea de Bagram, al norte de
Kabul en Afganistán. Algunos de ellos se encuentran en jaulas desde
hace más de tres años, sin ningún cargo contra ellos y sin contacto
con un abogado (contrariamente a los detenidos de Guantánamo).
Mientras que visitas minuciosamente limitadas se organizan en la base
naval cubana ocupada por los Estados Unidos, la prisión de Bagram ha
sido mantenida en secreto desde su creación en 2002. Las autoridades
militares todavía se niegan a publicar los nombres de los prisioneros
y no permiten ninguna visita salvo las de la Cruz Roja [12].

Según Clive Stafford Smith, abogado británico que representa a 40
detenidos de Guantánamo que pasaron por Bagram, varios prisioneros de
la base afgana han sido entregados a terceros países para ser
torturados y varios de ellos "han desaparecido". "Si ustedes piensan
que la gente ha padecido tratos crueles en Guantánamo, no es nada en
comparación con lo que ocurre en otras partes", enfatizó. "Uno de mis
clientes se llama Binyam Mohammed. Fue entregado a Marruecos. Tenemos
los números de vuelos. Disponemos de los nombres de los soldados a
bordo del vuelo. Fue torturado durante 18 meses. Le han cortado el
pene con una cuchilla de afeitar, ¡dios mío! Y ahora, el ejército lo
está juzgando en Guantánamo. [...] Le hicieron confesar que había
cenado con Khalid Sheikh Mohammed, Ramsey bin al-Shaid, Abu Zubaydah,
Sheikh al-Libbi y José Padilla, todos juntos, el 3 de abril de 2002,
en Pakistán. El problema es que dos de ellos, Abu Zubaydah y Sheikh
al-Libbi estaban detenidos por los soldados estadounidenses en esa
fecha. [...] Hassin bin Attash, un joven de 17 años, fue llevado a
Jordania y fue torturado durante 16 meses. Y la lista es todavía más
larga", testificó [13].

Según Michael Ratner, presidente del Centro por los Derechos
Constitucionales (Center for Constitutional Rightsi) y abogado
estadounidense que representa también a detenidos de la base cubana,
los sospechosos son enviados a Bagram puesto que no tienen ninguna
existencia jurídica. En junio de 2004, la Corte Suprema estadounidense
ordenó a la administración Bush que presentara a las personas
retenidas en Guantánamo ante un tribunal. La respuesta de la Casa
Blanca, afirma Ratner, ha sido mandar a la gente a Bagram. "Ninguna
corte, ningún abogado, nadie tiene derecho a visitar a alguien en
Bagram [y Estados Unidos] ha instalado salas de tortura en el mundo
entero", deploró [14].

Por su parte, Amnistía Internacional (AI) publicó un informe abrumador
sobre la detención y la tortura en Irak. "Numerosos casos de tortura y
de malos tratos [...] han sido relatados [...]. Las víctimas fueron
sometidas, entre otros métodos, a descargas eléctricas y golpeadas con
cables eléctricos", declaró la organización [15].

A pesar de la condena internacional de las flagrantes violaciones de
los derechos humanos cometidas en nombre de la lucha contra el
terrorismo, Washington no vacila en publicar su informe anual sobre
los derechos humanos en el mundo, en el cual, desde luego, el único
país que no se menciona es Estados Unidos. Ahí también, en el
continente americano, las naciones que se niegan a entrar en el rango
del neoliberalismo, tales como Cuba y Venezuela, están estigmatizadas.
Seguro que Bolivia con Evo Morales formará parte de los países
"violadores de los derechos humanos" en el próximo informe del
Departamento de Estado en 2007 [16].

Por tanto no es sorprendente ver al embajador John Bolton votar contra
la creación del Consejo de Derechos Humanos en las Naciones Unidas que
remplazará la Comisión de Derechos Humanos, desacreditada por su trato
parcial y partidista de este tema. En 2005, por ejemplo, la Comisión
se había negado a pedir una investigación sobre las tropelías de
Guantánamo, adoptando al mismo tiempo una resolución contra Cuba. Otra
vez, los Estados Unidos se han aislado en el seno de la comunidad
internacional. En efecto, el nuevo Consejo fue aprobado por 170
países, y sólo tres naciones se alinearon con la posición de la
administración Bush (Israel, Islas Marshall y Palau) [17].

No es la primera vez que Washington se niega a adherirse a un
instrumento internacional sobre los derechos humanos. Los Estados
Unidos se han opuesto al Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y a los dos protocolos de pacto de derechos
civiles y políticos. También han rechazado la convención contra el
Apartheid; la convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes
de guerra y lesa humanidad; la convención sobre la eliminación de
cualquier forma de discriminación contra la mujer; la convención sobre
la supresión del tráfico de personas y la explotación de la
prostitución; la convención para el estatuto de los refugiados; la
convención sobre los derechos de los trabajadores emigrantes y sus
familias; la convención de Ottawa de 1997 sobre las minas
antipersonales; la convención sobre los derechos del niño; la corte
penal internacional y 158 convenios de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT).

Cuba ha suscrito a todas estas convenciones, pero la SINA sigue su
"diálogo con el pueblo". El gobierno de La Habana ha decidido
responder, a su manera, a los Estados Unidos. Fidel Castro ha
propuesto a Washington operar gratuitamente a 150 000 ciudadanos
estadounidenses pobres que padecen ceguera. La oferta vale "para
aquellos ciudadanos pobres de Estados Unidos, de cualquier creencia,
de cualquier pensamiento, de cualquier etnia que necesiten" una
operación de la vista, subrayó el presidente cubano. La Habana incluso
ha propuesto hacerse cargo de los gastos de transporte a partir de la
Florida [18].

En 2005, más de 250 000 latinoamericanos recobraron la vista después
de operarse gratuitamente en Cuba. Pero dado que los norteamericanos
no tienen derecho a ir a Cuba, Castro planteó la siguiente pregunta:
"Me pregunto si los van a autorizar para que vengan o les van a poner
una multa de 100 000 dólares o no sé cuánto por venir a operarse en
Cuba. [A lo mejor] prefieren que se queden ciegos" [19]. Cuando se
trata de los derechos humanos, Washington adora incondicionalmente la
teoría y los discursos grandilocuentes. Cuba, en cambio, prefiere la
práctica.

Notas

1 Mar Martin, «Para Washington la transición ya comenzó», El Nuevo
Herald, 29 de enero de 2006.

2 El Nuevo Herald, «Cuba agiliza las obras frente a sede de EEUU», 31
de enero de 2006; Salim Lamrani (editor), EEUU contra Cuba. La guerra
contra el terrorismo y el caso de los Cinco (Barcelona: El Viejo Topo,
2005).

3 Wayne S. Smith, «U.S. Policy's Effet the Opposite of Goal», The Sun
Sentinel, 2 de febrero de 2006.

4 U.S. Interests Section, «U.S. Interests Section Billboard», 20 de
febrero de 2006
http://havana.usinterestsection.gov/usint-billborad.html (sitio
consultado el 21 de febrero de 2006) ; El Nuevo Herald, «EEUU le sube
el tono a la Guerra de los Carteles», 11 de febrero de 2006.

5 Carlos Varea, «El Pentágono oculta más de mil documentos e imágenes
sobre torturas y asesinatos en Abu Ghraib», Granma, 23 de febrero de
2006. www.granma.cu/espanol/2006/febrero/juev23/pentagono.html (sitio
consultado el 24 de febrero de 2006).

6 Ibid.

7 Agencia Bolivariana de Noticias, «Human Rights Watch condenó doble
rasero de EEUU en derechos humanos», 24 de febrero de 2006.

8 Ibid.

9 Parlement européen, «Resolución del Parlamento Europeo sobre
Guantánamo», 16 de febrero de 2006.

10 Granma, «ONU pide a UE pida a EE.UU. cerrar cárcel de Guantánamo»,
17 de marzo de 2006. www.granma.cu/espanol/2006/marzo/vier17/onu.html
(sitio consultado el 18 de marzo de 2006).

11 Ibid.

12 Tim Golden & Eric Schmitt, «A Growing Afghan Prison Rivals Bleak
Guantánamo», The New York Times, 26 de febrero de 2006, p. 1.

13 Democracy Now, «'Worse' Than Guantanamo : U.S. Expands Secretive
Prison Inside Bagram Air Base in Afghanistan», 27 de febrero de 2006.

14 Ibid.

15 Amnistie Internationale, «Beyond Abu Ghraib: Detention and Torture
in Iraq», 6 de marzo de 2006.
http://web.amnesty.org/library/Index/ENGMDE140012006?open&of=ENG-2MD
(sitio consultado el 7 de marzo de 2006).

16 El Nuevo Herald, «Cuatro países latinoamericanos bajo observación
en DDHH», 8 de marzo de 2006.

17 Organisation des Nations unies, «L'Assemblée générale établit le
Conseil des droits de l'homme», 15 de marzo de 2006.

18 EFE, «Castro ofrece operar de la vista a pobres de EEUU», 23 de
enero de 2006.

19 Ibid.

Revisado por Caty R.


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Salim Lamrani/Rebelión

Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

 lamranisalim@yahoo.fr

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