En lugar de campaña la oposición usó una estrategia electoral

Alcaldías perdidas ¿diseño o casualidad?

Interrogantes y algunas respuestas tentativas. Más interrogantes que respuestas.

¿Donde se desarrolló con mayor virulencia la guerra económica, mediática, eléctrica…? ¿En cuáles ciudades, estados o municipios? Recordemos que se trataba de elecciones municipales.

Desde hace meses que escucho decir que en el Este de Caracas se conseguía todo lo que quisieras comprar, claro, con precios elevadísimos, “culpel gobierno”, pero que conseguías de todo, y que la gente los adquiría para seguir con su eterna manía de demostrar o disimular su “alto” poder adquisitivo por cualquier vía. Al parecer se contaba con que en estos enclaves no hay peor esclavitud que la voluntaria; y que se trata de lo que otro colega denomina lógica aspiracional-deseante de las clases subordinadas.

Habría también que determinar cuáles municipios populares controlados por el Chavismo estuvieron mas asediados por la escasez, las colas, la basura, los cortes eléctricos… cuáles al mismo tiempo se encontraron con menos respuesta efectiva de parte de las autoridades encargadas de darlas o gestionarlas, o que sufrieron mayor infiltración en los organismos competentes.

Mi apuesta es que la oposición ganó donde más elementos desestabilizadores y menor capacidad de respuesta real hubo, y que en eso consistió su “campaña electoral”. De repente es por eso que su campaña, tan atípica, ni siquiera previó eventos de cierre.

Bajo esa misma óptica sugiero que nos preguntemos si la infiltración no comenzó realmente desde el mismo momento en que algunos lanzaron candidaturas fuera del Gran Polo Patriótico. ¿Qué, o cuánto recibieron a cambio de afectar por esa vía la votación Chavista?

Mi primera reacción al escuchar a Tibisay tuvo en dejo de tristeza y preocupación, disipada inmediatamente por la muy oportuna alocución del Presidente Maduro. Apuesto a que la reacción escuálida fue una combinación de tristeza y alegría, que luego sus líderes y medios trataron de convertir en ilusión de triunfo, contando con que casi nunca escuchan a Maduro y que casi siempre cambian de canal apenas sale en pantalla.

Me late que la intención opositora parece haber sido lograr una avalancha en la votación general, pero con la guinda colocada en las ciudades o municipios “emblemáticos”, para así proclamar con propiedad el fin del Chavismo.

Obviamente subestimaron la respuesta Chavista a su “campaña electoral”, y Maduro y todos sus ministros les aguaron la fiesta con la ofensiva económica, y están haciendo un buen trabajo guiando la interpretación de los resultados, al punto que efectivamente han horadado el cerco y han logrado infundir mucho desasosiego en el ánimo escuálido. Noto, no obstante que algunos colegas escribidores parecen estar saboteando esta parte de las percepciones. Espero que no sea a propósito.

Lejos objetivamente del plebiscito al gobierno, y ahora, y justamente en función de los resultados de todo el Estado Miranda, estoy de acuerdo con Nolia en que quedó servida la mesa para un muy factible referéndum revocatorio al Gobernador Chacumbele.

Y dinos, Canciller: ¿Fue por diseño, o por casualidad?



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Alvaro Brazon


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