Capriles no es ningún muchacho ¡Con 40 años!

En cayendo y Corriendo Miguel Ángel Pérez Pirela propuso la comparación como estrategia de análisis y me parece un excelente recurso para el análisis social. Se me ocurre que comparemos al “muchacho” Capriles quien según Wikipedia cumplirá 40 años en el mes de Julio, con el Hugo Rafael Chávez Frías de 1998, año en el que el actual Presidente se postuló como candidato presidencial contando sólo con 44 años, ahora bien, para lo que nos ocupa cuatro años no es una diferencia significativa en lo que a edad se refiere, no obstante, en este caso particular la diferencia está en el contenido e intencionalidad en sus discursos. Podemos por cuenta propia compararlos y cada uno valorar lo que los hechos imponen.

Lo cierto es que si seguimos en esa onda tendremos que aguantarnos las “muchachadas” de todo género, ya tenemos experiencia: quema de chaguaramos, conato de incendio del Warairarepano, exhibición de nalgas, huelga de hambre comiendo cachitos, los que se van demasiado y pare de contar.

En un Informe sobre La imagen de la juventud en la publicidad televisiva, Xavier Bringué, Alejandro Navas y José Javier Sánchez Aranda, Profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, en el año 2005, hacen referencia a una serie de estudios en la que se intenta establecer los límites temporales que abarca la juventud, señalando que no hay unanimidad al definir el arco de edad que englobaría su objeto de estudio. En este sentido, el informe Navarra: Jóvenes 2000, realizado por A. López, J. Hernández y J. J. Viscarret para el Instituto Navarro de Deporte y Juventud, considera jóvenes a los comprendidos entre los 15 y los 29 años. Los estudios que viene publicando el Instituto Nacional de la Juventud –últimamente en colaboración con la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción–oscilan: el titulado Jóvenes y estilos de vida: valores y riesgos en los jóvenes urbanos, dirigido por D. Comas, investiga los modos de vida de chicos y chicas entre 15 y 24 años, mientras que el realizado por A. Canteras, Sentido, valores y creencias en los jóvenes, se refiere a los jóvenes entre 15 y 29 años. La Fundación Santa María suele definir a los jóvenes en sus estudios como los comprendidos entre los 15 y los 24 años. Amando de Miguel (Dos generaciones de jóvenes 1960-1998, INJUVE, Madrid 2000) propone “mantener la abstracción de un hipotético bloque de ‘juventud’, que fuera desde los 16 hasta los 29 años”, en el que se podrían diferenciar dos subconjuntos: los jóvenes-adolescentes (16-20 años) y los jóvenes-maduros (21-29). La justificación de esta división es sencilla: “hoy tiene más sentido hablar de ‘los jóvenes’ que de la ‘juventud’, para indicar que se trata de un estrato plural, en el que la edad tiene cada vez menor sentido clasificatorio”.

Como sociedad preparada, no podemos asumir adultos que bordean los cuarenta años como “muchachos” ni mucho menos sus “muchachadas”, trátese de Capriles o de cualquier otra u otro ciudadana que pretenda ejercer funciones que exigen madurez en nuestras conductas y respuestas situacionales. Forma parte de esa madurez de “adulto” conocer nuestros límites y si nos lanzamos a enfrentar alguna situación debemos crear las condiciones más favorables para que ese lanzamiento no sea tan traumático.

  • Dijiste:“Juntos tenemos la fuerza para construir el país que queremos!” entonces, por favor Explica cuál es el país que queremos.
  • Afirmaste “Hoy caminaremos juntos hacia el futuro!” por favor explica: Cuál futuro

Estoy con la revolución, con el Presidente Chávez, soy “Chavista”, pero siento pena ajena hacia el adulto que hace “muchachadas” y hacia todos los participantes de este proceso social electoral (incluyéndome) que involucra la decisión tanto de chavistas, como de opositores, de elegir la dirección que tomaremos como país, lo que en mi visión nos puede conducir hacia una mayor evolución, si la opción es Chávez, o hacia la involución si la opción es la oferta opositora. Sinceramente no me veo ante la situación de esta segunda opción.

“Ese muchacho” se presentó cual show de un artista, con animadora y demás periquitos, totalmente desfasado de la realidad, “una muchachada”

Lo anterior me recuerda otro aparte del Informe presentado por los investigadores de la Universidad de Navarra

… El joven se ve exaltado, y la juventud pasa a ocupar el lugar central del

imaginario social moderno. La juventud significa vitalidad, fuerza, energía,

belleza, futuro. Todo lo que aspire a triunfar debe impregnarse de un tono juvenil, desde los productos comerciales más variados hasta los candidatos políticos.

“Muchaaacho”, por sentir pena ajena te digo, a todos nos puede pasar como humanos que somos y ante una situación de mucha envergadura que abriguemos temor, ansiedad y que el poco control de la situación nos bloquee la capacidad de respuesta esperada, pero seamos serios, los venezolanos nos merecemos mejores experiencias; por eso te sigo diciendo: la próxima oportunidad hazte de las herramientas tecnológicas que hoy día existen y que Obama maneja muy bien, utiliza un telepronte, un pódium (se sabe que te puede generar más apoyo, puedes colocar tus notas, ganas confianza) ensaya antes, acuérdate de tus días como estudiante; Wikipedia nos dice que estudiaste Derecho y una especialización en derecho económico en la Universidad Católica Andrés Bello, confieso que me asombré cuando me enteré de este dato. Me acordé de Walter Martínez la experiencia no es transferible.

Aunque los vacios culturales no se pueden llenar de un día para otro, “Muchacho” prepáranos a todos los venezolanos una exposición por lo menos de media hora con las ideas claves del programa de país que tú en conjunto con tu equipo elaboren. Camina sí 10, 20 ó 30 Km. pero cumple con la tarea que todos los venezolanos opositores y revolucionarios te estamos requiriendo. Los venezolanos como pueblo hemos caminado mucho más.

Estamos en proceso de dejar atrás aquella población venezolana desdentada, poco ilustrada, que no quería saber nada de política, aún siendo académicos éramos tremendos ignorantes de lo que acontecía en el quehacer socio-económico-político del país, éramos unos autómatas conducidos hacia lo que no representaban nuestros intereses colectivos, éramos un voto ciego y nos prestábamos a ese juego. La involución la estamos observando en países europeos “desarrollados” los cuales hasta hace muy poco fueron nuestra referencia; ya nosotros pasamos por eso en el 83, en el 89, en el 2002. PA’ QUE MÁS, con ese “muchacho” sería esa la dirección, pero no vamos a ese baile ni moveremos las manitas, ni la colita.



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Ruth Cueto (*)


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