Cuando El libertador Simón Bolívar al mando del glorioso ejercito patriota, derroto a las huestes realistas, dirigidas por el general La Torre en las sabanas de Carabobo, el 24 de Junio de 1.824 significaba para él, simplemente el final de una etapa de la lucha por sus ideales emancipadores de la patria grande – América -; la gran mayoría de los jefes patriotas daban por finalizada la guerra de independencia, consideraban liberada Venezuela, y la Nueva Granada, y querían disfrutar del poder y la bonanza a la cual se creían merecedores por su participación en la guerra, pero para el Libertador comenzaba una encarnizada lucha desde el punto de vista militar, por la necesidad imperiosa de la conquista del sur, para asegurar la salida definitiva del imperio Español, y desde el punto de vista político para garantizar la gobernabilidad y estabilidad política en los territorios liberados, y la integración de una patria grande, guiada por ideales de libertad justicia e igualdad ; por eso Bolívar, inmediatamente después de la batalla de Carabobo pensando en el mal menor, no tuvo más remedio que repartir el poder entre los tres principales caudillos del ejercito libertador, evitando con esta situación las peleas intestinas que indudablemente se iban a producir, dada la poca visión y compromiso ideológico de estos jefes con los grandes proyectos libertarios de Bolívar con nuestra América, fue así como buscando un equilibrio en la ambición de cada uno de ellos, nombro a Páez comandante general de las provincias de Caracas y Barinas, a Mariño, con igualo rango en las de Coro, Mérida Trujillo y Maracaibo; y a Bermúdez de Guayana Cumana y Margarita; así como había dejado a Santander al frente de la Nueva Granada; para luego marchar al sur a completar su tarea. Aunque no lo diga la historia oficial, en nuestra guerra de independencia estuvo presente, protagónicamente la lucha de clases. En la carta de Jamaica, Bolívar analizo, con mucha claridad las causas de la caída de la primera y segunda república, allí explica el Libertador que la guerra de independencia, tuvo como protagonista a las elites mantuanas, quienes sencillamente querían gozar de los privilegios sociales, económicos y políticos que tenían los peninsulares, pero que no ofrecían al pueblo llano una alternativa de emancipación y soberanía, con proyectos de igualdad que pusieran fin a las tremendas desigualdades producidas por las divisiones sociales entre los esclavos, negros, indios, pardos, blancos criollos y peninsulares; esta situación fue aprovechada por: Monteverde, Boves y Morales quienes captaron esa masa de población descontenta, con promesas de tierra y libertad, infligiendo dolorosas derrotas al ejercito patriota, tanto es así que en la batalla de Carabobo, casi la mitad del ejercito realista eran gente confundida de nuestro pueblo. Y el mismo “negro primero”, héroe y mártir de Carabobo, otrora fue soldado de los realistas al mando de Boves y morales.
En el discurso del congreso de Angostura, Bolívar explica magistralmente como debe ser esa patria grande, su geografía, su estado, sus instituciones y su igualdad social, al respecto dijo: “La reunión de la Nueva Granada y Venezuela en un gran estado, ha sido el voto uniforme de los pueblos de estas repúblicas. La suerte de la guerra ha verificado este enlace tan anhelado por todos los Colombianos, de hecho estamos incorporados.” Más adelante cita: “Un gobierno republicano ha sido y debe ser el de Venezuela; sus bases deben ser la soberanía del pueblo; la división de los poderes; la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas”.” En 1.821 Bolívar escribía a Santander: “Hay muchas consideraciones a guardar en este caos asombroso de patriotas, godos, egoístas, blancos, pardos, federalistas, centralistas, republicanos, aristócratas buenos y malos y toda esa caterva de jerarquías en que se subdividen las diferentes partes; de suerte que amigo, yo he tenido muchas veces que ser injusto por política, y no he podido ser justo impunemente.
El 20 de Agosto de 1.821, se aprobó en el congreso de Cúcuta, la constitución para la gran Colombia; totalmente diferente en los aspectos fundamentales a las recomendaciones hechas por el Libertador en el congreso de Angostura; ya en estos momentos la oligarquía emergente fijaba las bases constitucionales para asegurar el poder en la naciente república de acuerdo a sus intereses de clases; al respecto, el 13 de Junio de 1.821, Bolívar mediante una misiva se dirigió a Santander en los siguientes términos: “Piensan esos caballeros congresistas que Colombia está cubierta de lanudos, arropados en las chimeneas de Bogotá, Tunja y Pamplona. No han echado sus miras sobre los Caribes del Orinoco, sobre los pastores del Apure, sobre los marineros de Maracaibo, sobre los bogas del Magdalena, sobre los bandidos del Patía, sobre los indómitos Pastusos, sobre los Guahibos del Casanare y sobre todas las hordas salvajes de África y de América que como los gamos recorren la soledad de Colombia”.
No existe la menor duda de que la oligarquía Americana estaba dispuesta a mantener sus privilegios de clases en el nuevo panorama socio político de todas las zonas liberadas del imperio Español; desde las posiciones de los mantuanos de Venezuela y la Nueva Granada, hasta el proyecto de la logia de Lautaro en Argentina liderizada por Sn Martin, con su propuesta de un príncipe de la casa de Borbón, para gobernar un vasto imperio con sede en Perú, compartiendo el poder y los privilegios de clases con los Españoles; y después de Ayacucho ,esa lucha se hizo más intensa entre el proyecto integracionista de Bolívar, y el proyecto federalista, desmembrador y oligarca de Santander.
Hoy volvemos a Carabobo, a escenificar una nueva batalla, pero que como la de 1.821, no será la última, será simplemente una batalla más en la larga y continua lucha que hay que librar por el avance constante de este proceso dialectico hacia el desarrollo humano y La justicia social, contra el capitalismo salvaje y por el socialismo Bolivariano e indoamericano. Como en la batalla de Carabobo, también el enemigo ademas de la oligarquía tiene una parte del pueblo confundido, y una buena porción de antipatriotas, también hay un imperio mucho muy poderoso, que pretende tener el control geopolítico de todos los nodos estratégicos del planeta, hay ademas un ejercito mediático, que trabaja articulado en pro de los intereses financieros y de clases del imperio y su oligarquía; hay también un impresionante avance tecnológico, puesto al servicio del exterminio y la subyugación de los pueblos. También como en la lucha de independencia hay una santa alianza, representada por la O.N.U.; la O.E.A, y la Liga Árabe. Pero en este momento el imperio y sus lacayos Europeos están sufriendo una descomunal crisis sistémica, más desbastadora que la invasión Napoleónica a España en el reinado de Fernando Vll. Después de 191 años esta Bolívar de nuevo con su espada en el campo de batalla, pero ahora no está solo en sus principios, está acompañado de un pueblo despierto, movilizado, sensibilizado, esperanzado, organizado, construyendo el poder popular. Tenemos un líder, nuestro comandante Chávez, que emula al libertador, que renueva su proyecto de integración Americana y el pensamiento de Bolívar, como base ideológica de nuestro proceso, tenemos un ejército revolucionario, y nuestro pueblo y su comandante, son vanguardia y guía de la integración latino-americana. Con la derrota del A.L.C.A, enterramos los últimos vestigios de la doctrina Monroe en nuestro suelo; y con la creación del A.L.B.A; y el CELAC, reivindicamos el congreso anfictiónico de Panamá. Ahora vamos a la integración del sur, a cumplir la tarea que le fue imposible completar a nuestro Libertador, pero antes debemos coronar la victoria del 7 de octubre contra el imperialismo y sus lacayos. Los esperamos en Carabobo.
VENCEREMOS.
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