Los recientes acontecimientos políticos acaecidos en Venezuela a raíz de la enfermedad del comandante Chávez, nos obliga a analizar dos elementos fundamentales que están planteados en esta coyuntura histórica que vive nuestro proceso revolucionario; uno es la caracterización de la mal llamada oposición “democrática”, ¿es oposición política, o es resistencia contrarrevolucionaria?; y el otro elemento es: ¿está lo suficientemente consolidado nuestro proceso revolucionario hacia el socialismo, para enfrentar la embestida de los sectores apátridas y del imperio, ante una falta parcial o total del comandante?.

Respecto al primer punto, no nos cabe la menor duda del carácter contrarrevolucionario, conspirador y terrorista de esta oposición, su misión concebida está muy lejos del criterio de contrapeso político y guía (de acuerdo a sus concepciones ideológicas) de un colectivo que les sigue, en función de los intereses del mismo; esta oposición es la propia oligarquía como partido político, que utiliza todo su poder económico y mediático. A nivel nacional e internacional para, tratar de arrebatarle al pueblo las conquistas logradas en este proceso revolucionario, con el comandante Chávez al frente. No nos debe temblar el pulso a la hora de enfrentar a la contra, debemos estar claros de la complejidad que implica hacer una revolución “pacifica”, las comillas son evidentes, por los 180 campesinos asesinados por los paramilitares al servicio de los latifundistas de la oligarquía por defender y aplicar la ley de tierras; por los muertos del 12 y 13 de Abril, asesinados por terroristas francotiradores contratados por la contra en el golpe de Estado del 2.002; por los paramilitares traídos por la contra para asesinar al presidente, capturados en la finca Daktari en el Edo. Miranda; por el paro petrolero que desangro económicamente a la Nación y privo de alimentos y servicios al país entero por sesenta días; por las guarimbas sistemáticas; por el terror psicológico a que someten a la población con la ola de rumores falsos y alarmantes sobre la salud del comandante a través de las llamadas redes sociales; por sus diarios llamados a la desestabilización, utilizando a jóvenes y estudiantes confundidos que no saben a quién sirven, como los llamados “manitas blancas”; por sus nexos con la derecha internacional y con el departamento de estado Norteamericano de quien aspiran una aventura intervencionista como la de Irak, Libia, Afganistán o Siria. Definitivamente estamos en presencia de una contrarrevolución, cuyo único objetivo y programa es acabar con Chávez y con la revolución; estas vanguardias contra, cuyos amos están en Norteamérica y Europa, tienen plena consciencia de clase burguesa y de que no deben permitir el desarrollo y la elevación del nivel de consciencia de las clases populares, y mucho menos de la consolidación del poder popular y del Estado comunal,

Por lo tanto con esa dirigencia contra, concentrada en la llamada “mesa de la unidad democrática”, conformada por los retazos que quedan de A.D. primero justicia, copey y una pléyade de pseudos dirigentes fascistas; esta negado el sano ejercicio político del debate y confrontación de ideas, lo cual sería la situación ideal para coexistir con la oposición, con esa dirigencia solo puede existir desconfianza y confrontación estratégica, con ellos hay que usar el consabido refrán popular que reza: “al enemigo ni agua”, Nuestro acercamiento político debe darse con los sectores medios, que conforman la base política de esa oposición, diseñar un discurso de acercamiento y captación, entendiendo y tratando las contradicciones secundarias, que desde el punto de vista político y cultural afloran con estos estamentos sociales, fundamentado en sus valores y expectativas individualistas, y con los sectores políticos que se deslinden del proyecto golpista de la contra.

Con respecto al segundo punto, comencemos por precisar nuestras fortalezas: desde el punto de vista electoral venimos de dos triunfos contundentes, como son la elección presidencial con doce puntos de ventaja y el triunfo electoral en veinte de veintitrés gobernaciones, despojando a la oposición de cinco gobernaciones estratégicas que antes tenían en sus manos; tenemos el control de la mayoría de los consejos legislativos regionales y de la asamblea nacional, tenemos el control político de las instituciones fundamentales necesarias para el sano ejercicio de la democracia participativa; tenemos un líder que es guía de esta revolución continental, que los pueblos de América aman y siguen en su proyecto de integración Latinoamericana, y que sigue liderando este proceso aun sin su presencia activa; tenemos un pueblo movilizado, con un elevado nivel de consciencia y sentido de poder, tenemos el proyecto de la patria, con sus cinco objetivos históricos, que ademas de ser un plan estratégico 2013- 2019, refleja en su contenido una franca orientación socialista; tenemos una vanguardia en el alto gobierno formada por cuadros que se han crecido extraordinariamente ante las circunstancias planteadas y han demostrado capacidad para asumir las riendas del país ante la ausencia temporal de nuestro líder, contamos con unas fuerzas armadas antiimperialistas, articuladas con su pueblo y conscientes de su papel en este momento histórico. Tenemos un proyecto socialista, Bolivariano e indoamericano, que se ha extendido en toda la América latina; somos como pueblo un punto de referencia mundial para los pueblos oprimidos, antiimperialistas y dependientes del mundo, que nos asumimos como el corazón de la patria y el corazón de Chávez; ¡Chávez somos todos!.

En contraste con esta situación, los factores de la contrarrevolución que nos adversan no tienen un líder ni un proyecto alternativo al de la revolución, carecen de identidad política, están desunidos, y dispersos, se resisten a los cambios, no han logrado interpretar el descomunal salto que ha dado este pueblo, desde el punto de vista organizativo con una visión estratégica enmarcada en el poder popular y los cinco objetivos históricos; están anclados en el pasado y serán aplastados inexorablemente por la rueda de la historia.

Ante esta realidad podemos afirmar sin lugar a dudas que el Chavismo está consolidado; ahora bien tenemos aun por delante la titánica tarea, de construir el socialismo y que este proceso sea irreversible; antes que nada fomentar la unidad como elemento fundamental del proceso revolucionario, evitar el protagonismo y los intereses subalternos en un momento que las circunstancias nos llama a la cohesión, la hermandad, camaradería el respeto y la claridad de los objetivos de la patria; hay que hacer un gran esfuerzo en la formación y creación de cuadros medios, que deberán formarse al fragor de la practica revolucionaria en el ámbito geográfico de los consejos comunales, las comunas y en el desarrollo del poder popular, combinando esta práctica con el estudio sistemático que le fortalecerá su formación teórica; estos cuadros que serán la correa de transmisión entre las políticas de estado y el pueblo están llamados a ser la dirigencia futura de la revolución; hay que estar vigilantes de que las instituciones del estado no secuestren el poder popular, este debe fluir y desarrollarse con autonomía, es contradictorio que el proceso sea dirigido por el estado y las instituciones que queremos transformar, el papel de las mismas debe ser de acompañante y facilitador del proceso; es tarea obligada de todo cuadro revolucionario generar saldos organizativos y políticos de todas los beneficios sociales, las misiones etc. Para que estas no se conviertan en simples programas economicistas y populistas, sino que por el contrario genere un capital social que produzca grandes transformaciones desde el punto de vista sociocultural, y grandes saldos organizativos para el desarrollo y consolidación de la revolución socialista, apoyándonos en el plan de la patria, los cinco objetivos históricos. Venceremos.

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